Separo los párpados para encontrar que aún me encuentro adentro de la tina de baño, después de haber tomado lo que parece ser una siesta involuntaria.
Un silencio prominente me rodea mientras mi piel se arruga como la de un anciano debido al largo tiempo que he pasado en estas aguas.
Intento mover mis extremidades para salir de la bañera, pero como si una fuerza sobrehumana me impidiera de poder realizarlo, mi cuerpo permanece inmóvil como al de una estatua.
Destino toda mi fuerza para intentar mover mis dedos de las manos o pies, con el fin de recobrar el control de mi cuerpo, pero es como si no contara con el poder de manejar mi propio físico.
Sintiendo mi silueta pesando una tonelada, mi vista se plasma sobre un punto aleatorio a tres metros de distancia frente a mí.
Mis hombros se tensan y mi corazón se acelera tras encontrar una alta figura negra en la oscuridad de la habitación, debido a la hora tardía de la noche, indicándome que no soy la única persona en este lugar.
Con pasos lentos, tan pausados que pareciese querer alargar mi nerviosismo, el individuo comienza a acercarse a mi dirección.
Intento abrir mi boca para emitir un grito desesperado, pero éstos parecen estar sellados con pegamento, pues por más presión que destine para separarlos, permanecen cerrados por completo.
Mi palpitación se incrementa aún más cuando de un segundo a otro, la figura humanoide se aproxima tan rápido que su rostro sombrío permanece al costado del mío.
Cierro los ojos con gran ímpetu para evitar encontrar ese semblante terrorífico, pero su respiración sobre mi cuello es suficiente para indicarme que continúa a mi lado para aterrorizarme de pies a cabeza.
Continuando con la meta de reaccionar y recobrar la movilidad, me esfuerzo por patalear mis piernas de un lado a otro, así como mis brazos, pero la misma sensación de restricción que gobernó mi ser durante mi tiempo de cautivo, regresa a mí para impedirme presenciar la libertad que tanto añoré en el pasado.
Las exclamaciones de susto permanecen atrapadas dentro de mi boca al no poder expresarlas en voz alta, mientras que las manos del monstruo ingresan al agua para tomar mis piernas con sus árticas manos.
Un dolor agudo de inmediato llega a mi cabeza tras intentar moverla, pero nuevamente, fallo en el acto.
Lágrimas llegan a mis ojos por lo vulnerable e inofensiva que me encuentro en este momento, angustiada por no poder actuar de ninguna manera para salir de esta situación que aterra cada célula de mi cuerpo.
Y como si el silencio fuese remplazado por una melodía agradable, música comienza a sonar en el tocador para contrastar con el individuo desagradable que busca atormentarme como sabe que tanto desprecio.
Y, repentinamente, percibo un apretón sobre ambos muslos, con tal fuerza que pareciese querer penetrar mi piel expuesta, hasta que un líquido caliente comienza a esparcirse en las aguas de la tina: sangre.
Sus manos que asimilan a las de un felino feroz, con garras de tal magnitud que podrían degollarme de una sola estocada, se clavan sobre mis piernas para provocarme un dolor instantáneo, tan fuerte que mis exclamaciones de agonía permanecen en mi interior al no poder salir de mis labios sellados.
Mis ojos verdes comienzan a sollozar por el miedo que invade mi alma, además del sufrimiento que pensé no volvería a experimentar en toda mi vida.
Apreciando lo que se sienten como los últimos minutos de mi vida, vuelvo a separar los párpados para abrir mis ojos en su totalidad, solo para gritar con todas mis fuerzas al instante en que veo a un individuo camuflajeado con la oscuridad de la habitación, mostrando unos ojos oscuros y llenos de malicia observándome directamente al rostro.
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Amarlo Fue Rojo
RomanceOscuridad fue lo que predominó en mis días desde aquel momento en que me alejaron de mi vida. Luz fue lo que tú me brindaste desde el instante en que entraste a ella. Nunca comprendí cómo pude crecer a apreciar tanto a alguien como tú, pero el apoyo...