Capítulo 34

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Oliver

Aplasto el acelerador de mi auto esquivando a los demás autos que pitan enojados y maldigo el tráfico que hay a esta hora.

—¡Nos vamos a estrellar! —se queja Fanny por la velocidad a la que voy.

—¡Calla, que todo esto es tu culpa por tu maldita idea de meter a ese hijo de puta a la empresa! —No mido mis palabras con todo mi cuerpo hormigueando de la rabia y de la angustia a la vez.

Solo de recordar lo mal que me dijo que estaba Maggie me corta la respiración temiendo lo peor.

—Te lo juro que si algo le pasa a Liz... —apreto los dientes.

Mi asistente me llamó y entre sollozos me contó que tras escuchar ruidos en la parte de arriba, subió y sorprendió a Blake arremetiendo contra Liz en suelo con patadas. Salí corriendo sin importarme los clientes con los que estábamos reunidos para concretar la construcción de un resort.

Me aferro al volante como si con eso hiciera andar más rápido a mi auto mientras la rubia llama a alguien quien no le responde y eso la hace frustrar saltando un gruñido.

Doy el giro que me deja en la calle de mi empresa y como si mis ojos tuvieran el efecto de cámara lenta vislumbro como hay una ambulancia con sus luces rojas parpadeantes.

Unos socorristas la sacan inconsciente en una camilla bajo la vista de Margareth que no deja de llorar mientras habla con un par de Policías, me bajo de un brinco para alcanzar a mi novia con el pecho subiendo y bajando por la falta de aire.

—¡Liz, aquí estoy Elfa! —tomo su mano —¡Todo estará bien, mi amor! —le beso el dorso.

—Olí... —gimotea sin fuerza.

Esta con un collarín ortopédico en su cuello y una máscara de oxígeno cubre su boca mientras está inmovilizada con cuerdas

—Todo estará bien —le repito y dejo que la suban en la ambulancia y me monto con ella —¿Qué tiene?

Le pregunto a los enfermeros que nos acompañan con el carro a toda marcha y la sirena retumbando en mis oídos.

—Nos reportaron agresiones físicas —inicia uno de ellos propagando más la ira que tengo que contener porque primero está ella —Hasta el momento sus signos vitales están débiles y hay que examinarla para asegurarnos que no hayan fracturas ni hemorragias internas.

—Lo que sea, pero rápido porfavor —me desespero con ella gimiendo involuntariamente del dolor que debe sentir y maldigo a la bestia esa y a mi por haberla dejado sola con él.

*****

Llegamos y con urgencia la ingresaron en la clínica de la ciudad, intento ir con ella, pero uno de los doctores me detiene.

—Lo siento, tiene que esperar aquí afuera —me asevera mientras la alejan de mi y siento que mis sentidos se van con ella.

—Maldición —me exaspero porque no tengo opción.

Mientras siento que me voy abrir un hueco en la cabeza de tanta rascarmela de la preocupación en la sala de espera, veo llegar a una afectada Maggie en compañía de los Policías que la interrogaban y de Fanny.

—¿Señor, como está? —consulta.

—La están atendiendo —le respondí fulminando a la rubia que no se atreve a mirarme a los ojos —¿Qué pasó, Maggie?

—No lo se, escuché un fuerte estruendo de arriba mientras me preparaba un café y cuando subí vi al animal ese golpeándola —relata afectada —cuando se percató de mi presencia salió como un rayo y solo me abalancé sobre ella, estaba muy mal así que llamé a emergencia.

Entre planosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora