¿por qué yo?

06

El Imperio le quitó el castigo a el pequeño chileno, pero este ya no quería salir de la habitación

- ¡es mi celda! - decía el pequeño intentando subir a la cama por si solo, él Imperio lo miraba
- ¿no tienes hambre? - preguntó, él chileno trepaba por las sábanas y al llegar arriba miró a su padre
- si ¿puedo comer aquí?
- no, me vas a ensuciar la cama - dijo el imperio, se acercó a la cama y cargó a él pequeño hasta la mesa.

Chile comió todo lo que su padre le dió, pidió salir a jugar, pero el Imperio le recordó que fuera había mucho frío y lodo por todo el parque gracias a la lluvia, además de que ya se estaba haciendo de noche

- hermano ¿podemos jugar? - preguntó el pequeño a él alemán
- no quiero Chile, pero puedo pasarte mis juguetes - dijo el alemán, el chileno aceptó y se llevó todos los juguetes que pudo a la habitación de Reich.

●

México estaba sentado a un lado de la ventana mirando el exterior, de sus tristes ojos corrían lágrimas que él se secaba de inmediato

- ¿quieres jugar? - preguntó Bielorrusia sonriendo a el pequeño
- no -respondió con pena este, Bielorrusia se dió media vuelta al escuchar la respuesta negativa de el mexicano y se fue.

URSS había llegado a casa, llevaba consigo algunas fotos de parques y deseaba mostrárselas a el pequeño para ver si reconocía alguno

- ¿este? - preguntó la unión sosteniendo la 5ta foto frente a México
- no
- ¿y esta?
- ¡es aquí señor urss!¡es aquí! - dijo emocionado el pequeño arrebatando la foto de las manos de el mayor, este dejó las demás fotos a un lado, le prometió a México que irían al día siguiente.

La noche pasó rápida, URSS y México fueron juntos a el parque que él mexicano había reconocido, Ucrania iba con ellos, Bielorrusia y Rusia se quedaron con un niñero.

Fue un largo camino que manejar, pero México iba tan entretenido jugando con Ucrania que el tiempo pasó volando; México corrió a el parque al reconocerlo, URSS no lo perdía de vista.

El pequeño mexicano corría sin cansarse, se sabía de memoria el camino a su casa

- ¿es aquí? - preguntó el hombre parado a un lado de México, este respiraba rápido, estaba cansado
- si... aquí -dijo el pequeño, este empujó la puerta que se encontraba entreabierta, buscó por toda la casa a su madre, pero no estaba

- ¡¿mamá?!¡mami!
- México... - dijo URSS, quería que México no gritara tanto, pues podría llamar la atención de algún vecino
- ¡mamita! ¡¿donde estás?! - decía el pequeño, se veía preocupado y sus ojos brillaban dando a entender que tenía ganas de llorar

El pequeño finalmente entró a la habitación de su madre, el espectáculo de coloridas dalias era increíble, dalias nacían de la cama y llegaban hasta el suelo en donde se extendían hasta casi llegar a la puerta

- no puede ser... - dijo URSS viendo la escena frente a él, tomó la mano de el pequeño y se lo llevó, México tiraba de su mano para correr dentro de la casa otra vez, pero URSS no se lo permitió y siguió caminando.

●

El chileno iba de la mano de Reich, caminaban hacia el parque, Chile iba feliz de por fin salir de casa, a lo lejos vio a México y le pidió a su padre que lo soltara

- ¡México! - gritó el pequeño corriendo hacia su amigo
- ¡Chile! - gritó este feliz al reconocerlo, URSS había soltado la mano de México al ver al niño correr hasta él, ambos pequeños se dieron un abrazo
- ¿vamos a jugar? - preguntó Chile, México asintió y corrieron a las casitas para jugar.

Reich y URSS se miraron fijamente y con desagrado al encontrarse, Alemania estaba tras Reich, Ucrania estaba tras URSS, ellos se saludaron con un movimiento de manos y una sonrisa, Reich vio a el ucraniano saludar y miró inmediatamente a su hijo, este asustado al sentir la mirada de su padre bajó la mano y miró a otro lado.

Ambos imperios decidieron sentarse en una banca, a pesar de que ahora se odiaban, antes fueron amigos y tenían un tema de conversación que los incitó a sentarse a charlar

-... yo también lo encontré, remplazando a un guardia en una tienda de ropa, supe que sus padres lo abandonaron y decidí adoptarlo - le contó Reich a URSS luego de que este le contara el por que estaba con México.

Mientras los imperios conversaban, Ucrania llamó con una señal a el alemán, ambos se escondieron detrás de unos arbustos, conversaron y jugaron  animadamente.

México y Chile estaban cansados de jugar, se sentaron en una de las casitas y conversaron sobre lo que habían hecho últimamente, pero al solo tener 5 años cada uno, lo que contaban a veces no tenía mucho sentido

- él señor urss tiene muchos hijos, pero no me gusta estar allí - dijo el pequeño mexicano mirando el cielo nublado, Chile lo miraba a él
- mi papá tiene solo un hijo, pero no juega mucho conmigo - contó el chileno sin dejar de mirarlo
- me dijiste que tu papá se había ido y no lo encontraste - dijo el mexicano enojado al descubrir la mentira, pero el chileno sonrió
- él es mi nuevo papá - dijo Chile apuntando a Reich
- ya entendí- dijo el pequeño riendo
- oye ¿por qué no te gusta estar en la casa de él señor urss?
- es que extraño a mi mami y también a mi papá, quiero estar con ellos - dijo el mexicano llorando un poco, Chile lo abrazó al verlo llorar, el mexicano también lo abrazó y dejó de llorar enseguida.

Había pasado un rato, los pequeños seguían unidos en un cálido abrazo

- México, yo te quiero mucho - dijo el chileno dejando de abrazar a el tricolor para verlo mejor
- yo igual te quiero - dijo el mexicano con una sonrisa, ambos se quedaron mirando un momento, en silencio, fueron solo unos segundos, pero para ellos fueron minutos, como si alguien los empujara, ambos se fueron acercando poco a poco hasta darse un pequeño beso en los labios, se separaron rápidamente al sentir el contacto de sus labios y se taparon la boca para luego reír sonrojados...

Aquello fue una muestra de cariño especial