22

140 16 0
                                    

La mujer se quedó muda al escuchar la pregunta de aquel niño que era su hijo

- fue por tu padre - dijo finalmente la mapuche, el chileno se sintió ofendido de que esta mujer culpara a su padre por algo que ella había hecho
- mi padre no sería capaz...
- pequeño... No estoy hablando de Reich, te hablo de España - dijo la mujer al entender la confusión de padres que se había creado
- ¿quién es España? - preguntó el menor confundido
- es un hombre muy malo... fue de imperio en imperio quitandonos nuestros territorios, él dejó emba... un hijo en cada imperio, cada una se reveló contra él, pero cuando él se iba, nosotras moriamos gracias a las grietas
- ¿tú por qué no estás muerta?
- porque te abandoné... el niño al ser producto de una relación casi forzada nos dañaba sin saberlo y terminabamos por morir
- ¿sabes? Pudiste explicarme esto la primera vez que hablamos en vez de hacer esto con mi ojo - dijo el chileno levantando el parche y mostrando su ojo completamente negro a la mujer que lo miraba algo sorprendida
- lo siento tanto... déjame hacer algo por ti - la mujer se levantó de su silla y buscó algo por entre los cajones, sacó una pequeña bola de algodón y lo empapo en un extraño "té" que había hecho

- mira hacia arriba e intenta no pestañear, tranquilo - la mujer exprimió el algodón dejando caer el líquido sobre el ojo de el pequeño, este se quejó en poco y tomó el brazo de la mujer para que ella parara, esta se quejó y se alejó bruscamente de el pequeño de la estrella

- ¿qué pasó? - preguntó preocupado el menor
- no es nada... sólo grietas - dijo la mujer como si no fuera nada
- ¿grietas? - volvió a preguntar aún más preocupado
- desde que volviste me aparecieron algunas grietas, pero no pasa nada
- te estoy haciendo daño... debo irme a casa, Alemania me mata si se entera que estuve aquí
- no puedes irte, mira como llueve, no quiero que te enfermes... quédate aquí, yo hablaré con tu hermano mañana - la mujer convenció al pequeño y este descansó en el sofá, la mujer veló toda la noche, le dolía ver a su hijo en su propia casa después de todo el daño que le había hecho al abandonarlo, pero este pequeño no parecía tenerle rencor y se mostraba muy comprensivo con ella, mientras tanto el pequeño comenzaba a sentir odio por este tal España y esperaba no verlo en su vida jamás.

Al día siguiente, un alemán preocupado buscaba a un pequeño tricolor,mientras que este apenas estaba despertando y procesando en dónde estaba

- buenos días Chile
- Hola - respondió el pequeño levantándose de el sofá
- ¿quieres volver a casa? - preguntó la mapuche, el menor asintió y siguiendo a la mujer salieron de la casa en camino a su hogar.

- Chile... No te pregunté anoche, pero ¿por qué viniste?
- anoche no podía dormir y sentía que algo me decía que tenía que venir con usted - respondió inmediatamente el chileno admirando el paisaje
- ¿sabes? Puedes dejar de llamarme por "usted"
- ¿pero cómo voy a decirle?
- como más te guste - sonrió la mujer, ambos caminaban con tranquilidad sin imaginar que un alemán se estaba volviendo loco por no encontrar a su hermano
- pues no lo sé... Ya se me va a ocurrir un nombre.

Finalmente estaban cerca de casa, el alemán los había visto y salió furioso a recibir a Chile

- ¿acaso no te he dicho que no te quiero ver con ella?
- pero Ale...
- vete a la casa - ordenó Alemania realmente enojado
- Pero...
- ¿qué te hizo pensar que tienes derecho de estar con él y llevartelo lejos de mi? - preguntó el alemán amenazando con golpear a la mujer
- creo que estás confundido, él llegó a mi casa en medio de la noche, no me lo llevé, sólo lo tuve la noche para que no se enfermara con la lluvia
- podías haber llamado y no tenerme preocupado toda la noche ¿no crees?
- supongo que lo olvidé
- ¡a ver si olvidas esto! - el alemán tomo de el cabello a la mujer, estaba a punto de golpearla cuando el chileno le dio un fuerte golpe en la costilla

- ¡no toques a mi mamá! - gritó enojado y asustado el chileno, Alemania no creía lo que el pequeño había hecho y simplemente se limitó a disculparse con la mujer y llevar a el chileno a casa.

¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora