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Cuando Albarn se encontraba en la vecindad privada de Liam, tocó el timbre de su casa y esperó paciente, con su canasta de obsequios en las manos.

Luego observó como el vehículo que lo había traído, desapareció del paronama.

Tampoco se preocupó tanto de permanecer solo afuera, esta vecindad era conocida por su gran seguridad, y porque mayormente la habitaban gente de mayor edad. Se podría decir que todos los ancianos de aquí eran vecinos de Liam.

Gallagher en muchas ocasiones le habló de cómo pasea con abuelitos por el parque, y de cómo se lleva bien con los ciudadanos de este vecindario en el que vive.

Tampoco es como si alguien fuese capaz de infiltrarse en su casa a ir a asesinarlo. Eso era imposible.

Damon al ver que no hubo señal de él, se inclinó nuevamente a la puerta, y decidió tocar con su mano...

Si bien, sólo tocó la madera una vez con su puño, se extrañó al ver como la puerta, por ese simple toque suyo, se abrió con un rechinido.

Damon entró a la vivienda apagada de iluminación, y cerró la puerta.

--¡William!--{llamó, mirando a su alrededor en busca de un interruptor.

El rubio al no ver nada, caminó hacia un hilo de luz que se encontraba entre dos cortinas.

Cuando las ventanas llenaron de luz el lugar, ubicó las escaleras, y fue a pasos inquietos al segundo piso.

Cuando éste se asomó al cuarto de Liam, tomó la perilla de la puerta y la giró...

Vio que su amado estaba tirado encima de la cama en una tormentosa oscuridad. Él estaba durmiendo, por lo que parecía ser...

El olor del cuarto era fuerte, Damon sintió aroma a alcohol. Él caminó hacia Liam para detectarlo.

Venía de la respiración y de la ropa de Liam; olía a vino. Ya otras veces lo había visto con una copa en la mano, y éste le había dicho que era para saciar su hambre. Liam tenía la garganta sedienta.

Albarn dejó su canasta de ofrendas en la mesita de noche, y fue a levantar las persianas blancas. Un destello blanco pintó la habitación y le dio color. Las gotas seguían cayendo, era una llovizna suave y persistente.

Al rato, Damon se sentó en el colchón, quedándose viendo al hombre de pelo castaño descansando.

Liam, al captar su compañía, se despertó con pesadez...

Abrió sus ojos dolidos, y se sentó al lado del rubio con una estricta distancia de él.

Liam perduró mirando un punto fijo... sin ánimos, sin energía, sin alma.

--Gané las últimas las votaciones, finalmente soy presidente, William... ¿No crees que es maravilloso?--{emitió orgulloso.

El otro estaba callado, acomodándose a la situación...

Todo esto se había sentido tan rápido.

Por una parte se sentía incómodo, porque él, a partir de ahora, iba a estar aún más restringido con tener la presencia de Albarn; pero también estaba contento por haber conseguido su anhelado objetivo. Y lo que es peor por lo mismo.

Gallagher se quedaba con la vista perdida en la ventana, o en la lluvia, o en cualquier cosa. Anoche había llorado con absoluto desconsuelo. Le dolía mantener los ojos abiertos.

--¿Quieres que te prepare un té?--{le preguntó amablemente.

Damon con cariño, acercó su mano para tocar suavemente el rostro ajeno. Su palma sintió la piel húmeda y el bochorno en las nejillas de Liam.

Él está triste. Su cansancio es tan grande... Esta ansiedad, y esta imposibilidad de comunicarse es tan extraña que, de repente, siente un nudo en la garganta.

Liam respiraba lentamente. Hizo un leve balanceo de cabeza con los ojos cerrados, como si hubiese querido dormir por un mínimo segundo, pero levantó la cabeza de inmediato.

Tenía al lado al rubio siéndole de apoyo, alimentando de este modo, su mente con muchos dulces pensamientos y azucaradas suposiciones que lo hacían dudar.

--¿Te sientes bien?--{vuelve a preguntar Albarn, teniendo mucha atención a los gestos de Gallagher.

--¿Eh?--{por fin habló, fue como si saliera de un sueño.

Necesitaba lavarse el cuerpo, mojarse la cara. Lavarse ese malestar...

--¿Te pasa algo? ¿Por qué tienes esa tristeza?--{dice Damon. Liam miró a un costado y no le contestó.

Pasó sus dedos por sus párpados, y largó un bostezo largo. Parecía estar en un trance.

Pero de pronto, al oír el rechinido de la cama de Albarn levantándose, le hizo tener un instinto veloz. Sujetó fuertemente de la muñeca del rubio.

Liam lo observó tristemente. Damon se alarmó que tuviese unos orbes de un tono grisáceo. No había felicidad en sus ojos si no había azul...

--¿No quieres que me vaya? Ve a descansar...--{le pasó mano por su cabello despeinado. Éste aún no decía nada. --En verdad, William... Necesitas descansar... Quiero que descanses...--{

Las cejas de Liam se arquearon del agobio cuando el rubio, a la fuerza, se soltó de él.

Al final no se había ido, Albarn se dirigió al baño  , el cual estaba adentro de la habitación de Liam.

Damon entró y abrió la llave de la bañera con agua ligeramente caliente.

Poco después, se reintegró al cuarto.

--Tómate un baño, supongo que será lo más efectivo para que te sientas mejor...--

Fuera por el cansancio, porque confió, o porque todo le daba lo mismo, Liam accedió a lo que le había dicho.

Le habría gustado mucho conversar con él, hacerle preguntas sobre cómo está, pero está condenado al silencio y a dibujar a una tenue sonrisa de vez en cuando.

A nada de unos minutos, Liam cerró la puerta del baño y se desplomó de sus prendas.

Se introdujo en la bañera tibia y cálida, temblando.

Los reflejos de la pequeña ventana del baño brillaban en el agua quieta.

Liam casi no ha hablado, él se ha contentado con apreciar por cortesía excepcional que le estaba brindando Albarn.

Ɠ૭vꫀɼmꫀຖϯ Ħ૭૭ƙꫀɼ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora