TÓMALO CON CALMA

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Capitulo 28






—Ven Mirabel...  —llamó Isabela en una sonrisa, la nombrada se giro rápido con la cabeza agachada, no quería que su hermana mayor viera su semblante, fue a paso presuroso fue hacia ella, tenía que irse lo más rápido de allí. La de las flores vio a su primo extraño y también a su hermana  —¿Te encuentras bien? 

La menor asintió. Lo último que quería era que supieran esto. Más Isabela bufó.

Entendió lo que el hizo. 

Se enojó, sabe como es de bromista su primo y nadie de casita se salva, excepto por su madre, abuela y tía Pepa. Siempre le ha jugado bromas un poco más que irritantes, aunque al final suele darle su merecido.

¡Pero en condenado nunca aprende! ¿Debería romperle la nariz para que aprenda?

Ambas caminaban hacia las orillas de la selva, estaban seguras porque . Estaban en un silencio que hizo que la mayor se sorprendiera. Giró a ver a su hermana tenia un semblante serio y a la vez algo decaído.

— ¿Quieres que le rompa la nariz? —preguntó determinada levantando su puño, sabía que podía encontrarlo y hacerlo. 

Mirabel la vio horrorizada.

—¿¡Qué?! ¿A quién? —cuestionó asustada.

—A Camilo —respondió sin titubear —El muy imbécil se ha burlado ¿no? —Ante la pregunta Mirabel solo dudó, y eso le fue suficiente a Isabela para darse cuenta, (o creer) que había sido de esa forma.

No era eso, era algo mucho más que eso.

—¡Lo sabia! ¡Se la romperé ahora mismo! —gritó intentando ir tras él, su primo sabe lo difícil que fue para su hermana y con su descaro le hizo pasar un mal momento. 

—¡NO!—expresó fuerte la de anteojos, arrojándose sobre los brazos de su hermana. Isabela la miró y la menor le hacia señas con la mirada suplicante. Isabela era muy decisiva cuando se lo proponía, pero si de algo tenían ellas, era el respeto hacía un solo integrante.

—¡ARGH!... —se quejó cruzando sus brazos —tienes razón, está mi mamá —suspirando en derrota bajando sus manos —¡Es un imbécil!  Me encargaré de el luego...

Su ceño fruncido decía que lo haría, con sus manos creó cerca de la frontera de la selva una plantas carnívoras, seguramente las usaría para asustarlo, ya lo hizo varias veces. El don de Isabela, en ocasiones, las plantas, flores o árboles, muchas veces cuando sentía aversión o desagrado por una personas, estas se encargaban de hacerle pasar muy malos ratos. Como ejemplo hubo una vez donde una joven se acercó insultándola de muchas maneras posibles porque el joven que ella quería, estaba perdidamente enamorado de su hermana, ante su enojo, Isabela sin darse cuenta terminó haciendo crecer una enredadera sobre una pared. Claro que cuando la joven quiso irse, esta la atrapó entre toda la multitud sin dejarle posibilidades de salir. Un momento muy estresante para todos, Isabela no supo que podía hacerlo, pero lo que le molestaba no era esto, sino que después debía disculparse por los "daños"

Milagro de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora