CAPÍTULO 42
—¡Por favor mamá! —rogó
—No Mirabel ya hablamos de esto nena
—Pero-
—La respuesta es no y por favor ya deja eso —regañó aun con su voz suave y tranquila, sin embargo, la menor supo que la conversación había acabado. Su madre no cedería a su petición ni haciendo una huelga de hambre o rogarle de rodillas. Era un no por completo sin darle una pequeña oportunidad a que pudiera refutarle. Su madre no iba a levantarle la voz y tampoco castigarla como su abuela en ocasiones implementaba, en esos casos, siempre la mandaban a su cuarto sin jugar con Antonio o simplemente limpiar casita. Esos eran unos castigos por parte de su familia, lo cuál a ella le molestaba, y no era limpiar casita, sino más bien, quedarse en casita sin salir por todo un día, eso la desesperaba y aún lo hace.
Sus padres no las castigaban, su abuela solo lo hacía en el pasado aunque solo en contadas ocasiones quedaba en casita sola por todo un día debido a que su mamá siempre intervenía diciendo que no se merecía tal castigo, más en este caso ahora era su ma quién se le negaba a hacer algo y ese algo era volver sola a casita.
Estaban en la hora de la cena, aunque ya había finalizado, los platos estaban siendo recogidos por sus hermanas. Ellas evitaban involucrarse en esa pequeña discusión, aunque en cierta manera no lo era, solo era un punto cerrado en el que su hermana menor se negaba a recibir un no y su madre no iba a ceder bajo ningún concepto.
Alma solo miraba desde la punta de la mesa sin intervenir, desde hace tiempo que ella no se involucraba en los asuntos de sus nietos por pedidos y reclamos de sus hijas. Cosa que le costó aceptar en un principio, sin embargo, poco a poco comprendió de que ella no podía y jamás debió entrometerse, sus nietos eran unos jóvenes que deseaban otras cosas en sus vidas, y aunque le costó, no siempre le gustaba lo que ellos elegían, tuvo que aceptarlo aun contra toda su fuerza de voluntad.
En este caso, solo bebía café humeante sin intervenir.
Agustín solo formuló una media sonrisa nerviosa devolviendole la mirada que su hija menor le dedicaba. Sabía lo que significaba, quería que él interviniera o que le ayudara a cambiar de opinión a su esposa, cosa que no sabe si podría lograrlo siendo sincero. Julieta podía ser la mujer más buena y hermosa del mundo, más también, ella era igual a Mirabel, tenaz y decidida. No sabe como le haría para hacerla cambiar de opinión, está consciente de la preocupación que su amada esposa tiene, por supuesto la tiene el secundándola por otro lado, pero no al punto de enjaularla. Eso no eran ellos, su pequeña Mirabú siempre fue una niña libre y alegre justo como una mariposa, ella batía sus alas por todos los lugares que deseaba sin hacer daño a nadie, comprende que es una niña que desea explorara el mundo como lo hace Isabela y Luisa, más la menor lo hace a su manera, ella juega y baila con el mundo sin percatarse muchas veces de algunas cosas malas que podrían rodearla.
Es consciente que la podrían lastimar.
Comprendía muy bien ambos puntos de vista, más que nada el de su niña.
Siguió a su esposa hasta la cocina.
—Julieta... —llamó el hombre dejando los platos en la alacena. Quería tener una larga charla con ella después de que las niñas se fueran a dormir, sin embargo, la insistencia de la mirada de su niña y a su vez la ansiedad en los ojos de las otras dos preciosas princesas lo alentaron a hacerlo mucho más antes de lo previsto —Juli... —llamó una segunda vez, mas el resonar fuerte de los cubiertos lo hizo comprender de inmediato que ella solo estaba fingiendo no haberlo escuchado, e l se molestó a su lado, el era su esposo y padre de las hijas de ambos, conoce a Mirabel tanto como ella y se preocupa tanto como su esposa. Si se le seguía negando a un poco de esa libertad que Mirabel deseaba, las cosas podrían ponerse un poco tensas, escuchó y fue testigo muchas veces que a un joven jamás se le quita la libertad, siempre eso termina mal, con mentiras y engaños.
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Milagro de Amor
أدب الهواةEl amor siempre ha tenido la libertad de no tener en cuenta ningún estándar, raza, religión, sexo o cualquier otra cosa similar. Siempre tomará las decisiones por ti y eso es lo que les pasó a ellos. No le importó, se confabuló con el destino para j...