Milagro de Amor

POR TU CULPA

CAPITULO 18

Llegó a su habitación corriendo, encerrándose de un portazo. Se sentó en el suelo apoyándose en la puerta de espaldas. No podía controlar su respiración, sus lagrimas comenzaron a bajar en gotas gruesas y los sollozos no se hicieron esperar.

Sentía culpa...

No sabia el porque o de a donde provenía aquella culpa, pero la sentía más de la que alguna vez pudo cargar y lo estaba comenzando a romper por dentro. su pecho subía y bajaba con brusquedad buscando aire como si le faltase a pesar de dar grandes bocanadas, quería llorar y gritar con fuerza, pero aquel grito simplemente no salía, parecía estar atorado a mitad del camino.

Se levantó a duras penas para irse a su cama, sus lagrimas no paraban, la cabeza le daba vueltas, siendo apenas capaz de pensar con claridad. Escuchó un ruido en sus pies, como si caminara sobre grava. Bajó su vista al suelo y vió lo que allí eran restos de vidrios, un buen grupo de arepas de un color naranja y amojosadas, debido a que habían absorbido la mayoría de lo que había sido un jugo de naranja, y lo que quedaba de aquel jugo, estaba tan secas que el suelo era pegajoso, las frutas regadas por la sala de esa habitación, algunas en color negro y otras en proceso de descomposición y más allá estaba la bandeja.

¿Cuándo llegó esto a mi habitación?

No importaba eso ahora

Lo recogió y lo dejó a un costado. Se arrojó a su cama, dejándose llevar por todo el peso de su cuerpo y emociones que sentía en ese momento. No quería pensar, solo cerró sus ojos y se dejó llevar por el silencio....

No tardó mucho en caer en un profundo sueño. Uno que se convertiría en su peor pesadilla.

Se removía incomodo en su cama, tenia otra pesadilla más del montón.

El se sentía enojado, furioso, lleno de culpa ...

Pero... ¿Por qué?.... se vió a si mismo en tercera persona, se fijó en sus manos y cuerpo parecían traslucidos en color dorado, se quiso tocar sus propias manos y se atravesó, le asustó un poco, eso pasó a segundo plano cuando se fijó frente a el, vió casita y se vio a si mismo entrando furioso.

Se volvió a sorprender...

¿Qué clase de sueño estaba teniendo?

Este no era a los sueños que comúnmente tenía, por lo general eran horribles pesadillas que le quitaban el sueño en segundos. O en su defecto, soñaba con una mujer, que era mucho más pasable que lo primero, pero eso no le quitaba que lo dejaba bastante tiempo pensativo.

¿Se habrá comido una arepa en mal estado?

—¿Soy....yo? —se dijo a si mismo y se siguió.

En ese momento muchas preguntas recorrían su cabeza aún así prefirió ignorarlas porque algo le llamó la atención. Ingresó a casita por la puerta que a pesar de que estaba cerrada, se vió adentro de ella.

—¡Hola Camilo! —escuchó a lo lejos, se giró a verla al escuchar su nombre por un momento se alegró de escuchar su voz feliz, siendo un segundo después, se atravesó a si mismo, no se iba a seguir a el mismo, quería quedarse ahí mirándola como ella sonreía de oreja a oreja cantando, Más algo más le atrajo una poderosa atención, se comenzó a seguir, se detuvo antes de subir las escaleras, echó un último vistazo a su prima quién estaba tras un montón de papeles que en un comienzo no había notado

....¿Entonces la abuela le había dado su trabajo en casa?

Volvió a alegrarse por ella. Cuando giró su cabeza para seguirse, su hermana salía de su cuarto muy contenta, se le notaba, estaba bastante feliz, ella lo saludó, pero se vio mirándola con una mirada cargada de odio y ella se asustó.