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Su Padre

Aquel sábado por la mañana ambos salieron con la excusa que saldrían con Luzu y un grupo de amigos para que Nieves ni Akira supieran algo al respecto ¿Cómo lo harían?
Rubén no durmió casi nada la noche anterior, sus nervios estaban a flor de piel y su imaginación actuaba en su contra, imaginándose miles de escenarios donde era rechazado y tratado de loco o peor aún de mentiroso y embustero un vividor que pretendía sacar algún beneficio económico de la familia Alvarez.
Samuel por su parte no dejaba de ver por el rabillo del ojo al Alfa a su lado en el tren de camino a la casa de Auron, él tampoco había podido dormir mucho, aquel secreto que Rubén guardaba le trajo a la mente los suyos propios, más aun lo que se trataban de su propio padre. Aunque intentaba no pensar en ellos, de momento la prioridad era únicamente Rubius, él había ido con el Alfa con el único fin de apoyarlo en aquel momento y nada más.
El camino se hizo eterno para ambos, parecía que llevaban una eternidad dentro del vagón del tren, aunque llevaban menos de treinta minutos en él. El paisaje en el exterior iba cambiando conforme se acercaban a una zona lujosa del centro, tendría que bajar ahí y caminar hasta su destino que había cambiado. Auron le había enviado un mensaje a Rubius diciéndole que debían verse en el estudio que su padre tenía en pleno centro, así que siguiendo las instrucciones del Beta caminaron hasta un gran edificio con el apellido de su dueño decorando la entrada.

-Vamos- dijo Samuel tomando la mano del Alfa quien se había quedado casi de piedra ante la inmensidad de aquella arquitectura, para ayudarlo a ingresar en el recinto.

Rubén sintió completa gratitud para con el Omega, este no lo sabía pero se había convertido en su fuerza en aquel decisivo momento.
Ambos ingresaron y fueron recibidos por el mismo Auron quien los llevó hasta la oficina privada de su padre y donde confesaron lo que habían ido a hacer, dejando que aquella habitación llena de librería con libros y modernas decoraciones se sumiera en el más profundo de los silencios.

En un sofá de una plaza enfrentado al de dos donde Rubén y Samuel estaban sentados, se encontraba un hombre de mediana edad, Beta sin duda igual que su hijo, con el mismo cabello de su hijo pero mejor peinado hacía atrás, una barba muy bien cuidada y una expresión de incredulidad en su rostro- Deje tiempo para ustedes porque Auron, dijiste que tus amigos querían conocer el estudio... no pensé que fueran a decirme esto- dijo por fin luego de escuchar la confesión y sospechas de su hijo y Rubén. Samuel guardaba silencio- Sin embargo, esto es un gran malentendido- agregó mirando a la visita- yo no soy el padre de Rubén- confesó con seriedad.

-¡¡Papá esto es vergonzoso, es muy tarde para que te hagas el inocente!!- exclamó Auron golpeando el brazo del sofá donde estaba sentado.

-No lo hago- se defendió el mayor- pero lo que dicen es imposible. Nieves y yo no tuvimos esa clase de relación- afirmó para luego ver directamente al Alfa más joven- Rubén, lamento decirte que no soy yo, es otra persona-.

Se esperó mil respuestas diferentes, su cerebro maquinó mil escenarios diferente pero jamás se imaginó aquella respuesta, estaba seguro de que aquel hombre era su padre, por años pensó eso y ahora resultaba que no lo era. No era posible.

-No puede ser... pero si...- balbuceo Auron confundido antes de ser interrumpido por su padre.

-Qué situación- bufó el Alfa mayor- No entiendo nada. ¿Qué fue lo que les hizo pensar eso?- preguntó mirando a su hijo.

-En el viejo diario de mamá decía eso, que tenías algo con Nieves- respondió Auron sin vacilar- y que ella dejó el trabajo y se casó porque tuvo un hijo que probablemente fuera tuyo-.

Quiero ser tú AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora