Capítulo 3

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Al quedarse dormido, Harry gimió al despertarse dentro de su paisaje mental. Se sentó, pero deliberadamente no se volvió hacia la entidad que estaba detrás de él.

-¿Qué es lo que querías, Muerte?-.

La entidad detrás de él, se acercó, poniendo una mano en su hombro, haciendo que Harry se girara y mirara a la mujer detrás de él, su cabello negro enmarcando su rostro bajo la capucha de su capa, ojos azules oscuros mirándolo con una mirada más antigua que el universo.

-Pronto conocerá a mi Mercader, mi Maestro-.

Harry frunció los labios, odiando el título que ahora llevaba, no se percibía como el Maestro de nadie, y menos de la Muerte. Pero sí tenía ganas de conocer a ese Mercader, allá en el Reino Unido, después de la batalla final, la Muerte se le había aparecido, explicándole que había "dominado" todas las Reliquias, aunque no las llevara encima.

Explicó que a lo largo de su existencia, había encontrado personas o seres, o como se quiera llamar, que le habían demostrado algo.

Su Mercader, había dicho, había muerto múltiples veces, pero cada vez que eso ocurría no había llegado su hora. El hombre se había acercado a la muerte todas y cada una de las veces, con una sonrisa en la cara, aparentemente echando de menos a la gente que dejaba atrás, aunque tampoco le importaba estar lejos de ellos. Era un alma fuerte, le había dicho, llena de asombro, increíblemente inteligente y, según su hermana Destino, cambiaría el mundo tal y como se conocía.

Su Campeón, era un mercenario, por lo que regularmente le entregaba las almas de las personas que habían pasado a mejor vida y necesitaban ser recogidas, pero viendo que una parca no podía simplemente arrancar un alma de una persona viva, envió a su Campeón a hacerlo. También se enteró de que el hombre, no podía morir y odiaba no poder volver a acercarse a la muerte - no de una manera en que los amigos normalmente lo harían, pues ella lo describió como su amigo también, además de ser su Campeón.

La Muerte se había reído y le había dicho que él y Su Mercader eran así también, fuera de su alcance hasta que le pidieran que los cosechara, lo que llevaría mucho tiempo.

Harry suspiró, pero sonrió a la Muerte.

-Ah, sí que tengo ganas de conocerlo. ¿Conoce ya su título?-.

La Muerte hizo un movimiento con la mano, -más o menos, se lo dije cuando "murió" la última vez, pero como se despierta, no lo recuerda. Pero pienso decírselo pronto, cuando esté vivo y no muerto-.

Harry asintió, intrigado por ese hombre, aunque aún no lo conociera.

-¿Es esa la razón por la que querías venir a América, porque te hablé de mi Mercader y de que mi Campeón estaba aquí?-.

Harry tarareó, -sólo un poco, también quería ir a América porque es donde está Gin en este momento. Y porque estaba harto del Reino Unido. También ayuda el hecho de que los mutantes, los mejorados y los superhéroes son más normales allí que en el Reino Unido, lo que significa que puedo usar mis dones sin tener que tener cuidado con quién los ve-.

La Muerte asintió, -hay un gran número de seres mejorados en América, más que en otros países. Creo que tiene que ver con que es la tierra de la libertad-.

Harry la miró, antes de esbozar una sonrisa, -así que no, no quería ir a América sólo por el Comerciante, pero es una ventaja que lo conozca pronto-.

La Muerte le devolvió la sonrisa y le apretó un beso en la frente, -que lo disfrute, Mi Maestro, y nos volveremos a ver pronto-.

Harry abrió los ojos para mirar a la azafata que lo había despertado.

BETWEEN TECHNOLOGY, MAGIC AND DEATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora