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-Gorgogeus.

-Adelante...- Dijo la Dama Gorda totalmente adormilada. Eran las doce de la noche, pero para la vieja señora, era como si fueran las mil de tarde. Tampoco hizo mucho caso pues iba por debajo de la capa de invisibilidad.

La Sala Común de Gryffindor era roja. Literalmente, solo podía decir eso: Roja.

Estaba atestada de cuadros, retratos y trofeos, cálidas chimeneas para combatir el frío de la Torre y mullidas alfombras que casi no dejaban ver el suelo. Había bullicio, los que no eran de quinto y séptimo aún estaban de exámenes y estaban practicando y estudiando en las mesas y los sofás. Otros bailaban música muggle, bebían y festejaban.

Pero era todo TAN hortera.

Unos diez pisos más abajo, había sobornado a Regulus para hacer llegar a Lily a su habitación (libre de compañeros) donde le esperaba James Potter con su uniforme del año pasado. Extrañamente, el verde y la plata le daban un aire exótico y aristocrático al chico. Se llegó hasta (intentar) peinar.

Él por otro lado estaba... Bueno... Raro. El rojo y el dorado le hacían menos pálido y tenía una extraña confianza en si mismo con esos colores.

Caminó esquivando a la gente hasta la habitación de Potter. Pettigrew ya no vivía allí (de hecho su cama solo tenía el colchón y lo usaban de mesa auxiliar para trastos y ropa), el primo de McKinnon estaría con su novia y Lupin solo dijo "Panda de pervertidos..." mientras accedía a dormir en la cama de Sirius al verles con los uniformes intercambiados.

Caminó hasta la habitación del chico, siguiendo las instrucciones que le había dado, e intentando no tocar nada que le pudiera dar algún tipo de infección gryffindoriana. ¿Por qué todo tenía pinta de dar calor? Ugh. Qué asquito...

Sirius, por supuesto, estaba en la cama sentada al estilo indio.

-¿Jammie? ¿De qué querías hablar conmigo?

Hechizó la habitación para que no se abriera y no se oyera, y antes de que la chica dijera algo más, se quitó la capa y la lanzó a la cama de Lupin- Hola...

-¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- Nunca la había visto tan asombrada- ¡Pero...! ¡Pero...! ¡Yo...! ¡Tú...! ¡Vas de Gryffindor¡- Ella le señaló con ambas manos- Gryffindor, Gryffindor... ¡Gryffindor!

Recordó cuando ella hizo un buen papel de desdeñosa sangrepura y decidió hacer un poco de rol con ella. Solo se acercó, la cogió de las manos y las llevó a su pecho- ¿Estás bien, Sirius?- Dijo lo más suave que se le ocurrió- ¿Necesitas algo, mi princesa?

Ella fue a decir "Estoy bien" pero tartamudeó de nuevo- Yo... Yo... Eh... Yo solo...- Estaba como un tomate.

-Quizás mi bella novia solo necesita descansar- De un pequeño tirón la llevó de nuevo a la cama.

-¿Descansar? ¡Estoy bien!

La agarró de la cintura- Deberías descansar, mi amor.

-¡Ehhhhh! Yo... Por favor, Severus, estoy... Abrumada.

-¿No te gusta mi ropa, Princesa?- Preguntó inocentemente. Sabía que estaba más allá de "mojada y empapada".

-¡Por supuesto! ¡Oh Merlín, estás...!- Ella se puso de lado y le cogió las manos- ¡Exótico! ¡Estás tan... Sexy... Oh, maldita sea, ¿cómo puede ser que el jodido rojo te haga parecer tan mordible?! Es solo qué... No me lo esperaba... Y se me hace tan raro que seas tan complaciente... Y dulce...- Sus ojos empezaron a brillar de hambre- Y mío... Todo mío...

-Tuyo...- Dijo con un hilo de voz.

Ella se lanzó hacia a él y pronto le tuvo contra el cabecero de la cama danzando lengua contra lengua.

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⏰ Última actualización: Jul 16 ⏰

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