Bonnibel Bubblegum:
Pasamos él resto de ese día en silencio, trataba de sacarle platica pero ella respondía cortantemente y aún en parte dolía recibir ese tipo de respuestas, trataba dé entenderla, y eso me hacía suponer qué ella ha tenido una vida muy difícil pero haré qué me lo cuente cuándo esté lista. Cuándo anocheció y encontramos otro lugar para dormir, temí qué volviera a tener otra pesadilla pero no fue así, ambas dormimos bien y ella está de mejor humor. Durante nuestro trayecto no encontramos ningún demonio, y por primera vez ella pagó por hospedarnos en una casa durante una noche, aquella casa tiene una chimenea. Aprovecharía para hacernos algo de cenar, la observé un momento y no sé porqué pero miré sus manos, siempre están cubiertas por aquellos guantes de cuero, ya qué ella se encontraba de mejor humor supuse qué sería bueno preguntarle.Marceline Abadeer:
¿Porqué siempre traes puestos esos guantes? -Preguntó. Me tensé al escuchar su pregunta e hice una mueca recordando lo qué ocultó. Me quedé callada, no sabía si sería bueno decirle o no pero al final decidí hacerlo...pero tengo miedo, temo qué al mostrarle esto le de asco mi presencia o algo parecido. Voltee a verla, mientras ella me miraba alce mi manga hasta un poco más arriba de mí codo y me quité mi guante de mí manó derecha. Le mostré mí manó robótica, ella lo vió sorprendida. Hace mucho perdí mi brazo derecho, unos amigos diseñaron este brazo, puedo moverlo y controlarlo a mí antojó -Expliqué. Ella se quedó callada observándome por un momento creí qué me diría cosas horribles pero una vez más ella volvió a sorprenderme. Lo siento tanto...no tenía idea -Dijo. Nos quedamos en silencio y sólo la miraba analizándola. ¿Puedo tocarlo? -Preguntó tímida, una vez más me sorprendió y sólo asentí sin poder decir una palabra. Ella se acercó sin miedo, sin ninguna expresión de asco o disgustó. Pasó delicadamente unos dedos por aquel brazo robótico y me tomó desprevenida cuándo besó la parte dónde termina el brazo robótico y empieza mi piel, así qué sentí ese besó. ¿Porqué lo ocultas? -Preguntó aún tocando mí brazo. Porqué no quiero qué la gente me miré con disgusto, prefiero mantenerlo en secreto -Me encogí de hombros. Eso es ridículo. Tienes qué estar orgullosa de esté brazo, porqué demuestra qué eres una persona fuerte. No debes esconderlo, debes mostrarlo con orgullo y no dejar qué nadie te diga lo contrario porqué al menos para mí cada parte de ti es hermosa y no debes avergonzarte -Dijo seriamente. La miré a los ojos y sólo pude ver qué decía la verdad, ella tiene razón.Admiró mí brazo por un rato, me dijo muchas cosas y entre ellas qué me mostrará mi brazo con orgullo. La chimenea estaba encendida y me quedé ahí perdida en mis pensamientos, estaba harta de ocultar mi brazo o tal vez fueron las dulces palabras de Bonnibel las que me convencieron. Me quité ambos guantes y con él fuego ardiente de la chimenea los aventé ahí, observé cómo sé quemaron hasta volverse cenizas. De ahora en adelante mostraría mí brazo con orgullo y no me importa lo qué la gente piense u opine de él, la única opinión qué me importa es la de aquella chica rosada y de estatura baja. Ella poco a poco se está convirtiendo en una amiga para mí y me agrada mucho tenerla a mí alrededor aunque no lo admire en voz alta.
Bonnibel hizo la cena para ambas, está deliciosa y se lo hice saber. Mientras comíamos todo estaba en silencio pero es uno cómodo. ¿Ya no usas los guantes? -Preguntó con curiosidad mirando mis manos. No, ya no los volveré a usar. Una persona sabía me dijo qué no debo ocultarme, debo de estar orgullosa de mi misma -Comenté dándole un guiño, ella se sonrojó y rió tiernamente. Eso es bueno -Comento aún sonrojada y le sonreí. Se ve tan hermosa sonrojada. Después de comer la ayudé a limpiar. Finalmente me metí al bañó para darme una ducha antes de dormir.
Bonnibel Bubblegum:
No sé cómo terminé así, sólo pasé por un lado y observé qué la puerta del bañó que estaba entré abierta, sabía qué Marceline se daría una ducha y me siento cómo una pervertida pero no puedo dejar de mirar. Ella se había quitado sus botas y su cárdigan. Observaba cómo quitaba los botones de su camisa de manga larga, una vez qué los desabrochó todos, quitó la prenda fuera de su cuerpo y finalmente le quedó prenda más: una camisa blanca con cuello V, sentí de repente qué él aire se me fue, ella se veía tan sexy. Se quitó la camisa y su dorso quedó desnudó excepto por un brazzier deportivo negro. Miré por su abdomen marcado, pude observar algunas cicatrices, sus fuertes hombros y también sus bíceps. Ella es la mujer más hermosa y sexy qué he conocido. Por un momento fantaseé qué entraba al bañó, me ponía de rodillas enfrenté de ella y besaba su abdomen, pasaba mis uñas por su abdomen y su espalda: la marcaba cómo mía. Finalmente ella me desnudaba y yo terminaba de quitarle sus prendas restantes y entrábamos juntas a ducharnos. Sacudí mi cabeza para regresar al mundo real, decidí mejor alejarme porqué estaba comenzando a ponerme cachonda con mis fantasías. Caminé unos pasos lejos del bañó pero tropecé y solté un pequeño grito de dolor cuándo sentí qué mi tobillo se dobló. Escuché los pasos de Marceline, ella salió del bañó para ver qué sucedía pero ella estaba casi semidesnuda y me quedé embobada viéndola. ¿Estás bien? -Preguntó preocupada, sólo pude asentir con la boca abierta. Me ayudó a pararme pero casi caigo de nuevo por mí tobillo, ella sin decir nada me cargó, rodeé su cuello con mis brazos, podía sentir su caliente piel con la mía y sus fuertes músculos. Me deposito suavemente en la cama, revisó mis tobillos y me quejé cuándo tocó el izquierdo, ella fue a la cocina y regresó con hielos para mí tobillo. Tranquila. Es una simple torcedura. Mañana estarás bien -Me sonrió. Tenía la garganta seca, no podía decir ni media palabra. Gracias -Fue lo único qué puede decir, ella asintió con una sonrisa. Ella regresó al bañó y escuché él sonido del agua cayendo, por primera vez desde qué nos conocemos Marceline Abadeer me dejó sin palabras. No podía evitar cerrar mis ojos y pensar en su perfecto cuerpo. Poco a poco me fui quedando dormida con esos pensamientos.
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Bᴇᴀᴜᴛʏ ʙᴇʜɪɴᴅ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅɴᴇss [Bᴜʙʙʟɪɴᴇ] (AU)
FanfictionLa solitaria Marceline Abadeer una cazadora de demonios salva a los hermanos Bubblegum: Gumball & Bonnibel, lastimosamente sus padres murieron a manos del demonio, y ahora emprenderán un viaje en dónde Abadeer cuidará a los hermanos mientras continú...