Capítulo 4

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Capítulo 4

Daemon.

Esta es mi oportunidad. Ahora o nunca.

Impulso mi cuerpo para caer y salto, siento como este acelera al estar cayendo. Estoy a punto de sumergirme en el fuego, pero en vez de eso mi cuerpo cambian de dirección.

De un momento a otro noto como el ambiente va cambiando a colores llamativos que nunca creí ver. Mi espalda impacta contra el suelo, gimo de dolor al impactar y un escalofrío invade mi cuerpo. Lo que mis ojos ven no tienen precio. ¡Por fin! Estoy en la Tierra. Aunque mi cuerpo se siente adolorido por la caída, puedo sentir como mi respiración cambia a alivio

Mis ojos se desvían hacia un hombre en frente de mí, observándome con el ceño fruncido.

—¿Por qué estás manchado de sangre? —inquiere.

¿y este quién es?

—¿Quién eres tú? —pregunto, arrugando mis cejas.

Me intento poner de pie sin que me duela todo el cuerpo por culpa de esa caída.

—Aquí las preguntas las hago yo —demanda.

Quien se cree para hablar así. Ahora que estoy aquí no voy a dejar que nadie me trate como se le dé la gana

—No eres nadie para obligarme —espeto.

De repente un fuerte dolor de cabeza llega hacia mí, es insoportable y el imbécil no hace nada, tal vez es él que lo está provocando.

Aprieto fuertemente mis dientes por el dolor.

—Creo que empezamos con el pie izquierdo —dice mientras lame sus labios, ofreciéndome la mano para ayudarme a levantar—. Soy David.

El dolor desaparece.

—¿Eras tú quién estaba en mi cabeza?

—Sí, pero no podía ver lo que hacías, así que... dime, ¿por qué estás lleno de sangre?

—Solo fueron unos sabuesos infernales —contesto.

—Bien. Creo que deberíamos irnos —propone—. No me queda mucho tiempo aquí.

Pasa la mano por su cabello rubio.

—Por si no sabes lo que es este lugar —me empieza a explicar mientras caminamos—, es un bosque, creo que es el lugar con más tranquilidad que podrás encontrar. También hay...

—Sí, ya sé que es —le corto—. No soy idiota.

—Así que... sabes todo de la Tierra, ¿Cómo? —se voltea y pregunta.

Sus preguntas me están empezando a doler la cabeza.

—Un demonio se encargó de enseñarme todo, absolutamente todo, aunque no estuviese aquí y podría decirse que sé todo lo que hay aquí, incluso los pequeños detalles, así que por favor no me trates como un estúpido que nació ayer —explico.

No me habló en más de seis minutos que llevábamos caminando. Un calor golpea mi cara y no pude evitar mirar hacia arriba.

Con que este es el cielo y el sol, interesante.

Mientras caminamos los árboles van desapareciendo detrás de mí.

—Es un auto, coche, carro, como lo quieras llamar —me explica mientras me quedo mirando. Luka me había hablado mucho sobre los coches, ya que estaba obsesionado con ellos, pero ahora que los veo se me hacen extraños—. Para que te explico, si ya sabes.

Entrecierra sus ojos, mirando con desconfianza.

—Vamos, sube —me abre la puerta para que pueda subir—. Primero haremos una parada en un sitio, para que te puedas vestir. Sospecharán de ti si te ven todo lleno de sangre —dice mientras entra en el lado izquierdo del auto.

Daemon (Así mismo es el cielo como el infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora