Su mente no volvió a pensar en otra cosa que no fuera ella, y todos esos días en el trabajo no hacían más que frustrar sus fantasías. Se quedaba mirando un punto fijo, imaginando a Gyeong-hui junto a él; ella cantando, arrullándolo con una canción y él poco a poco quedándose dormido en sus brazos.
—Disculpe... —escuchó la voz de una señora, sacándolo de sus pensamientos, y el muchacho se dio cuenta de que era la tercera vez que le sucedía en el día. Solo esperaba que el Sr. Lee no se diera cuenta, aunque sí le urgía contarle a alguien como él qué sucedía.
—Sí, dígame. Disculpe —contestó Cein, haciendo una pequeña reverencia porque la mujer ya se notaba malhumorada—. ¿En qué le puedo ayudar?
Pensaba reanudar su fantasía luego de haber hecho su trabajo, pero justo en ese momento llegó el Sr. Lee, cortando su inspiración.
—Hola... —dijo con un tono divertido el señor, aunque Cein ni lo miró. El hombre había notado distraído al chico desde hace unos días—. ¿Cómo está todo, hijo? ¿En qué mundo andas?
—Oh... Sr. Lee —respondió el muchacho com si recién hubiese visto al hombre, y este se echó a reír.
—Hijo, tómate el día libre.
—No, estoy bien —se apresuró a decir, y quería hablarle de la chica que había conocido, pero le dio pena, y tuvo que pensar en otro de sus problemas, uno que también lo tenía muy ansioso—. Sabe, ya voy a entrar a la universidad, pero... no he elegido una carrera todavía.
—¿Cómo es eso? —aunque el señor usara un tono de burla, nunca lo hacía con la intención de mofarse del chico, y él lo sentía así—. Primero eliges la carrera y luego dónde la vas a estudiar.
—Sí... yo lo sé.
El Sr. Lee no tuvo que preguntar más para deducir la situación, y aunque no conocía en persona al padre de Cein, se hacía una idea de su temperamento y sus opiniones por lo que le había contado el chico.
—Si no quieres estudiar, te sugiero que no lo hagas. Nadie es feliz sólo por tener un título. Yo nunca lo tuve.
El hombre tenía cara de un sabio, muy sereno, y educado como si fuese licenciado. Si tenía comparar, no había conocido hombre más preparado y sabio que él.
Meditando las palabras de él a quien consideraba su amigo más cercano después de lo que pasó con Donghee, quiso decírselo a sus padres esa noche mientras cenaban, pero no se atrevía. Todavía recordaba cuando su padre casi le alzaba la mano la noche de su graduación.
—No sé, mamá... ¿por qué tengo que decidir ahora? —esperaba evitar el tema ya que su papá no había llegado a cenar, pero mientras le ayudaba a su mamá a lavar los platos, ella lo interrogó de nuevo.
—Porque no puedes perder el próximo año también.
Cein había intentado negociarlo desde que se graduó, puesto que dejó todo para último momento y sólo se dedicó al examen en el bachillerato, convenciendo a sus padres de que le dieran tiempo de pensar. Ya casi pasaba un año de ese permiso, y todavía no quería saber nada.
—Pero, ahora estoy trabajando.
—¿En serio? —no se los había comentado, y en realidad fue porque olvidó mencionarlo. Lo único que sí había dicho era que estaba asistiendo a la iglesia.
—Ah, no se los dije —habló más para sí mismo que para ella. Prefería comentarle las cosas a su madre para que ella diera el mensaje a su papá. No le gustaba tratar directamente con él porque aunque intentaba persuadirlo y hacerse respetar, terminaba sólo agachando la mirada y haciendo su voluntad. Pero cuando su mamá hablaba, a pesar de que no siempre funcionara, ya no tenía que pasar por la humillación de ceder después de intentar razonar su situación.
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Blood, Sweat & Tears
أدب المراهقين"Mi sangre, sudor y lágrimas. También mi mente, cuerpo y alma. Sé bien que son tuyos. Este es un hechizo que me castigará..." Cein es invitado por su amigo Junseo a la reunión de jóvenes en la iglesia donde él asiste. Allí, Min Cein jura devoción en...