PLAN

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Capítulo 49





La cena en casita había trascurrido bien dentro de todo el parámetro sucedido.

La noche había caído con tranquilidad, estaba en su cuarto acostada, mirando a su primo pequeño descansar a su lado. Lo cobijó un poco más para terminar de acariciarle sus pequeños cabellos rizados, sus muecas alternadas le decían que estaba soñando algo, al parecer era un buen sueño porque sonreía demasiado por momentos.

Eso le tranquilizó.

Sus ojos se aguaron y temblaron nuevamente. Cada vez que lo miraba a Toñito, los recuerdos de su pequeño rostro lleno de miedo y suplicando por ella le atormentaban. No pudo hacer nada por el cuándo la llamaba.

Sabe que no es fuerte, tiene bastante miedo de muchas cosas, sus pesadillas aun le atormentan y los ataques de ansiedad no han mejorado, puede estabilizarlos, pero no siempre funciona la técnica de Dolores.

Agradece tanto a su prima, agradece no solo su ayuda, sino también su silencio. No quiere que se arme escándalos en la familia por cosas que ella no sabe controlar, quiere que la paz que está en casita continúe por mas años. Fue difícil superar muchas cosas, no solo para ella, sus hermanas, primos, tíos y padres sufrieron de diferentes formas. Su madre aun lo hace, puede verla, sus gestos siempre le están diciendo lo muy intranquila que vive al saber que ella respirar de forma irregular.

Eso le pesa en su alma, no desea que su madre viva de la incertidumbre o en su defecto duerma con angustia cada vez que ella tiene una pesadilla. Su papá hace lo posible por apoyarla aun cuando tiene sus dudas, sabe que no lo hace a propósito, más le ruega casi siempre que salen en las mañanas cuando le acompaña a la morada que hable con su ma, que le ayude a cambiar de opinión para comenzar a ir sola por las calles, sin embargo, ahora ve cuánta razón tiene ella en preocuparse.

No puede controlar su miedo, sino fuera por Camilo, quien sabe que hubiera sucedido con Antonio. Nuevamente la salvó a ella y en su descaro no puede ni agradecerle como es debido, le debe tanto a su primo mayor que ni es capaz de verlo al rostro.

Nunca se durmió desde que se había acostado fingiendo cansancio, si tenía puesta su piyama de verano, pero esa noche en particular estaba fresca, no sabía si era porque se acercaba el invierno o algo más, jamás se quitó sus anteojos porque habló con Antonio hasta que él se durmió en medio de sus charlas. Sabe que todavía debe preparar el regalo de cumpleaños del pequeño, en tres días cumpliría oficialmente los ocho, no sabe en qué momento creció tanto ese pequeño rayito de sol lleno de alegría y timidez, porque así era, Toñito era tímido, muy diferente a lo que es Camilo o Dolores.

Su tía le tenía preparada una pequeña fiesta sorpresa con ellos, estaba un poco alterada porque le faltaban ciertas cosas, Luisa le estaba ayudando con ciertos adornos en secreto, Dolores buscaba todavía un regalo perfecto.

Ella aun pensaba en qué regalarle, con cada cumpleaños ya era difícil, no sabe que más hacerle u obsequiarle, estaba de a poco dejando de ser un niño pequeño para ser un niño grande como se auto proclamaba.

Eso le hizo reír. Es tan adorable ese niño. Miró nuevamente a la ventana y sus pensamientos volvieron a lo mismo.

Su miedo...

Estaba fresco, la brisa nocturna se colaba por la ventana abierta, la luna brillaba con fuerza. Con cuidado se levantó de su cama, el reloj de su cuarto marcaba más de las tres de la madrugada, caminó un poco hasta su pequeño balcón, su piel se erizó al sentir ese soplo de viento golpearle el cuerpo, por inercia refregó sus brazos intentando calmar ese pequeño frío.

Milagro de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora