Todos lo miraron fijamente, y el príncipe siguió hablando de lo primero que se le ocurría para tratar de sostener esa mentira: –Ya que me está buscando a mí, yo voy a encontrarlo y encargarme de traerlo para que sea juzgado. Por lo tanto, viajaré río arriba y si no hallo su escondite, Cearbhall me hallará a mí. Y esta vez sé qué esperar de él, así que no me atrapará.
–¿Qué planeas exactamente? - interrogó Einar, un poco más preocupado que interesado.
Aren dejó que su lengua se moviera sola, sin detenerse a pensar: –En vez de que envíes a los guardias, yo iré sólo para buscar la guarida de ese villano. Ya que necesita algo de mí, investigaré de qué se trata y lo usaré en su contra. Además, esto involucra también a mi reino, así que tengo que hacerlo por ambos países.
El rey, convencido de que hablaba en serio, preguntó: –¿Estás seguro? Podrías resultar herido. Y aún debes participar en el torneo, en todo caso hazlo después de que se realice.
Delph miró con inquietud a Aren, pues no le había dicho nada del torneo, y aunque en su cultura no existían tales competencias, sabía de los que los humanos efectuaban en diferentes lugares del mundo, y le preocupaba no saber de qué clase de justa participaría el príncipe.
Por su parte, Aren respondió a su abuelo: –De todas maneras, no tengo posibilidades de ganar, así que mejor haré algo útil para nuestras naciones. Sé que funcionará.
Gunnar no había dicho nada, impresionado por las palabras de Aren, y olvidándose de la razón por la que le estaba haciendo burla.
Einar respiró hondo y dijo: –Si estás tan decidido, entonces hazlo. Pero debes hacerte responsable de tus acciones.
Aren suspiró: –Ya lo sé, no tienes que recordármelo –. Tras una breve pausa, agregó: –Mañana comenzaré mi búsqueda. Por ahora, iré a iré a preparar algunas cosas y a descansar.
El joven palmeó suavemente el hombro de Delph a modo de despedida y se puso de pie para regresar adentro del castillo. Gunnar también entró al edificio, pero Einar se quedó afuera por un momento más para preguntar al tritón: –¿Dónde puedo encontrar al hechicero que tu madre mencionó?
Delph dudó en responder: –Por ahora, en la fosa submarina cerca de aquí. Pero viaja constantemente –. Y enseguida, saltó de vuelta al agua, sin dar tiempo al soberano de preguntar más.
El muchacho nadó apresurado hacia la salida del reino, llevando el frasco con el mensaje para los amigos de Aren abrazado con fuerza. Todavía faltaba mucho para que oscureciera, así que no necesitaba usar su voz para guiarse, pero de todos modos, cantó algunas notas lastimeras, afligido por la suerte de su príncipe.
El tiempo que tardó en llegar de vuelta al campamento en la fosa se le hizo muy largo a pesar de la relativamente corta distancia. Pero lo que más lo sorprendió fue ver que la mayor parte de los viajeros ya habían guardado todas sus pertenencias y estaban listos para irse del lugar. Aunque el día anterior el kraken había decidido que era mejor alejarse de esta zona, Delph no creyó que se marcharían tan pronto. Incluso sus abuelos y su tío Leif habían empacado las cosas que llevaron en su viaje, así que nadó hacia ellos.
Al verlo, los tres lo abrazaron, y el abuelo, Werner, explicó: –Regresaremos a casa para ver que todo esté en orden allá , pero trataremos de volver pronto. El tío Google y Solveig usarán las bolas de cristal para mantener la comunicación.
–Lo sé, es que no esperaba que se fueran tan pronto. Pero no le digan a mi tía Coral que me enamoré de Aren, de seguro me va a molestar mucho cuando sepa que es medio humano.
Leif respondió: –Está bien, si acaso, le diremos que es un selkie, pero eso en caso de que se entere.
El muchacho rió y los abrazó fuertemente. Luego, miró cómo se alejaban, siguiendo al tío Google y a los demás viajeros.
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No hay reinos en el mar
FantasySegunda historia de "La visión del hechicero". Después de volver a Heland, el príncipe Erik descubre que su reino no es el único que debe volver a vivir en paz con los seres mágicos. Corre el año 825 d.C.; Aren es el joven príncipe de Kallioinenmeri...