FALLO

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CAPÍTULO #51

RECUERDEN QUE LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN SINO A DISNEY XD

DISFRUTEN MUCHO ESTA HISTORIA LLENA DE MUCHAS COSAS.





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Supo que apenas la vio, iba a caerle más que mal.

Simplemente miró de pies a cabeza y supo que todo estaba más que mal. Ella no debía estar ahí, debía irse a como del lugar.

—¿Viene a una revisión señora? —llamó de forma desdeñosa.

Ella negó con una sonrisa.

—No, no para nada... he venido porque Manuel me ha invitado-

—Es doctor Manuel para cualquiera —recalcó

—Lo lamento mucho- —se disculpó ante su falta de respeto.

—No me molesta que me llames de esa forma Juli

¿Juli?

—Oh no, por favor no, si es que le estoy faltando el respeto, le pido disculpas —habló aun con su voz suave— preocupada negando con sus manos. A lidia, su voz le molestó.

—¡Por supuesto que no me molesta Juli! —intervino el hombre tomando sus manos —Tu puedes llamarme como desees, ¡Me has salvado la vida y es algo que no podría pagártelo jamás! —dijo animado a lo que Julieta se enterneció por sus palabras.

—¿Cuál es el motivo de su visita doctor? —indagó intentando no sonar como si no la quisiera allí.

El suspiró con una sonrisa

—Ella es la curandera del pueblo —su mente quedó en blanco

—¿Ella? —el asintió y ella rió —¿Y que haces? ¿Usas tus vudús o me vas a tirar las cartas para saber que enfermedad tengo?

Julieta parpadeó varias veces antes de entender.

—¿Qué es vudú? —cuestionó la Madrigal curiosa esta vez. Manuel rio ante esa ingenuidad de la pueblerina.

—Luego te explico, Lidia, ella es... —pensó bien sus palabras —tiene... uhm.... Magia...

La mujer observó incrédula antes de reírse de la buena broma del doctor, más la sonrisa tranquila de la mujer y a el serio le comenzaba a ser más que incómodo.

—¿Magia? ¿Otra vez con la broma?

—Sé que es más que difícil de creer, pero ella —apunto a la mujer de vestimenta verde agua —me sanó, me curó, me salvó con su magia.

—De acuerdo y ¿por dónde sale esa dichosa "magia"'? —Julieta parecía no entender el punto de esto —¿En tus ojos? —comenzó a caminar en círculos pensando en posibles alternativas locas.

—¿No...? —respondió casi en una mueca más confusa a lo que la enfermera quería llegar.

—¿De tus manos?

—No

—Tu boca

—Tampoco

—Entonces de tus manos

Milagro de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora