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FARGAN


Aquella noche fue directo a su habitación y no bajo ni siquiera para cenar, excusándose de que tenía mucho que hacer y estaba inapetente. Aún ante los berrinches de su madre, sobre que tenía que alimentarse bien, Samuel hizo oídos sordos. Ni siquiera había podido conciliar bien el sueño sin pensar en la estupidez de Guillermo ¿Quién se creía que era para hacerlo?
Al día siguiente, se levantó más temprano de lo normal para desayunar pronto y caminar solo al instituto, ya que si Rubén iba con él, sin duda se daría cuenta que algo estaba pasándole y ese también ¿Quién se creía? también lo había besado, sin su consentimiento, y luego le dijo que le gustaba ¿Por quién lo tomaba esos estúpidos Alfas? Sin duda ellos dos eran de lo peor.

-Muy bien chicos, eso será todo por hoy, no se olviden de realizar sus tareas de inglés para la próxima clase- pidió Lana cuando la campana que indicaba el final de las clases se hacía escuchar.

La mañana fue bastante dura, Samuel se las había ingeniado para evitar a Guillermo todo el día, era en esos momentos donde más agradecía que la junta estudiantil le pusiera varias tareas para realizar en los recesos. Por mucho que el contrario intentara acercarse a él, siempre había un tercero que se lo impedía.

Comenzó a guardas sus cosas en su mochila hasta que Luzu se acercó- ¿Ya te vas Vege? ¿No tienes que terminar lo de las planilla y...- pero fue interrumpido.

-Por favor, hoy hazlo por mi ¿si, Luzu?- le pidió chocando su mano con la del contrario.

-¿Eh?- no comprendió muy bien el porqué, pero era cierto que había visto a su amigo bastante cabreado todo el día.

-¡¡Vegetta!!- lo detuvo Willy en medio del pasillo- quiero hablarte- dijo tranquilo a aquel Vegetta que se había quedado quieto de espaldas. Mientras Luzu lo contemplaba

-Pero yo no quiero escucharte- respondió con molestia en su voz- ¡¡No quiero verte!! ¡¡NO ME HABLES!!- le gritó lanzándole una mirada asesina al contrario.

-Vege...-.

Una de las ventanas del salón que daba a los pasillos se abrió y por ella se asomó Rubius, mirando a Luzu que estaba a un lado- ¿Qué pasó? ¿Se pelearon?- preguntó confundido, al escuchar a Vegetta gritar.

-Parece que Willy le hizo algo- respondió- pero si le dije que no molestara... ¿lo habré provocado?- se preguntó en un susurro a sí mismo.

-¿Qué?-.

-Nada, es asunto mío- respondió nuevamente. Mientras se mantenía inmóvil viendo hacia el pasillo por el que Vegetta seguido por Willy habían desaparecido.

Samuel caminaba rápidamente hacía la salida, no quería detenerse por nada del mundo, aún no sabía cómo iba a reaccionar ante Guillermo, ni cómo responderle. Al estar tan molesto era obvio que no le respondería muy bien y aquello posiblemente terminara de romper la frágil amistad que habían construido luego de aquel lejano incidente que fue su confesión.

Se detuvo de golpe al verlo apoyado sobre el pilar de la entrada principal, luciendo el uniforme de otro instituto- "¿Fargan?"- se preguntó.

Y como si lo hubiese llamado con su pensamiento el castaño le devolvió la mirada acercándose hasta él- buenas tardes- saludó con su amplia sonrisa y sin esperar un saludó preguntó- ¿Rubius sigue en su salón? ¿Ya sale?-.

-Ah, sí... supongo- respondió cuando al fin su cerebro y su boca se pusieron de acuerdo en contestar dejando de lado el asombro. Escuchó su nombre a la distancia- que pesado- murmuró y un plan se formó en su mente al sentir lo pasos de Willy más cerca de él- ¡¡Aaahh Fargan ¿Esperaste mucho? Perdón por demorarme, ya nos podemos ir!!- dijo bastante alto, tomando el brazo del castaño para llevarlo lejos.

Quiero ser tú AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora