TIEMPO PARA PERDONAR

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CAPITULO 24





—¿Cómo está Mirabel? —preguntó Mariano, quien caminaba al lado de su novia, estaban tomados de la mano caminando por el pueblo. Una cita que habían programado desde hace varias semanas y siempre se posponía de alguna manera.

—Ha mejorado bastante en los últimos días, aun no puede hablar, pero estoy segura de que pronto lo hará. He estado escuchando sonidos de sus cuerdas, son erráticos pero es su voz —dijo feliz la morena.

—¡Esas son buenas noticias!

—¡Si, las mejores, diría yo! —Mariano supo que ya era el momento de hacerlo.

¡Debía pedirle ahora Matrimonio ahora! 

Desesperado buscó en sus bolsillos del pantalón la cajita, pero no la encontró. En ese mismo momento. Dolores había escuchado a su hermano junto a su prima, esto le causo cierto nervios, no podían culparla, ella siente cierta incomodidad y miedo, hay cosas que nadie sabe más que ella y los involucrados.

Su hermano y ella, no habían hablado sobre aquel día y tampoco es que él lo intentara, fingir que nada pasaba, era la escapatoria de Camilo, siempre fue su arma esa. Pero para ambas chicas, no era así. Dolores aún no le hablaba a su hermano a pesar de que siempre se juntaban en las comidas y se cruzaban en casita, ellos solo cruzaban un saludo incómodo de los dos lados. Incluso sus padres se dieron cuenta de que algo no estaba bien y eso le dió un poco de ansiedad, no es buena mintiendo por los que cuando su madre o padre intentaban tocar el tema, ella rehuía de esas conversaciones o cambiándolas directamente de forma sútil.
Mariano aun buscaba el anillo en cualquiera de sus bolsillos, pero no lo encontraba.

—Mariano ¡debo ir a casita ahora! ¡nos vemos luego! -Se giro para despedirse de el, de un beso en su mejilla y comenzó a caminar rápido. No quería que haya algún tipo de inconveniente por parte de su hermano, más allá de que cometa otro error. También sabe que él la esta pasando mal, su hermano no es una persona abierta en cuanto a sus emociones, ella lo sabe bien. 

En ocasiones lo escuchó sollozar.
Ella lo sabe mejor que nadie. 

Su abuela los presionó tanto como a Isabela, para que ellos dejaran de lado sus propias emociones y bienestar por el pueblo, incluso a ella le costó salir de aquel muro que había creado, pero poco a poco lo hizo, con mucha ayuda y acompañamiento, pudo salir de ese estado, cree que a su hermano le costara hacerlo, más que a cualquiera de ellos ya que el jamás habló sobre si, nunca lo hizo mucho menos con ella a pesar de que sean unos hermanos unidos.

Comete errores como todos, pero se queda en esos errores y no es capaz de avanzar. Lo quiere mucho, es su hermano, supone que tendrá que ella deberá dar el primer paso si quiere ayudar a su hermano, es ella la que tiene ser esa ayuda que tanto necesita su hermano.


Cuando llegó a casita, lo que vio la sorprendió. Mirabel nuevamente había rechazado a su hermano, ella no lo miró y corrió hasta su habitación, y se encerró allí. Camilo estaba de espaldas mirando su mano. El la miró con mucha indecisión sobre que hacer, hasta que al final decidió hacer lo que siempre hace.

Milagro de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora