Fɪɴᴅ U Aɢᴀɪɴ

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Marshall Lee Petrikov:
Pasó una semana y media desde qué Gumball y yo nos besamos, desde entonces él me ha estado evitando, cómo si tuviera la peste o algo parecido. Las veces qué nos quedábamos solos se veía muy nervioso, intenté acercarme a él y preguntarle al respecto pero él aseguró qué todo está bien y decidí no presionarlo más. Su comportamiento me entristeció y ahora parecía qué evitarme es su deporte favorito. De pasar cada maldito segundo juntos todos los días, ahora apenas si nos vemos un par de segundos. Pero a pesar de todo comprendo qué tenga miedo pero duele su indiferencia y qué me ignore todo él tiempo. Después de aguantar varios días él comportamiento de Gumball, traté de hablar con él muchas veces pero no quiso escucharme.

Decidí qué es momento dé irme, cómo cazador dé demonios tenía qué seguir exterminando a esos seres sobrenaturales y no podía seguir tomándome vacaciones. Me había levantado muy temprano, mis papás cómo siempre ya estaban despiertos, y desayunamos juntos, ellos ya sabían qué me iría. Al terminar de desayunar, salimos afuera, nos abrazamos y nos despedimos. Ten mucho cuidado, y ven a vernos más seguido -Dijo mamá abrazándome fuerte. Está bien, ustedes también cuídense mucho -Les dije a ambos y ellos asintieron. Sea lo qué sea qué haya pasado entré tú y Gumball no dejes qué él miedo los aparte -Susurró mamá en mí oído. En ese momento mis mejillas ardieron, ellos me sonreían. ¡Malditos, ellos ya saben lo qué ocurrió con Gumball!. Entre Gumball y yo no ocurre nada -Negué rápidamente, pero ellos son muy inteligentes, sé que al final sabrán qué estoy mintiendo. Oh hijo mío, no puedes ocultar él amor a unos viejos cómo nosotros -Papá se acercó a mamá, la abrazó y besó su mejilla. Ustedes dos se miran cómo yo miraba a tú mamá cuándo éramos jóvenes. Ustedes se aman y no puedes negarlo -Continuó diciendo con una sonrisa tranquilizadora. Así es. Sólo queremos qué seas feliz cariño -Explico mamá también con una sonrisa. Los miré por unos segundos, me acerqué a ellos y los abracé fuertemente de nuevo. Gracias, los amo -Susurré. También te amamos hijo -Susurró papá.

Caminaba, ya llevaba varías horas desde qué me alejé de casa y de la aldea, había caminado mucho incluso pasé por algunas aldeas. Sólo me detuve para comer algo y descansar un poco, después continué caminando pero durante todo él día sólo pensaba en Gumball, en los besos qué nos dimos y en todo lo qué me hizo sentir.

Gumball Bubblegum:
Me encontraba entrenando, cómo todos los días parte de la mañana entrené y aún continuaba entrenando. Pero sentía algo raro, sentía qué algo me faltaba. No había visto a Marshall en toda la mañana pero supuse qué se fue a dar una vuelta por la aldea o algo parecido y qué lo vería más tardé. Si, tal vez no estuvo bien ser indiferente con él pero...tengo miedo. Aquel besó trajo consigo muchos sentimientos a la vez y simplemente fue demasiado, tanto que me aterró, lo único qué pude hacer fue tratar de alejarlo para pensar claramente, me dolía mucho ignorarlo pero en su momento pensé qué fue lo mejor para mí.

Cuándo llegó la hora de la cena, vi su asiento vacío y fruncí él ceño. ¿Dónde demonios está?. ¿Marshall...no vendrá a cenar? -Pregunté. Simon y Betty dejaron de comer para verme. Marshall se fue, creí qué lo sabías -Contestó Betty. En ese momento sentí una punzada en mí corazón. Él se había ido, me entristeció porqué no se despidió de mí...pero ¿Cómo se iba a despedir de mí si yo lo trataba muy mal?. Eres un imbecil me regañé a mí mismo, seguimos comiendo en silencio. Cuándo me acosté en mí cama, no pude evitar llorar, por mí culpa Marshall se había ido y ahora me sentía muy triste. Me regañé y culpe a mi mismo por ser un maldito cobarde, lloré toda la noche porqué tal vez perdí una gran oportunidad de estar con él...

-Al día siguiente-

Bonnibel Bubblegum:
Otro día nuevo había comenzado, caminábamos buscando demonios cómo todos los días. Me sentía feliz de qué Marceline me contaba algunas cosas de su pasado, no mucho pero era algo. ¡Marceline! -Alguien gritó su nombre haciéndonos parar. Volteamos a un lado, un chico alto, un poco más alto qué Marceline por unos centímetros, cabello cortó y negro. Con ojos de color azul verdoso, con su uniforme puesto y un cárdigan color rojo. Se acercó a nosotras y abrazó a Marceline, ella correspondió su abrazo y me limité a verlos con él ceño fruncido. Me alegró tanto de verte -Dijo Marceline con una sonrisa. Ella volteó a verme. Marshall, ella es Bonnibel Bubblegum -Nos presentó, nos dimos un apretón de manos. Estuve en casa por unos días, conocí a su hermanó Gumball. Cuándo me contaron qué ella estaba viajando contigo no pude creerlo -Comento con una sonrisa divertida. ¿Porqué? -Pregunté curiosa. Marshall pasó su brazo por los hombros de Marceline, se notaba qué le gustaba molestarla. Está gruñona malhumorada de aquí no deja qué nadie viaje con ella, le gusta hacerlo todo sola -Dijo revolviendo él cabello de Marceline y ella sólo frunció él ceño. Cállate Marshall -Dijo, y nos reímos de lo linda qué se ve molesta. Estuvimos algunos minutos conversando con Marshall, nos contó qué a Gumball le va muy bien en su entrenamiento y qué descubrió qué su elemento es Geo (Tierra).

De repente apareció un hombre vestido con un uniforme pero de color blanco, se arrodilló enfrente de Marceline y Marshall. Marceline Abadeer se solicita su presencia en la casa de un terrateniente qué está ubicada en la aldea azul. Un demonio está dentro de la casa y se solicita qué lo extermine inmediatamente -Informó. Marshall Lee Petrikov se solicita su presencia en él distrito rojo, varios demonios están acechando todo él distrito y necesitan qué los elimines antes de qué causen muchos problemas -Término de dar los mensajes y se fue. Así supe qué aquel hombre sólo daba mensajes importantes para los cazadores. Ahora teníamos qué ir por caminos diferentes, Marshall le tocaría irse muy lejos. Marceline y él se abrazaron, nos despedimos y comenzamos a caminar hacía la aldea, teníamos qué darnos prisa.

Creó qué Marshall se llevó muy bien con mi hermanó -Comenté mientras caminábamos, volteé hacía atrás y miré la espalda de Marshall, lo miraba alejarse cada vez más dé nosotras. Marshall por alguna extraña razón sólo hablaba de Gumball. Más bien, a Marshall le gusta Gumball -Me corrigió. Él nunca habla de nadie con tanto entusiasmo. Se nota qué siente algo por Gumball -Continuó explicando y asentí mientras seguía caminando a su lado. Esperaba qué lo qué sienta Marshall también lo sienta Gumball, qué sea algo mutuo y sonreí por aquel pensamiento.

Bᴇᴀᴜᴛʏ ʙᴇʜɪɴᴅ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅɴᴇss [Bᴜʙʙʟɪɴᴇ] (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora