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Todo era risa hasta que...

- ¡Chile! - gritó alguien, el chileno volteó asustado al reconocer la voz
- papá...
- que... ¿que mierda estás haciendo aquí? Y sin mi permiso - dijo el imperio notablemente enojado, el chileno estaba temblando de miedo, ya sabía lo que venía al llegar a casa
- es que quería ver a México - respondió el pequeño, Reich lanzó una amigable mirada a el mexicano, este sonrió algo asustado, luego tomó la mano de el chileno y se lo llevó a casa, México se quedó parado viendo como se llevaban a su amigo, el parque estaba vacío a esas horas y no le quedó otra que volver a casa.

El Imperio golpeó a Chile apenas estuvieron dentro de casa

- no voy a soportar que te escapes de casa y menos con un soviético- gritó el imperio enfurecido, el chileno lo miró fijamente, soportando el dolor de el golpe en la cabeza que Reich le había propinado
- ¿soviético?
- Chile no me hagas golpearte otra vez, dejate de preguntas tontas
- él no es soviético... él señor URSS no es su padre, solo lo cuida - dijo el chileno con seguridad
- no voy a seguir discutiendo contigo, vete a tu habitación
- no tengo habitación
- ¡ve a la de Alemania entonces! - gritó enojado el imperio, el chileno se encerró en la habitación de su hermano, quien no estaba, pues había ido a la escuela en la mañana.

Cuando el mexicano llegó a casa, el imperio se acercó preocupado a tocarle todo el cuerpo

- ¿dónde estabas?¿estás bien? - fue lo primero que preguntó
- si señor URSS, estoy bien y estaba en el parque con mi amigo
- ¿que hora es?... las 8, mira pequeño, hoy es tu primer día de clases, yo te llevo, aún estás a tiempo - dijo URSS poniéndole un abrigo, lo peinó un poco con mano y le puso una mochila¹ en la espalda
- ¡¿veré a Chile?! - preguntó emocionado el pequeño
- quizás cariño, quizás - respondió el imperio llevándolo hasta el auto.

- hijo... perdón por golpearte pero me enoja verte con ese soviético - dijo Reich, empeorando las cosas con Chile sin querer
- no es soviético - murmuró Chile lo suficientemente alto como para que Reich escuchara
- está bien, no lo es - dijo al fin el imperio, el chileno suspiró
- ¿que es la escuela? Mi hermano va y yo quiero saber - preguntó el pequeño
- ¡la escuela!¡tienes que ir! - el imperio tomó al pequeño en brazos y comenzó a vestirlo rápidamente, luego fue a su habitación y sacó una mochila de una bolsa, estaba nueva y ya tenía una libreta dentro, salieron de casa y corrieron a la escuela.

Al llegar, ambos imperios se encontraron en la entrada, se miraron de pies a cabeza mientras se dirigían algunas miradas de desagrado, los pequeños quisieron abrazarse apenas se vieron, pero los imperios sujetaban sus manos fuertemente.

La clase había comenzado, Chile y México se sentaron juntos

- oye
- cállate - dijo el chileno algo molesto, pues quería escuchar al profesor y el mexicano no paraba de hablar.

Cuando el profesor dejó de hablar, ambos niños hablaron y jugaron, el chileno agradecía tener a México a su lado, el mexicano también estaba feliz de tener a Chile.

Ambos no se separaron en todo el día, casi siempre andaban sujetos de la mano o abrazados, a los profesores esto les parecía tierno

- mi papá dice que eres soviético - dijo el chileno, ambos estaban sentados bajo la sombra de un árbol
- ¿qué? Yo no soy soviético - dijo el mexicano algo confundido
- ¡eso le dije!...
- el señor urss dice que tu eres un nazi o a veces dice que perteneces a una familia alemana, pero no se enoja por que jugemos - dijo el mexicano apoyando su espalda en el árbol
- ¿nazi? Mi papá no me dijo nada de eso, le voy a preguntar - dijo el chileno, él mexicano asintió dando a entender que estaba de acuerdo.

La tarde había llegado pintando el cielo de naranja y morado, Reich fue a buscar a Chile y Alemania, URSS había llegado cuando Reich se fue

- ¿papá? - dijo Chile
- ¿si?
- ¿soy nazi? - el imperio dejó de caminar al escuchar la pregunta de el pequeño que tomaba su mano
- ¿por qué preguntas eso hermanito? - le preguntó el alemán
- México dice que el señor URSS dice que yo soy nazi - contó el pequeño, hijo y padre se miraron y luego miraron a él chileno, este solo esperaba una respuesta
- mi niño, eso es algo que tendremos que hablar cuando seas más grande - dijo el imperio acariciando la mejilla de Chile, este aceptó y no volvió a tocar el tema en mucho tiempo.

Al llegar a casa, Chile comió y luego fue a la cama, Reich lo acompañó para arroparlo

- buenas noches mi estrellita - dijo el imperio besando la frente de el pequeño, este sonrió al sentir los labios de su padre en su cálida frente
- papá, espera
- ¿pasa algo?
- si, te quiero preguntar algo
- dime, cariño
- ¿mi hermano tiene mamá? - preguntó el pequeño, Reich no sabía que responderle

¿Cómo explicarle a un niño, que él mismo había creado a Alemania?

- hijo ¿por qué preguntas eso?
- ¿eres papá soltero?
- si... debería controlar lo que ves en la televisión, vamos duerme
- espera po
- ¿po?¿que significa?
- no sé, lo inventé
- que bueno que inventes tus propias palabras, ya duerme
- ¿entonces quien es su mamá?
- hijo, Alemania no tiene mamá
-¿es adoptado?
- no, es mi hijo... salió de mi
- ¿eres mujer? - preguntó el pequeño aún más confundido
- ¡no, soy hombre!
- ¿entonces como?
- mira y escucha, yo soy un imperio, eso ya lo sabes, pero el poder que tengo por ser un imperio, es crear países ¿lo entiendes hijo? - dijo Reich, el pequeño realmente había comprendido y asintió con una sonrisa
- ¿yo también puedo?
- no lo sé, vamos ya es tarde y mañana hay escuela - dijo el imperio besando la frente de el pequeño, este cerró los ojos y se quedó dormido cuando Reich salió de la habitación.

¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora