Información Fidedigna

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Despertó para ir a trabajar. Se puso una camiseta blanca, su pantalón del trabajo, que también tuvo que alargar con magia, y la chaqueta. Odiaba eso, en cuánto acabase el colegio, trabajaría fuera del mundo muggle.

Y no volvería a esa casa.

¿Qué haría Sirius con su vida? No quiso pensar en eso ahora.

Se bebió un café y se fue con la moto calle abajo. Llegó el triple de rápido que caminando. Aparcó, se hizo una coleta y entró a trabajar. Las anécdotas del día anterior se sucedieron, al menos eso lo mantuvo entretenido.

Así estuvo un par de días, mezclando trabajar, estudiar, beber y meterle la lengua a Sirius hasta el fin de su boca.

Ella le preguntó por qué trabajaba. Y le dijo, no sabía por qué, la verdad:

-La hipoteca no se paga sola, niña rica- Por su cara, ella se sintió culpable de lo que había dicho, así que la besó.

No quería verla mal. ¿Por qué?

El día que su padre y él compartían turno, su padre le lanzó las llaves del coche. Menos mal que "por culpa" de Sirius había aprendido a conducir. ¿Ella lo vio venir? Quizás. Era lista y al contrario que él, objetiva.

Condujo, en silencio, con las noticias de fondo en la radio y bebiendo café. Daba gracias internamente por ser mago y no pasarse los siguientes 50 años de su vida yendo a trabajar a una fábrica deprimente, dejándose la piel y la espalda levantando peso, bebiendo el mismo café rancio, saliendo a los mismos sitios y muriendo lentamente.

-Chico...- Dijo su padre bajando el volumen- ¿Vas en serio con tu novia?

-¿Con Sirius?...- ¿Qué decía? ¡Si no estaban ni juntos!- Sí, yo diría que sí...- Mintió.

-Pues ya deberías ir ahorrando...- ¿Ahorrar? ¿Para qué?- Pareces tonto, chico...- Dijo mirando su cara- Ahorrar para un anillo, una boda, una casa, los hijos... Esas cosas... En nada vas a hacer dieciocho y vas a acabar... Lo que sea que hagas en ese puto Colegio.

Ignoró el insulto, el nombramiento indirecto de Hogwarts y la ignorancia de su padre que no sabía que ante los magos, él ya era mayor de edad.

Se centró en la otra mitad de la frase.

¿¡Cómo!? ¿Casarse y tener hijos con ella? Una imagen de una bonita y sonriente Sirius con un vestido de flores, embarazada, haciendo la cena y con otro crío en brazos se le clavó en la mente.

No dijo nada, pero no podía quitarse esa idea de la cabeza. Se pasó todo el turno ido. Cuando acabaron, los chicos le pararon:

-Snape...- Su padre y él se giraron, dado que no sabían a quién de los dos se refería. Era a él- A las 6 en el bar, luego, iremos al autocine... Trae a tu chica... ¡Mi novia está loca con ella!- El chico se fue y ambos abordaron el coche.

-Lo que yo te he dicho esta mañana... No la dejes escapar... De esas chicas solo hay una en la vida, hijo- Le había llamado "hijo"- Es una belleza y parece buena chica... Centrada... Será buena madre.

Quiso tirarse al río de al lado de su casa con el coche.

Ugh.

Uuuuuuugh.

Se duchó y se metió en la cama después de comer, quería dormir.

Quizás, hacer todo eso que hacían era un gran error. Quizás solo debía haberla chantajeado con algo más simple.

Pero se le había ido la mano.

La gente se creía que salían. Y, bueno, quedaban, a veces a solas. Y estaban siempre juntos. Y pensaba en ella cuando no la tenía cerca.

Puzzle De FetichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora