capitulo 30
Caminaban por las calles de encanto junto a la mayor, los saludos y los deseos de la gente no se hicieron esperar. En la morada fue igual, le abrazaron y felicitaron por su recuperación. Estaba feliz de volver, a decir verdad. Puede que no haya podido hablar el día de hoy muy bien, pero aun así disfrutó mucho de este lugar.
Se había olvidado de decirle a su mamá que saldría con su abuela hacía el pueblo donde acordaron que la llevaría a la morada y luego al consejo, debían pasarle documentos y saludar, esa era un obligación de la matriarca tener contacto con los demás miembros importantes del pueblo.
Su abuela, ese día se dedicó a explicarle las cosas y entre ellas las cosas que cambiaron para ella. Nadie podría acercársele sin un pedido anticipado a Gabriela y a la misma Alma, y si la mayor lo autorizaba claro estaba, y si llegaba a ser autorizado, recién podría hacerlo, pero con compañía, no lo haría sola. Estaba agradecida de un lado, pero por otro creía que estaba exagerando.
—¡Señorita Mirabel! —saludó alegre desde la entrada de la morada Gabriela. No dudó en acercarse rápido y abrazarla con fuerza, ella le devolvió el mismo cariño. Un gran abrazo largo de unos segundos —¡La extrañé mucho! ¿¡Ya va regresar con nosotros?!
Preguntó separándose del abrazo,a lo que Mirabel respondió asintiendo con energía y muy feliz.
—¡No se imagina la cantidad de pedidos que han llegado!
—Gabriela, supongo que al estar aquí es que ya has terminado de rellenar esos documentos ¿no? —cuestionó su abuela con seriedad y una ceja levantado, a lo que la joven se intimidó e hizo muecas en respuestas.
—Abuela... traquilizate... yo le ayudaré ahora —interrumpió Mirabel intentando salvar a su única amiga del regaño de su abuela, si bien, Gabriela era un poco despistada, pero aun así se esforzaba y hacía las cosas mejor que cualquiera. Su abuela la miró mal, como si estuviera a punto casarse con el peor bandido del pueblo —Por favor abuela... déjame intentarlo
Iba a decir algo la mayor, pero solo negó y con una sonrisa resignada aceptó
—Bien querida... iré al consejo por unas cosas, luego pasaré por ti ¿si?
—Si.. —estaba realmente aliviada que se lo permitiera —Gracias abue
—Si, per-
—No te sobre esfuerces... Lo sé, no te preocupes —con esas palabras la mayor se retiró no sin antes dejarle un beso. Ambas jóvenes subieron, Gabi le mostró y contó todo en su ausencia. Nada que no haya visto antes, los papales que ella ya leyó. Gabriela era una muchacha de 18 años, era muy hermosa. Con cabellera marrón, ojos color miel y la piel de color blanca hacían llamativa su apariencia. Ambas se conocieron en este lugar y se hicieron amigas muy cercanas, tanto que hasta iba a casita, sus padres le adoraban, a Isabela le daba igual ella, Luisa la conocía poco y Toñito también la quería. Pasaron las horas en las que ambas estuvieron sentadas leyendo kilos y kilos de documentos, por lo que optaron por salir a despejarse un segundo fuera de estas paredes, pero no muy lejos.
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Milagro de Amor
FanfictionEl amor siempre ha tenido la libertad de no tener en cuenta ningún estándar, raza, religión, sexo o cualquier otra cosa similar. Siempre tomará las decisiones por ti y eso es lo que les pasó a ellos. No le importó, se confabuló con el destino para j...