Abrió los ojos algo entumecido. Recordó que estaba en el sofá, pero ahora estaba en la cama y había sido pasado por un hechizo de limpieza , notando esa sensación artificial de pulcritud. Supuso que su padre, muy probablemente, lo habría subido a la cama en brazos, como cuando era un crío, y eso le hizo sonreír por dentro. Lo de la limpieza tenía la palabra "Obra de Sirius Black" en cada atisbo de magia. Se movió ligeramente y notó un cuerpo al otro lado.
Hablando de Sirius... También había pasado por un hechizo de limpieza y dormía a su lado, como bien supo por la frecuencia de su respiración.
Ambos estaban desnudos, los doseles estaban caídos dando total oscuridad.
Recordó la batalla de la noche anterior y movió su tobillo para notarlo hinchado pero curado.
Se puso de lado y acarició el cabello de la chica en la oscuridad. Tan suave como siempre a pesar de todo. Estaba tan profundamente dormida que pudo recorrerla hasta el fin de sus muslos con su mano varias veces, que ni se inmutó.
Era tan cálida, tan hermosa, tan poderosa...
Y le amaba.
Y la amaba de vuelta.
Sonrió.
Que ciego había sido. Estaba tan temeroso de volver a sentir ese pinchazo y ese vacío del desamor, estaba tan perdido en una bruma de dolor y desesperación... Que no se había dado cuenta, de que estaba loco por ella.
Es un Slytherin. Más específicamente, es un notable Slytherin. Es extremista: U odia, o ama. Como mucho, indiferencia.
Pero no puedo celar algo como Sirius si no la odia o la ama, y hace mucho que no puede odiarla.
Es perfecta.
Y es suya.
Su bonita animaga morena de ojos plateados. La chica más bonita del planeta...
Sirius.
Ella le busca dormida, como siempre hace, y él se deja abrazar- ¿Severus?
-Descansa, nena.
-¿Todo ha sido real?
-Todo ha sido real.
-¿Están muertos?- Asiente y deja su cabeza sobre la de Sirius mientras la abraza- Bien...- Ella no tardó en dormirse de nuevo.
La atrae con fuerza. Es un dragón y su tesoro más preciado es ella. No necesita oro, un trabajo con Lucius, la redención familiar o la influencia Black.
No necesita nada más que verla sonreír.
Nunca pensó que se volvería a enamorar, nunca pensó que olvidaría a Lily. Pero... Aquí estaba.
Se durmió arropado por su calor y arrullado por su respiración.
Despertó horas más tarde, algo de luz entraba por los doseles. Sirius le delineaba el rostro con dulzura y cuando pasó de nuevo por sus labios, él besó sus dedos y abrió los ojos- No pretendía despertarte...
-Debía hacerlo igual- Tiró de la mano de ella para acercarla más a él y besarla. Toda la energía y adrenalina de las horas pasadas se transformó en un hambre voraz y animal por ella.
Se coló entre sus piernas mientras ella enredaba las mismas en él. Los besos eran erráticos, casi mordiscos, sus manos acariciaban al otro como si no se hubieran tocado nunca y los gemidos de ambos no tardaron en aparecer. La piel se le puso de gallina, igual que a ella.
La penetró en seguida, escuchando sus gemidos fuertes y agudos contra sus oídos. No había palabras coherentes más que pedirse más el uno al otro. No había más besos que los que significaban la pasión hecha acciones.
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Puzzle De Fetiches
Lãng mạnEl joven Severus Snape tiene un fetiche. No es un fetiche muy raro. Y tampoco le hubiera extrañado a nadie que lo tuviese dado que, al fin y al cabo, vivía en el límite de las Artes Oscuras. La jovencita Sirius Black tiene un fetiche que es absoluta...