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Una tarde de un día cualquiera, Chile volvió a su rutinario trabajo en el bar y México fue invitado por el peruano a este mismo

- te veo muy estresado, deberíamos salir a divertirnos - dijo con una sonrisa el peruano, México lo dudó un momento pero aceptó ir con él

En el bar todo era risa en su mesa, Chile aún no había reconocido a su amigo, México tampoco lo había reconocido a él.

El chileno ya estaba algo cansado de llevar cervezas y otros tragos a las mesas, por lo cual le pidió a un compañero que lo cubriera mientras él se sentaba a descansar, veía tranquilamente las mesas cuando vió al mexicano, se puso algo nervioso, sus manos comenzaron a sudar y comenzó a sentirse intranquilo

- ey...oye - le habló uno de sus compañeros, Chile se asustó un poco y con una risa nerviosa volteó a ver a quien le hablaba
- hola Ecuador, dime - dijo el chileno con una risa nerviosa
- ¿Estás bien? Te ves como si fueras a vomitar en cualquier momento
- es que hay unos compañeros de mi universidad allá y no quiero que me vean, pueden pensar algo de mi y no quiero que pase eso - explicó el chileno moviendo nerviosamente sus manos mientras hablaba
- entiendo, pero debes trabajar, el jefe puede estar viendo...para que te sientas más cómodo, si llaman desde esa mesa solo dime y voy yo - Chile sonrió agradecido y asintió, Ecuador se retiró luego de darle unas palmadas en la espalda, Chile se puso de pie y se preocupó más de trabajar.

Una media hora después Chile se retiró de el trabajo, debía llegar a su casa a dormir temprano

- ¿Chile? - dijo alguien detrás suyo, este volteó enseguida
- ¿México? - Chile sintió un escalofrío recorrer su espalda al reconocerlo, este sonrió y se acercó
- ¿Que haces aquí? De haber sabido que estabas aquí te hubiera invitado a tomar algo, me tenías que haber dicho
- solo daba una vuelta, no estaba allí dentro, ya me iba para mi casa - dijo el chileno volviendo a caminar
- tu ropa es igual a la de los camareros que trabajan allí - Chile en ese momento comenzó a desear internamente que México se fuera, le dieron ganas de reírse, México era algo despistado y hasta algo tonto
- si tú dices - dijo el chileno, estuvieron conversando un rato, la noche estaba tranquila y decidieron sentarse en una banca a conversar, la conversación estaba tan buena que a Chile se le había olvidado la hora que era y que debía regresar temprano a casa.

Al regresar a casa el alemán encaró a Chile por llegar tan tarde, eran las 2 de la mañana en punto y el chileno apenas había llegado

- ¡¿Sabes la hora que es?! - fue lo primero en gritar enfadado el alemán, Chile no supo cómo reaccionar
- no es tan tarde hermano - dijo el chileno con una sonrisa intentando ocultar lo asustado que estaba
- ¡Son las putas 2 de la mañana!
- perdón, no sabía que hora era, no volverá a pasar, lo juro - Chile se mostró arrepentido ante su hermano, bajó la cabeza con miedo sin poder mirarlo a sus enfadados ojos
- no es la primera vez que esto pasa Chile, lo soporté las primeras 2 veces, ahora no pienso soportar más que llegues tarde, ya sabías que pasaría la tercera vez - amenazó el alemán, Chile levantó la cabeza y clavó su mirada en la de su hermano
- ¿Que intentas decir?
- no volverás, no quiero que vuelvas a trabajar allí
- ¡¿Qué?! No puedes prohibirme eso Alemania, necesito ese dinero para terminar de pagar mis estudios
- claro que te lo puedo prohibir, ya habíamos hablado esto - dijo enojado el alemán, Chile estaba a punto de llorar por toda la rabia que sentía en ese momento
- ¡No puedes, no eres mi padre, ni si quiera somos familia! - gritó el chileno llorando, corrió a encerrarse en su habitación mientras se secaba las lágrimas, el alemán tan orgulloso como siempre fingió que la reacción de su hermano no le importaba, aunque realmente por dentro se sentía muy mal por haber llevado la discusión hasta ese término.

A la mañana siguiente Chile salió muy temprano de casa para llegar a la universidad, México había intentado hablarle, pero el chileno lo esquivó y siguió su camino hasta el salón.

México finalmente terminó tomándolo por los hombros, pues todas las veces Chile lo esquivaba

- Suéltame - fue lo primero que Chile dijo, sin embargo el mexicano no obedeció la orden
- ¿Qué te pasa? Me has ignorado todo el pinche día ¿Hice algo? - Chile lo miró a los ojos al escuchar el tono de voz de México, se escuchaba triste, hasta algo adolorido
- no Mex, no hiciste nada, tuve un problema con Alemania - sonrió el chileno para hacer entender mejor que todo estaba bien
- me alegra que no sea nada en contra mía ¿Quieres ir a comer? - Chile asintió y ambos fueron al casino.

Las clases transcurrieron con tranquilidad, la presencia de el mexicano hacía menos aburrida la lenta clase

- ¿Por qué peleaste con tu hermano?
- es que anoche debía llegar temprano a casa y pues me entretuve mucho hablando contigo y terminé llegando a las 2 de la mañana, mi hermano me dijo que ya no podía ir al trabajo y yo me terminé enojando - explicó el chileno bajando la cabeza
- perdón, llegaste tarde por mi culpa, yo insistí en que te quedaras - dijo el mexicano poniendo una mano en el hombro de Chile
- no, fue mi culpa, pude irme si quería, pero preferí estar contigo - ambos se miraron en silencio un momento y luego de que ambos observaran cada detalle de sus rostros sonrieron al mismo tiempo y comenzaron a reír, risa la cual México tuvo que ahogar entre sus manos y Chile ahogó su risa poniendo su cara contra el pecho de el mexicano, el profesor volteó a verlos algo extrañado y luego siguió con la lenta y monótona clase de aquel viernes.

¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora