Cearbhall agarró a Aren por el cuello de la camisa y lo levantó, haciendo que se pusiera de pie. Aun así, el príncipe siguió abrazando al tritón, sosteniéndolo firmemente para que no se cayera. Delph también se abrazó más fuerte de Aren, y miró con furia al villano, pero también analizándolo.
Jezibába, habiéndose quitado la capucha que ocultaba su rostro, medio sonrió, maligna, y dijo a Cearbhall: –Vaya, cariño mío. El pequeño príncipe aún es muy inocente, consiguió la confianza de un ejemplar de una especie de naturaleza tan esquiva. Creo que tendré que esperar a que se canse para que se aparte de él. No quisiera usar la fuerza bruta para separarlos, aun no sé qué tan frágil es mi nuevo juguetito. Lástima que tenga el cabello corto, hubiera sido interesante ver si de verdad es mejor catalizador que el de otras especies, como dicen los libros.
El selkie asintió con la cabeza, y se dirigió a Aren: –Te dije que te necesito para una misión, y estoy seguro de que lo recuerdas.
–Claro que lo recuerdo, pero por favor, sintetize su explicación, que no tengo todo el día – contestó Aren."
Todos rieron por esta respuesta, incluso el narrador, así que cuando se calmaron, continuó:
"Cearbhall frunció el cejo, pero sí se esforzó en resumir su discurso: –Necesito que ganes el torneo y te vuelvas el rey selkie, para que cierres las fronteras del reino y no vuelva a entrar o salir nadie, y que también seas el rey de los tres reinos de los cazadores y reduzcas su población, hasta que sea seguro volver para los seres mágicos.
Aren parpadeó, y dijo: –Ehm... entiendo que seas el villano y así, pero ¿no te parece que estás exagerando? Además, los humanos se van a dar cuenta de que están siendo reducidos a propósito, y en ese caso las cosas pueden salirse de control.
El guerrero respondió: –No si sigues mis instrucciones. El reino de los selkies ha decaído mucho en los últimos cuatro gobiernos. La familia real dice defender a los súbditos de los peligros de la especie humana, pero han permitido que salgan del reino, donde no hay seguridad. Tú, por ejemplo, eres resultado de esa falta de control en el reino. Y no somos la única especie que ha sufrido por las acciones de los humanos. Los silfos, las arpías, los dragones, las hadas y los gnomos, todos especies que eran libres en estos bosques. ¿Dónde crees que están ahora?, los que no murieron han huido a lugares donde aun no hay humanos. O, como mi Jezibába, se ocultan a plena luz. Pero irónicamente, tú podrías ser útil para arreglar esta situación. Ganando el torneo y al tomar el mando de los tres reinos más cercanos, puedes evitar que vuelvan a dañarnos.
El príncipe aún no le veía el sentido a las palabras del traidor, pero no preguntó nada. Simplemente volvió a sentarse en el suelo y acarició los cabellos de Delph, ignorando a Cearbhall y Jezibába, quienes en vista de que no les haría caso, salieron de la habitación.
Aren y Delph se quedaron solos de nuevo.
Para ese momento, el joven tritón ya necesitaría volver al agua, pero gracias al poder de la arcoja, todavía soportaría respirar aire un rato más. Se sentía bien en el cálido abrazo de su compañero, pero no podían quedarse sin hacer nada, así que habló de lo que había observado: –La hechicera es una sílfide. Naturalmente tiene la habilidad de hacerse invisible y es sensible a los cambios en la presión del aire. En cambio, él es un selkie, y su formación de guerrero le da casi pura fuerza física; no ha usado su habilidad de cambiar de forma en muchos años, así que su cuerpo perdió flexibilidad. En cuanto al hijo de ambos, como hechicero aún le falta mucha experiencia, pero no estoy tan seguro de sus habilidades innatas. Podría ser más fuerte.
Aren lo miró, desconcertado: –Bien, ¿y eso de qué nos sirve?
Delph sonrió: –Nos sirve para poder escaparnos. Aunque en este momento no estoy seguro de cómo, con esos datos debemos armar una estrategia.
ESTÁS LEYENDO
No hay reinos en el mar
FantasySegunda historia de "La visión del hechicero". Después de volver a Heland, el príncipe Erik descubre que su reino no es el único que debe volver a vivir en paz con los seres mágicos. Corre el año 825 d.C.; Aren es el joven príncipe de Kallioinenmeri...