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-Seis años después-

Bonnibel Abadeer Bubblegum:
Nuestro hijo mayor, Victor había cumplido seis años hace unas semanas atrás. Nuestro hijo tiene él cabello negro cómo Marcy pero ojos azules cómo los míos. Luego está nuestro segundo hijo, le pusimos Hugo. Apenas tiene cinco, tiene él cabello rosado cómo el mío y ojos azules también cómo los míos. Era cómo una mini versión masculina mía. Y finalmente nuestra pequeña y última hija, la llamamos Marceline cómo su mamá. Tiene cuatro añitos y es tan parecida a Marcy. Por otro lado, Gumball y Marshall ademas de Meredith, quién ahora tiene siete años. Tuvieron otro hijo, lo llamaron Gustavo. Él pequeño apenas tiene cinco igual qué su primo Hugo. Gustavo tiene él cabello negro cómo Marshall. Aquellos niños eran una combinación de sus papás, igual qué nuestros hijos qué son una combinación de nosotras.

Los niños estaban jugando en nuestro patio, mis hijos jugaban con sus primos. Se llevan de maravilla, siempre están cuidándose. Niños. Entren ya, pronto vamos a comer -Los llame. Ellos se despidieron de sus primos y entraron a la casa. Puse la comida en la mesa. Vayan a lavarse las manos. Y ayuden a Marceline por favor -Les pedí. Está bien mami -Dijeron mis dos niños al mismo tiempo. De repente escuche la puerta abrirse y cerrarse, Marcy llegaba del trabajó justó a tiempo para comer todos juntos. Entró a la cocina con un ramo dé rosas. Vi estás flores y pensé en ti -Dijo ella dándome las flores. Son preciosas mi amor. Gracias -La abrace y le di un enorme besó. Es imposible no enamorarme más de Marcy cuándo hace cosas tan tiernas cómo estás. Justó cuándo nos separamos del besó, nuestros hijos entraban en la cocina. Cómo siempre la pequeña Marceline traía a Hamboo en sus brazos, desde qué su mamá se lo regaló, lo lleva a todas partes, no puede dormir sin él. ¡Mamá! -Los niños emocionados se acercaron a Marcy, ella se arrodilló y los abrazó a los tres. Siempre era así, los niños se emocionaban al ver a su mamá cuándo llegaba de trabajar y sé abrazaban. ¿Vas a jugar con nosotros más tardé mamá? -Preguntó Hugo emocionado. Por supuesto qué si, pero primero tenemos qué comer la deliciosa comida qué preparó su mami -Respondió. Todos nos sentamos en la mesa y disfrutamos de la cena familiar.

Después de comer, todos salimos al patio, yo me senté en una silla, yo cómo siempre sería una simple espectadora mientras mi esposa jugaba con sus hijos. Ahí Victor y Hugo formaron un equipo y Marcy iba a jugar sola. Iban a jugar un partido de fútbol. La pequeña Marceline se sentó a mí lado, abrazó fuertemente a Hamboo y se veía molesta. Fruncía el ceño muy parecido a su mamá, en verdad se parecían demasiado. ¿Qué sucede cariño? -Le pregunté acariciando su cabello negro. Quiero jugar, pero Victor y Hugo no me dejan. Dicen qué todavía soy muy pequeña para jugar con ellos y qué pueden lastimarme -Hizo un puchero. Sus hermanos eran muy protectores con Marceline, es nuestra pequeña princesa, y ellos no la dejaban jugar porqué de repente se ponían bruscos y no querían lastimarla. ¿Qué tal si esperamos a qué terminen y le pedimos a mamá qué juegue sólo contigo? -Le propuse, ella asintió emocionada. Estuvimos un rato viéndolos jugar. De repente Victor y Hugo se sincronizaron para burlar a Marcy y los niños terminaron metiendo un gol. ¡Si! -Celebraron chocando los cinco. Eso fue trampa -Se quejó Marcy pero con una sonrisa en su rostro. No estaba molesta, de hecho estaba feliz porqué sus hijos supieron burlarla juntos. ¡Claro qué no! ¡Metimos un gol de manera justa! -Victor se defendió. Bien. Continuemos pero les advirtió qué ahora no tendré consideración con ustedes pequeños remolinos -Advirtió Marcy. Aunque sabía qué mentía, ella los dejaría ganar una y otra vez sólo para verlos feliz, y pasar tiempo con sus hijos. Para ella siempre es importante pasar tiempo con ellos. Un rato después los niños terminaron cansados y se sentaron a un lado, tomaron agua y trataron de quitarse él sudor de su cara.

Me acerqué a Marcy, le di un besó. Tú hija quiere jugar contigo -Le dije. Apuntando disimuladamente hacía las sillas en dónde ella estaba ahí esperando a jugar con su mamá. ¿Porqué no jugo con nosotros ahorita? -Preguntó confundida. Porqué sus hermanos no la dejaron, ellos juegan brusco de repente y no quieren lastimarla -Le expliqué. Ella asintió. Princesa, ven -Marcy la llamó. Ella corrió hasta qué llegó hasta nosotras, Marcy se arrodilló para quedar a su altura. ¿Qué tal si jugamos un rato? -Le preguntó y ella asintió emocionada. Bien. Tú patea él balón y yo me pongo de portera -Le dijo. Marcy sé puso en la portería. Iba a irme a sentar pero la pequeña Marceline me detuvo al agarrar mi camisa. ¿Mami cuidas a Hamboo por mí...por favor? -Preguntó. Claro qué si bebé -Tomé él muñeco y me senté, dejé a Hamboo en mí regazó mientras veía a mí esposa y a mi hija jugar juntas. Aquella escena era la más tierna y adorable del mundo enteró. Marcy es una excelente mamá, siempre está pendiente de los niños, juega mucho con ellos, trata de pasar él tiempo con cada uno y los cuida mucho. Me saqué la lotería con ella.

Bᴇᴀᴜᴛʏ ʙᴇʜɪɴᴅ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅɴᴇss [Bᴜʙʙʟɪɴᴇ] (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora