Capítulo 1.

4.8K 156 8
                                    


Toronto, Ontario.
12 años antes

Liz

Me dispongo a imprimir mi currículum sin mirar a la impresora porque no tengo pruebas pero tampoco dudas de que esas cosas si sienten que estas apurada se traban y ahora mismo voy con el tiempo justo como para darme ese lujo. 

Mientras me preparo un café para despertarme luzco una linda blusa blanca de tirantes y una falda tubo color caqui que complemento con un blazer del mismo color y lo combinó con una zapatillas plateadas, también me maquillé muy natural con colores neutros ya que por las reseña del OM planning and Design no quiero verme muy… llamativa y desencajar. 

Las hojas se deslizan en la rampa de la máquina y las inserto en una carpeta azul mientras pido un taxi. 

Le doy una última ojeada a mis papeles y me dispongo a salir del piso que arrendaron mis padres pero si consigo este puesto no solo podré pagarlo de ahora en adelante sino que lo que me envíen lo dejaré para los estudios de Luz, será un alivio para ellos al pgial para mi que el transporte ya esté abajo del edificio. 

Afortunadamente no hay mucho trafico por lo que llego pronto y un gran edificio tipo estadio se cierne frente a mi y no puedo creer que este vaya a ser el lugar en el que haga mis pasantías. 

Al ser una empresa de mucho prestigio, mi universidad hizo un concurso el cual gané como mucho esfuerzo enviando los planos para una mansión los cuales al parecer dejaron muy impresionado a Oliver Moore, el mismísimo dueño de todo esto y el que pese a su joven carrera ya se acreditó varios premios. 

Entro y el lugar es más impresionante aún por dentro, la verdad había visto fotos pero no le hacen justicia. 

Tiene un par de oficinas cubiertas con cortinas desplazables y un piso más arriba dodne hay un monton de maquetas y cubículos para dibujar.

—Buenos días —saludo a la recepcionista que esta detras de un gran escritorio de roble marmoleada negro —Soy… 

Unas risitas que venían de una oficina con la placa de Arq, Oliver M me cortan. 

—Soy la nueva pasante —termino de decir ignorando todavía las risas fuertes. 

—Si, un momento —aprieta el botón del íntercomunicador poniedolo en alta voz —ya la anuncio. 

—Gracias. 

La máquina esa repica un par veces hasta que… 

—¿Si? —contestan risueñamente. 

—Señor, esta aquí la pasante… —ella me hace un gesto insinuando que le diga mi nombre. 

—Liz Evans —le susurro. 

Ella me anuncia y ni me puedo creer la respuesta que da el imbécil este. 

—¿Y está guapa? —pregunta y la secretaria no sabe dónde esconderse de la pena haciendo una pausa —contesteme Margaret, ¿está guapa o es la típica nerd con gafas?. 

Un no se que me sube la bilis y me impulsa a dirigirme a la puerta que está a los lados. 

—¡Pues juzgue por usted mismo! —irrumpí como una loca en aquella oficina y el panorama me asquea —mire y vea si cumplo con sus estándares de belleza. 

Él tiene facciones bien enmarcadas, unos ojos verdes que me miran como si fuera la loca recién salida del manicomio con un traje gris ligeramente apretado y el teléfono pegado a la oreja. 

Tiene a una chica como de mi edad sentada en sus piernas, ella luce un vestido que no sugiere sino que muestra demasiada piel y escote, también me mira con una ceja alzada. 

—Perdona ¿y tú eres? —pregunta la descarada. 

—¡Su asistente! —respondo todavía enojada —así que al menos que tenga algo muy importante que tenga ver con los proyectos del señor te puedes marchar. 

Él tipo ese sigue no se si en shock o embelesado pero solo reacciona para dejar el teléfono a un lado. 

—Ay, aténdela cariño que se ve más urgida y estresada que yo — ella se para de su regazo.

Cuenta hasta diez, cuenta hasta diez… 

Su asqueroso perfume se cuela por mi orificios nasales cuando pasa a mi lado la atrevida esa. 

—Señor, perdón… —tímidamente se asoma su secretaria en el marco de la puerta —no puede detenerla. 

—¿Se puede saber quién rayos eres tú y quien te proclamó mi asistente? —se limita a preguntarme él. 

Mi cerebro procesa todo y me da a entender que acabo de dañar posiblemente la mejor oportunidad de trabajo que voy a tener. 

—La universidad… —tartamudeo cuando se levanta de su asiento y queda frente a frente conmigo. 

—Permítame —me quita suavemente mi carpeta y no le puedo quitar la mirada de encima, maldición. 

Solo articula gestos dubitativos, pasando las hojas. 

—Pues en efecto, tus planos nos parecieron muy buenos y te ofrecimos la vacante en nuestra segunda año de pasantías pero no creo que tengas el nivel para ser mi asistente… 

—¿Disculpa? —cuestiono. 

—Eso, que no creo que las pasantías aquí sean para ti. 

—Pues entonces hubieran elegido a otro alumno —me cruzo de brazo con la indignación en la sien, ni crea que le voy a rogar. 

—Quizás, pero para que veas que no soy tan exigente te voy a poner a prueba —sonríe de lado y me nerva —si no me convences en un par de semanas tendrás que buscar otro lugar donde hacer tus pasantías.

No puedo evitar apretar los labios. 

—Tomaré ese silencio como un no —continúa burlesco. 

Me trago el orgullo en una inhalación profunda. 

—Es un sí, le voy demostrar que si soy digna de trabajar en su empresa señor. —respondo entre dientes. 

—Amo, aunque te demores un poquito más porque ahora vas a ser como Dobby, mi elfo personal. 

Un lunático de Harry Potter para variar… 

—Esta bien, pero... —intento alegar pero no me deja. 

—Dobby no refuta, Dobby solo escucha. 

Dobby lo quiere cachetear, Dobby lo quiere ahorcar con su corbata. 

—Porfavor regresate y ahora si entra como una persona normal para hacerte la entrevista como se debe —me pide señalando la puerta. 

—Claro. 

—¿Claro que? —insiste. 

—Claro, amo —le sonrio con sarcasmo y me doy la media vuelta para volver a salir hasta que… 

—Ah, y si —lo escucho decir y de reojo veo que se apoyó de espalda a su escritorio —Es usted muy guapa, señorita Evans. 

Hace que un calor ruborice mis mejillas al instante.














Entre planosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora