¿por qué yo?

04

La Azteca ya no podía más con el dolor que le causaban aquella grietas, deseó con todas sus fuerzas que el español volviera para que ella se recuperara, pero el español en ese momento se entretenía con otra mujer

- ¡Mapu, será mejor que te vayas!... ¡llévate a mi hijo! - gritó con dolor la mujer, mapuche alertada por eso, se levantó y corrió a la habitación de el pequeño, quien dormía, lo cargó entre sus brazos y lo tapó por completo con el chamal¹ que la cubría, pues fuera había comenzado a llover fuertemente.

La mapuche cometió el error de volver la vista hacia atrás, la mujer que antes fue un gran imperio, ahora estaba llena de grietas, de las cuales corría abundante sangre; bellas dalias² de color rojo, blanco y un rosa pálido comenzaban a cubrirla.

Mapuche no pudo contener las lágrimas al verla así y simplemente corrió fuera de la casa mientras el fuerte viento jugaba con su larga cabellera y las cintas de colores que adornaban su cabeza, la lluvia la mojaba completamente y se mezclaba con sus lágrimas, él pequeño mexicano seguía dormido, sin siquiera saber que ahora estaría solo.

●

El chileno estaba realmente triste, la lluvia no le permitía salir a jugar y su hermano no estaba interesado en jugar con él, Reich no estaba en la casa y eso lo entristecia más.

El alemán aprovechó que su padre no estaba en casa y llevó a su amigo a esta

- oye, si llegas a decirle a papá que él estuvo aquí, nunca más juego contigo ni te llevó al parque - dijo el alemán, para chantajear mejor a el chileno, le llevó un vaso de leche y galletas, este prometió no decir nada.

Las horas iban pasando, el amigo de Alemania ya se había ido, Reich había llegado a la casa y el chileno se la pasó sentado en su pierna mientras lo abrazaba

- ¿cuando dejará de llover? - preguntó el pequeño con una cara triste
- no lo sé hijo -respondió el imperio acariciando la espalda de el menor, Alemania los miraba un poco celoso de que su padre le prestara más atención a un niño que ni era su hijo.

Reich y Alemania se encontraban en la cocina haciendo algo de comer, el chileno jugaba en la sala

- papá
- ¿si?
- ¿sabes?... me molesta un poco que lo trates así, no es un bebé- dijo el alemán mirando el suelo
- ¿estás celoso no? Mira Ale, para mi él es un bebé
- ni es tu hijo
- Alemania, no me hagas castigarte... ya estás muy grande para estos berrinches, ya vas a cumplir 10 años
- si, perdón

La conversación terminó ahí, él alemán vio que su padre tenía razón y sus celos desaparecieron un poco.

Después de comer, Reich jugó con el chileno para que este no estuviera tan triste

- hijo ¿tú eres feliz aquí? - preguntó el imperio un poco angustiado por la respuesta de el pequeño
- si... pero quiero a mi mamá - dijo el pequeño soltando sus juguetes sobre la mesa
- ¿quieres que la busquemos?
- ¡si! - esta respuesta dejó un poco triste a él imperio, pues ya estaba encariñado con el pequeño y no quería dejarlo ir, mucho menos con quien lo abandonó sin rencor alguno.

●

Mapuche llevó al pequeño a su casa, no sabía que hacer con él, México había despertado hace un rato

- ¿donde está mi mamá? - fue lo primero que preguntó al ver a la mujer frente a él
- en un lugar muy bonito, pero tenía que irse sola - dijo mapu, pues fue lo único que sé le vino a la mente
- quiero ir con ella
- lo siento pequeño.

Mapuche no tenía otra idea que abandonarlo en el mismo lugar en donde abandonó a su hijo, ella lo extrañaba sin duda, pero tuvo que deshacerse de él para no morir.

Llevó al pequeño a la tienda de ropa, lo dejó a un lado de un montón de cajas y salió corriendo mientras el niño estaba distraído.

México se dio cuenta de que lo habían dejado solo, pero en vez de llorar, salió de la tienda a buscar a la mujer, temblaba de miedo y de frío, pues aún no había dejado de llover, la gente que había en la calle lo miraba con duda, pero lo ignoraban y seguían caminando.

El pequeño de tanto caminar, entró a una tienda para dejar de mojarse con la lluvia, China estaba tras un mostrador pero se preocupó de atender a sus clientes y lo ignoró.

El pequeño estaba sentado en el suelo, había encontrado la sección de juguetes y sacó un dinosaurio y jugó con eso para distraerse

- ¡papá mira! - dijo un niño, un hombre bastante alto se acercó a él pequeño mientras sostenía la mano de otro niño y cargaba un bebé
- ¿que?
- hola... ¿estás bien?
- no - respondió el mexicano a él niño que le tendía la mano
- oye ¿donde están tus padres? - le preguntó el hombre, esta pregunta hizo que el mexicano comenzara a llorar sin control, el hombre comprendió que el niño los o lo había perdido, el llanto de el mexicano ablando el corazón de el hombre

- Ucrania, levanta a ese niño, lo llevaremos a casa - dijo el hombre caminando a la salida, Ucrania obedeció a su padre y tomó la mano de el pequeño para llevarlo con ellos.

Al llegar al auto, tuvieron que llevar a él mexicano sentado en las piernas de Ucrania para que no mojara los asientos de este

- pero me va a mojar a mi - alegó el pequeño ucraniano
- te cambias de ropa en casa - dijo el hombre encendiendo el auto.

Al llegar, el imperio buscó ropa para el pequeño mexicano, este temblaba de frío y al parecer se iba a enfermar gracias a la lluvia, el imperio secó con una toalla el pelo de México, este estaba tranquilo, la manera en la que este hombre le secaba el pelo le recordaba a su madre cuando hacía lo mismo después de haberlo bañado.

El mexicano se quedó dormido, el imperio lo llevó a la cama de su hijo Bielorrusia, el hijo de en medio, este durmió con su padre.

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Chamal¹: el chamal o quetpám, es un gran paño cuadrangular de color negro, que envuelve todo el cuerpo a modo de vestido

Dalia²: la Dalia es la flor nacional de México