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Ese día salió a medio día, al fin y al cabo, en una horas era Nochebuena.

-En serio, Snape...- El chico le alcanzó un cigarro que él aceptó- Dos horas, tío... ¡Tu novia y la mía estuvieron dos horas al teléfono hablando de ropa! ¡De puta ropa! Me van a volver loco...- Pensó en la chica que la noche anterior había estado en sus brazos, todo el mundo la llamaba su novia. Pero no lo era- Oye... ¿Y ese tatuaje?- Miró la Marca Tenebrosa.

-Ah... Me lo hice el año pasado...- Mentira, tenía mucho más tiempo.

-¿Es un grupo? Por qué está muy guapo...- Asintió brevemente.

Sí, un grupo de asesinos raciales que se dedicaban a torturar, violar, masacrar, desmembrar y asesinar... a gente como tú. Había decidido no taparla. Al menos no ante los muggles.

En realidad, fueron las palabras de Sirius quienes le alentaron a no hacerlo.

Ya era mayor de edad, su expediente estaba abierto al público, ¿qué más daba?

Su padre le preguntó por la mañana y se hizo el loco en plan "Lo he llevado todos estos días" y él solo lo miró y pasó del tema. Como siempre iba de largo, pues supongo que tampoco le extrañó no haberlo visto.

Esperó en el asiento del piloto, con los pies colgando por la ventanilla, fumándose el cigarro. Su padre había ido antes de su turno por que el jefe le había llamado y recogido, por lo que, había entrado antes que él. Así que había ido con el coche horas después y ahora le tocaba esperarle.

Miró el nublado cielo, esa noche nevaría. Cerró los ojos, ese verano meses atrás, cuando trabajó en la fábrica, jamás pensó que esa misma Navidad acabaría conduciendo el coche de su padre, mostrando la Marca Tenebrosa, bebiendo cervezas en el pub con los muggle y fumando L&M.

Y que su padre y él se llevarían bien.

No le perdonaba, pero... Era complicado.

Aunque tampoco pensó que pudiera tener a Sirius Black, con quién se había hechizado 5 minutos después de subir al tren de inicio de curso, debajo de él, desnuda, obedeciendo ciegamente sus órdenes mientras se corría por qué le llenaba las tetas de su semen para marcarla.

Definitivamente, 1977 estaba siendo un año raro de cojones.

Su padre iba con una caja en las manos, así que antes de subirse, abrió la puerta del asiento trasero y la dejó allí. Luego, le tiró un trozo de tela a la cara. Se fijó en que era.

La camisa de Sirius de la noche anterior.

Mierda.

Se la quitó cuando, después de ver las estrellas, la volvió a tumbar y le hizo ver las estrellas de otra forma. Si no hubiera estado tan avergonzado, se habría reído de su propio chiste.

-Chico...- Si tenía la capacidad de sonrojarse, es posible que ese hubiera sido uno de los momentos. Su padre se subió al asiento del copiloto y él lanzó la camisa al maletero y arrancó el coche- No quiero nietos hasta que no hayáis acabado el Colegio, ¿me he explicado con claridad?

¿En serio estaba hablando de sexo con su padre?

-Sí... Me ha quedado claro...

En casa, se duchó y se vistió con ropa muggle. Unos vaqueros desgastados de pitillo, una camiseta negra de manga larga, las botas del trabajo y se dejó la coleta puesta después de cortarse ligeramente las puntas, tenía el pelo algo largo ya. Quería cortárselo más pero la imagen de Sirius tirando de su pelo para que le mordiera más fuerte le llegó a la mente. Le gustaba que lo hiciera. Le gustaba que ella se perdiese por su culpa.

Puzzle De FetichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora