Visto mi cuerpo con ropa cómoda, contrastando con el hermoso vestido rojizo que Lyra escogió para mí con el fin de usar durante la velada navideña, la cual dará inicio en mi hogar en tan solo pocos minutos.
Observo mi rostro en el espejo de mi habitación, encontrando ojeras pronunciadas en mi mirada para denotar el dolor y la tristeza que han reinado mi organismo por un largo tiempo.
Peino mi largo y húmedo cabello en una trenza para despejar mi rostro, preparándome para retirarme de mi vivienda y así dirigirme hacia el espacio donde Rojo se encuentra.
Con mi celular en mano y mis emociones con mayor estabilidad gracias al apoyo de Clark, toco la puerta de mi recámara tres veces, para que mi guardaespaldas aparezca del otro lado de la elegante pieza de madera, esperándome.
—¿Estás lista? — Me pregunta con cautela.
Asiento, pues no deseo nada más en este mundo que reencontrarme con la mirada azulada de Rojo, por lo menos una última vez.
Sigo los pasos de Clark, quien me guía por el interior de mi hogar para caminar sobre los sitios menos transitados, hasta que logramos escabullirnos por la puerta trasera de mi vivienda.
Tras salir, el ártico aire de la noche acaricia mi rostro para recordarme que las festividades han iniciado, pero he perdido mis ánimos por celebrar con el resto, pues no tengo nada qué festejar.
Mi guardaespaldas inspecciona el área con el fin de asegurar que ningún familiar o visitante nos observe en su radar. Y, en pasos veloces, logramos acercarnos a mi auto estacionado frente a la amplia cochera de mi casa.
Mientras que Clark me invita a tomar asiento en el lugar del copiloto, él procede a tomar el volante para encaminar el vehículo tras encenderlo, aprovechando cada minuto de la noche.
La estación de radio comienza a tocar "Blue Christmas", por Elvis Presley, para brindar música ad hoc a la festividad decembrina.
Mi guardaespaldas maneja al límite de velocidad a la par que mantiene nuestra seguridad dentro del vehículo, hasta que mi voz decide tomar la palabra para llamarlo.
—Clark—. Giro mi rostro hacia él, —¿Cómo sabes de Rojo?
El rubio mantiene su mirada al frente, respetando cada regla de tránsito a la perfección.
Mi acompañante tensa la quijada por un instante, guardando silencio por un minuto antes de responder a mi interrogante.
—Él fue quien me contrató para proteger de ti.
Frunzo el ceño por la confusión que reflejan sus palabras.
Clark gira su rostro hacia mi dirección tras detener el auto frente al semáforo rojo.
—Después de tu rescate, Rojo me buscó para presentarme ante tu padre y convencerlo de aceptar mis servicios—. Me sorprende al decir.
—Nuestras madres fueron cercanas en su juventud, motivo por el cuál Rojo conocía de mi profesión—. Me informa, —Y, tras entablar gran confianza hacia mí, supo que yo sería el indicado para hacerte sentir a salvo.
Media sonrisa se pinta sobre mi rostro, pues Rojo acertó con su decisión.
Clark retoma el camino una vez que la luz cambia a verde.
—Rojo sabía que tu padre estaba en búsqueda de un guardaespaldas para ti. Así que, no tardé mucho para llegar a su alcance, a través de mi agencia y de los contactos de Rojo, para tomar el puesto y convertirme en tu protector personal.
Permanezco en silencio por la confesión inesperada. Parece que Rojo lo tenía todo resuelto para mí, pero nunca ha logrado acomodar el caos de su vida.
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Amarlo Fue Rojo
RomanceOscuridad fue lo que predominó en mis días desde aquel momento en que me alejaron de mi vida. Luz fue lo que tú me brindaste desde el instante en que entraste a ella. Nunca comprendí cómo pude crecer a apreciar tanto a alguien como tú, pero el apoyo...