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Los años habían pasado, Chile ya cumplía 18 años al igual que él mexicano, ambos estudiaban en la misma universidad.

Ellos no se acordaban de él otro, él chileno disfrutaba nuevamente de una relación con él argentino, México estaba soltero, había intentando tener una pareja, pero nadie lograba despertar las mismas emociones que le despertaba el chileno en aquellos años de adolescencia.

Sin sospecharlo si quiera ambos estaban estudiando para algún día ser enfermeros, Chile lo hacía por el doloroso recuerdo de no haber podido ayudar a su padre y México lo hacía para encontrar una explicación a la muerte de su madre.

A la hora de la salida unos chicos corriendo empujaron a él mexicano, provocando que este empujara a él chileno que iba pasando por su lado, él argentino algo disgustado se acercó a México en seguida

- ¿Por qué lo empujás? - preguntó él argentino antes de que el mexicano pudiera disculparse
- fue sin querer - dijo el mexicano algo serio ante Argentina, este no le agradaba mucho por su egocéntrica actitud
- oye no pasa nada, ya vamos que tengo que ir a trabajar - dijo el chileno sonriendo a el mexicano y tomando de el brazo a él argentino.

Chile llegó a casa con algo de sueño, dejó sus cosas tiradas en la cama, se desvistió y luego se puso la ropa con la cuál iba a trabajar a un bar, pues necesitaba pagar la universidad y el dinero que ganaba Alemania no era suficiente.

Se miró semidesnudo al espejo de cuerpo completo, movió su cola al ritmo en que tarareaba una canción, su cola había vuelto a crecer gracias a la mapuche y algún tratamiento de un doctor de muy buena reputación, le agradaba tener cola nuevamente, está vez no permitiría que Argentina se la arrancara.

Vistió el negro y apretado pantalón que le quedaba a la medida, abrochó la blanca camisa y llevó el delantal negro a su brazo, ya se lo pondría al llegar al trabajo, se peinó un poco antes de salir y se fue a trabajar.

°

En otro lado, los amigos de México lo invitaban a salir, pues últimamente lo habían visto algo estresado, tanta fue la insistencia de sus amigos que terminó aceptando.

El bar era algo oscuro, pero había la suficiente luz para que los camareros, entre ellos Chile, pudieran guiarse sin problema por entre las sillas y mesas de el lugar

- Este sigue soltero - soltó de pronto el peruano mientras apuntaba a México, el grupo de amigos se largó a reír mientras el recién nombrado se sonrojaba completamente y le soltaba un golpe a Perú en la cabeza
- pues ya no más... ¿Ves al camarero de allí? El de la cola y pantalones apretados, te reto a pedirle su número - dijo el guatemalteco con una sonrisa pícara, el mexicano miró al camarero de pies a cabeza con cierta curiosidad, pero sin reconocer que era con quien había chocado fuera de la universidad, él no se veía muy convencido, pero Guatemala, Perú y Colombia lo animaban a hacerlo, finalmente el mexicano se aclaró la garganta y llamó al camarero.

Chile vió que en una mesa necesitaban un camarero, el resto de sus compañeros estaban ocupados, así que alisando el delantal con su mano se dirigió a paso rápido hasta la mesa

- ¿desean pedir algo? - preguntó el chileno como acostumbraba hacerlo con todos los clientes
- si, tu número - respondió el mexicano intentando estar relajado
- algo para tomar - dijo cortante el chileno intentando mantener su relajada sonrisa en su rostro
- no, perdón - el avergonzado mexicano solo pudo bajar la mirada, el chileno miró a los demás acompañantes que estaban a punto de burlarse, tomó la libreta entre sus manos y anotó algo, puso la pequeña hoja doblada bajo la cara de México y se retiró al ver que ya no pedirían nada en esa mesa.

México escondió la hoja en su bolsillo y aunque la duda lo mataba no abrió la hoja solo para dejar con duda a sus amigos y así reírse de ellos.

Al llegar a casa abrió la hoja, ahí estaba escrito un número:
+56 9 8289 0123
El cual México no dudo en guardar en su celular, llamaría al día siguiente.

La luz de el bar no fue suficiente para que estos se reconocieran al día siguiente en la universidad

- ¿Cómo te fué en el trabajo? - preguntó él argentino ignorando el beso que quiso darle el chileno
- bien, ya me pagaron y podré pagar la cuota que debía de el mes pasado, me pagaron bastante bien - respondió feliz el chileno caminando a saltitos al lado de Argentina, este fingió contentarse por el chileno y siguieron caminando, México que se había quedado de pie se propuso a ingresar a la universidad junto a él guatemalteco que había llegado.

En medio de la clase México le mostró a Perú que aquel camarero le había dado su número anoche, este lo felicitó y le dijo que debía mandarle un mensaje, Chile sintió vibrar su celular unos segundos después de que México había enviado el mensaje, sacó su celular y leyó rápidamente el mensaje,  "hola, soy el chico que te pidió el número en el bar ¿Quieres salir está tarde?", Chile no sabía que responder, esa tarde el bar no abría, pues no era un día de buenas ventas,  vió a él argentino de reojo y respondió el mensaje, "claro, me gustaría conocerte".


¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora