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UNA DECISIÓN EXTRAÑA

-¿Vas a mudarte?- preguntó Luzu a su lado mientras caminaban para ir al cine.

-Si, esa fue la "gran" noticia que me dio mi madre, el próximo fin de semana nos mudamos- confirmó el Vegetta.

-Pero ¿por qué así de golpe?- preguntó el castaño- creí que estaban algo justos con el dinero- agregó pensativo.

Habían llegado demasiado temprano para la función que querían ver, así que se desviaron un par de cuadras a una pequeña cafetería en la que solían reunirse luego del instituto para charlar un poco entre ellos. Entraron y tomaron asiento en el lugar que generalmente usaban mientras esperaban a qué la mesera se acercará.

-Hola Sam, Luzu- saludo la joven de larga cabellera negra- ¿Lo de siempre?- preguntó mientras ambos asentían- enseguida se los traigo-.

Samuel suspiró mirando hacia el exterior, tratando de entender un poco lo que estaba sucediendo con su madre, siempre había sido así de impulsiva pero ¿Irse a vivir con extraños? Eso ya lo superaba. Pero aún así, la expresión de felicidad que vio en ella, hacia mucho tiempo que no la veía.

-Fue por el viaje que hizo mi madre- dijo Samuel mirando su móvil.

-¿Su viaje?- preguntó Luzu sacando si móvil.

-¿Recuerdas que hace poco se tomó unos días del trabajo y se fue a Londres?- inquirió mientras su amigo asentía- pues ahí se topó con Nieves y volvieron a hablar como las mejores amigas, ambas estaban solas y viviendo aquí en Andorra sin saberlo-.

-¿Solas?-.

-El esposo de Nieves murió en un accidente de tránsito hace cinco años, por lo que mi madre me dijo-.

-Que pequeño es el mundo realmente- murmuró más para él que para su amigo. Luzu sabía que el padre de Vegetta llevaba seis años muerto, de la misma forma- se parece a la situación de tu madre- dijo más algo.

-A diferencia de mi padre, el señor Doblas no murió con su amante en ese accidente- respondió cortante.

-Lo siento-.

-Olvídalo- murmuró desviando su seria mirada.

A pesar de que su madre seguía amando a su padre, él lo odiaba, odiaba parecerse a él, odiaba recordarlo. Esa alfa que murió junto a su padre había sido el inicio de su desprecio por aquella raza, los alfas bobos siempre buscaban dañar a los omegas y quien se cruzara por su camino. Aunque claro, él sabía que había excepciones, como el alfa frente a él. Pero Luzu siempre fue diferente.

-¿Y qué ocurre con el hijo? ¿Raúl?-.

-Rubén- corrigió- pues, nada, un alfa desalineado e impuntual- respondió como si nada.

-Mmmm ya veo- respondió mirándolo fijamente.

-¿Qué?-.

-Nada- respondió- ah, ahí viene Mónica-.

-Chicos, sus pedidos- respondió la omega sonriéndoles.

-Gracias Moni- asintieron ambos.

Cuando la hora para la función en el cine se acercaban, pagaron lo consumido despidiéndose de Mónica y se encaminaron al cine. Vegetta hablaba sobre las reuniones y gastos del instituto, Luzu sabía muy bien que aquello era para evitar el tema de su madre y la loca idea que nació en ella y Nieves, con el tiempo había aprendido a leer a aquel serio y firme omega. Pero al mismo tiempo se encontraba nervioso, Vegetta viviendo con un alfa, hacía que en él nacieran muchas inseguridades. Sabía que el azabache podía llegar a ser muy impulsivo si llegara a sentirse presionado o intimidado por aquel alfa.
Suspiró resignado, seria lo que debería ser. Él como su amigo siempre estaría dispuesto a ayudarlo en lo que sea.

Quiero ser tú AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora