Fʀíᴀ. ᴛᴀɴ ғʀíᴀ ʏ ᴅɪsᴛᴀɴᴛᴇ

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Marceline Abadeer:
Ya habíamos caminado por horas, estaba anocheciendo y por suerte no nos habíamos topado con ningún demonio. Nos detuvimos en una pequeña aldea y una generosa pareja nos dejó dormir en su casa, siempre hay buenas personas qué a los cazadores nos dejan quedarnos en su casa para dormir y comer gratis. Lo siento, sólo tenemos una habitación -Se disculpó la mujer dueña de la casa mientras nos guiaba a la habitación. No se preocupe, gracias por permitirnos quedarnos está noche -Le dije. Ella abrió la puerta y entramos, había una cama bastante grande para dos personas y un sofá, ella nos entregó una almohada y algunas sábanas para qué alguien durmiera en él sofá, antes de qué la mujer se fuera los tres volvimos a agradecerle. Yo dormiré en él sofá, ustedes duerman en la cama -Dije. No. Yo dormiré en él sofá, tú duerme en la cama -Dijo Gumball, lo miré frunciendo él ceño. ¿Seguro? -Pregunté. Por supuesto -Dijo sin dudar. Bien, iré a tomar un poco de aire fresco -Dije apuntando hacía la puerta, ellos simplemente asintieron y salí un momento a disfrutar la calma de la noche, aveces me gusta hacer eso.

Bonnibel Bubblegum:
Quería decirle qué tuviera cuidado pero me detuve porqué eso sería algo estupido ¿no?. Ella es una cazadora, ella siempre está en peligro todo él tiempo, ella sabe defenderse y cuidarse. Sacudí un poco mi cabeza para olvidar esas ideas. Volteé a ver a Gumball quién estaba acomodando él sofá ya que ahí dormiría. ¿Qué opinas de Marceline? -Pregunté. Tenía curiosidad de saber su respuesta. Él volteó a verme y arqueó una ceja. Es bastante sería, fría, cortante y bastante gruñona pero sin duda es una buena persona, cuándo ella está cercas puedo sentir seguridad y qué todo estará bien, me cae bastante bien la verdad -Respondió, asentí estando de acuerdo con él. ¿Y tú qué opinas de ella? -Preguntó de vuelta y lo pensé un momento. Ella ha sido muy amable conmigo, también me siento a salvó a su lado pero me preocupa qué se guarde todo para sí misma, qué esté todo él tiempo sola...-Respondí. Nos quedamos callados un momento, Gumball de repente me sonrió por mí respuesta. Te gusta -Afirmó cruzándose de brazos. Por supuesto qué no, sólo quiero ser su amiga es todo -Me defendí pero ya era tardé, mis mejillas estaban sonrojadas por aquel comentario de mí hermano. Té conozco Bon, ella te gusta aunque lo niegues -Comento. ¡Qué no me gusta! -Volví a responder. Claro niégalo cuándo ella esté encima de ti comiéndote y tú estés gritando y gimiendo su nombre "Ohh, si Marceline ahí" "Más Marceline" -Él imitó mí voz y me sonrojé aún más. ¡Cállate! -Le dije, le di un pequeño golpeé en su hombro y ambos empezamos a reír aunque por más qué tratara no podía dejar de estar sonrojada.

¡Maldito Gumball, Te amo pero al mismo tiempo te odió!

La amable pareja nos invitó a cenar, todos cenamos juntos, Gumball y yo platicábamos con ellos mientras Marceline permanecía callada. Un rato después llegó la hora de dormir, nos pusimos nuestras pijamas, Gumball ya estaba en él sofá y yo ya estaba en la cama, Marceline apagó la luz, colocó su katana a un lado de la cama y se acostó a un lado mío, ella mantenía su distancia de mí, supuse qué era porqué no quiere incomodarme. Así poco a poco nos fuimos quedando dormidos. Al día siguiente me desperté temprano, volteé a un lado de la cama y ella ya no estaba. ¿Pero a qué horas se levantó? ¿Al menos logró dormir? Me pregunté, observé él reloj en la pared, apenas eran las 8:00 am. Salí de la cama para buscarla, me di cuenta qué no estaba dentro de la casa así qué salí de está para buscarla a los alrededores. Me detuve a varios metros cuando la encontré, me escondí rápidamente y la observé. Ella estaba entrenando sola con su katana, deduje qué ya llevaba rato entrenando porqué pude observar perfectamente qué estaba bañada en sudor. ¿Cuánto tiempo llevará entrenando?. Por un momento paró para recuperar él aliento. ¡Maldita sea! -Grito enojada. Puso pesó en su espalda y comenzó a hacer flexiones. Me quedé un buen rato ahí, simplemente observándola, ella ya no podía más pero continuaba y trataba de no detenerse. 1998 -Escuchaba perfectamente a ella misma llevar la cuenta. Cuándo llegó a los 2000 creí qué se detendría pero no lo hizo, ella continuó por más tiempo. Pude observar sus gotas de sudor caer al suelo y su jadeó por tratar de respirar. Fue cuándo ya no pudo más y cayó al suelo, ni siquiera hizo un esfuerzo por levantarse. Rápidamente entre a la casa de nuevo y tomé algunas cosas, miré él reloj y apenas iba a hacer las 9 de la mañana, salí de nuevo dirigiéndome hacía ella. Me pare enfrente de ella bloqueándole él sol, ella levantó un poco su cabeza y me vió. No deberías exigirte tanto -Le dije mirándola sería. Más bien debería exigirme más -Respondió sentándose. Le extendí una botella de agua, ella la miró y por un momento dudo en tomarla pero al final la terminó tomando, observé cómo tomó el agua desesperadamente. Si vas a exigirle mucho a tú cuerpo tienes qué mantenerte hidratada -La regañe mientras se tomaba toda él agua. Cuándo terminó se limpió los rastros de agua de su boca, me puse senté enfrente de ella y acerqué la toalla húmeda hacía su rostro. ¿Qué haces? -Gruñó. Limpió tu sudor -Respondí calmada menté pasando suavemente la toalla por su rostro, al principio estuvo muy tensa pero poco a poco se fue relajando. ¿A qué horas despertaste? -Pregunté. Mmh...creó qué eran las 5 o 6 de la mañana -Respondió. ¿No pudiste dormir? -Pregunté pero ella no respondió, así qué lo dejé así, terminé de limpiar su rostro y me levanté, seguramente todos ya estarían despiertos y moría de hambre. Gracias -Dijo cuándo me vió caminar en dirección a la casa, volteé a verla, le regalé una sonrisa. De nada -Le respondí y ella me miraba entré confundida y sorprendida. No está acostumbrada a qué se preocupen por ella pero conmigo alrededor tendrá que acostumbrarse.

Bᴇᴀᴜᴛʏ ʙᴇʜɪɴᴅ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅɴᴇss [Bᴜʙʙʟɪɴᴇ] (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora