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El alemán apoyaba su frente sobre su mano, sentado frente a el pequeño pensaba que decir

- ¿Por qué la llamaste mamá? - preguntó el alemán algo molesto
- porque es mi madre - respondió el chileno sin titubear
- ¡ella te abandonó!... ¡¿Qué tipo de madre abandona a su hijo?! - casi gritó el mayor levantándose de la silla
- lo hizo para no morir - murmuró el menor bajando la mirada
- ¿Qué dijiste?
- nada - respondió secamente el de la estrella quien aún se encontraba sentado frente a el molesto tricolor
- nada de esto estaría pasando si papá estuviera aquí - dijo mientras tomaba asiento nuevamente, sus ojos se tornaron brillantes dando el aviso de que estaba a punto de llorar
- papá no está aquí por tu culpa - dijo el menor, el alemán sintió un fuerte dolor en el pecho al escuchar esas palabras tan duras que decía su hermano
- ¿Por qué dices eso? - preguntó el alemán ocultando sus ojos rebosantes de lágrimas entre sus manos
- papá me lo dijo en el diario que me dejó...todo es tu culpa - el chileno se limpio algunas lágrimas mientras que el alemán hizo lo mismo
- todo es mi culpa - repitió - yo ni siquiera pedí nacer...vete a tu habitación, ahora
- pero...
-¡Vete a tu maldita habitación, no quiero volver a verte en todo el maldito día!

El chileno se levantó de la silla y se acercó a su puerta, antes de entrar y cerrarla dijo:

- perdón Ale

Cuando el chileno cerró su puerta el alemán se desmoronó sobre el sofá, comenzó a llorar de una manera muy desgarradora, el chileno lo escuchó y se arrepintió de decirle que él era el culpable de la muerte de Reich, salió de la habitación caminando lentamente hasta su hermano

- ¿Ale?
- ¿Qué quieres? - preguntó de vuelta el tricolor, el chileno se acercó aún más y lo rodeó en un fuerte abrazo, el alemán se resistió un momento pero luego aceptó el abrazo en el cual ambos se sintieron seguros en el pecho de el otro, se sentían más tranquilos

- te quiero hermanito...perdón si no soy un buen hermano
- eres el mejor hermano Alemania, perdón por decirte que todo era tu culpa, solo extraño a papá - dijo el menor con un nudo en la garganta
- yo también lo extraño y mucho
- oye
- ¿Si?
- ¿Quieres dormir conmigo en la noche? como cuando era más pequeño - sugirió el de la estrella, el alemán aceptó enseguida
- solo si Ucrania no viene
- está bien

Ambos hermanos se sentaron a ver televisión mientras seguían abrazados, el chileno comenzó a sentir algo de sueño y acomodando su cabeza se quedó dormido mientras el alemán también caía en un profundo sueño, la televisión se apagó automáticamente un rato después.

El alemán despertó antes que el menor, dirigió su mirada somnolienta al rostro de el tranquilo tricolor que reposaba su cabeza sobre las piernas de el mayor, con cuidado este se levantó de el sofá y caminó a una de las ventanas solo para darse cuenta de que el hermoso día había terminado y la noche con todas sus estrellas se habían apoderado de el cielo.

Este noche todos los hermanos se habían sentado a recordar a su padre, quien los había dejado hace un tiempo atrás, el mexicano mientras tanto preparaba algunas maletas para irse de casa cuando nadie se diera cuenta.

¿Pero por qué se iba? Pues bueno...este adolescente había dejado de sentir que pertenecía a esta familia desde que aquel hombre tan cariñoso se fue de su lado, por eso preparaba de manera apurada sus pequeñas maletas, ya encontraría la manera de ganar algo de dinero y vivir en una casa aceptable.

Él sabía que ninguno de sus "hermanos" estarían de acuerdo con su repentina desicion, por lo cual solo partiría dejando una carta sobre la mesa

- México, ¿Aún te sientes mal? - preguntó el pequeño ruso que se había escapado con honor y gloria de la reunión que habían hecho sus hermanos para recordar a su querido padre
- si... pero pasa, pasa - invitó el tricolor de el escudo, Rusia giró el picaporte dejando ver su delgado cuerpo por entre la puerta ya abierta
- yo sé que no te sientes mal - habló el tricolor sentándose en la cama
- ¿De qué hablas? - preguntó nervioso el mexicano empujando la maleta bajo la cama con el pie 
- cuando te sientes mal no dejas entrar a nadie a tu habitación y alguien que se siente mal no hace maletas - el mexicano se quedó pálido al escucharlo, intento disimular y dijo
- es que necesito espacio en mi closet y metí ropa vieja en la maleta para dejarla bajo la cama
- ya entiendo... Ucrania hizo algo de comer, si ya no te sientes mal podrías venir a comer
- claro, voy en un momento

El ruso salió de la habitación dejando a México con una extraña sensación de tranquilidad, este sacó la maleta de debajo de la cama y siguió metiendo cuánta cosa importante tuviera en su habitación, dentro de su bolso ya tenía una foto de URSS, sus hermanos y él, uno que otro caramelo, algo de ropa interior que no quiso meter a la maleta, unos pañuelos y vendajes, además de algo de dinero que tenía escondido por ahí

- solo lo esencial - murmuró repitiendo lo mismo que decía su madre cada que salían por unos días de casa, la extrañaba mucho y odiaba con razón al español, de quién ninguno de sus hijos había vuelto a escuchar su nombre.

¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora