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El chileno refugiaba su cara entre sus manos mientras sus lagrimas dolidas corrían por su piel, pensaba en que iba a hacer sin Reich

¿Cómo iba a vivir sin él?

Pensó en él y su hermano, se quedarían solos sin un padre que velara por ellos, sin alguien que los cuidara.

Un bicolor algunos años menor que él se acercó y le habló

- ¿qué te pasa? - preguntó este bicolor sentándose a su lado
- nada, déjame solo - respondió el chileno sin querer mostrar su cara, no quería que alguien que no conocía lo viera llorar
- ¿por qué lloras pe?
- ¡¿qué te importa?! - gritó el chileno, el peruano se levantó algo indignado de que le gritaran
- mejor me voy - dijo este caminando hasta otro chico, Chile levantó la cabeza para ver como Perú se iba, aquel chico a su lado se le hizo familiar, pero alguien lo sacó de su trance y el chileno ya no tuvo tiempo de pensar en quién era

- ¡Chile! ¿Qué hacés aquí?... ¿pasa algo pibe?¿por qué llorás? - preguntó un argentino, el chileno explotó en lagrimas al verlo, Argentina lo abrazó e intentó calmarlo
- Argi... mi papá... - intentó hablar el chileno
- no te entiendo che
- mi pa...mi papá va a morir - dijo el chileno llorando más fuerte, el argentino sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar a el dolido chileno decir que su padre moriría.

Había pasado un rato, Chile había logrado calmarse

- ¿los conocés? - preguntó el argentino mirando desconfiado a los chicos que miraban fijamente a Chile, el chileno negó con la cabeza y le pidió a el argentino que lo llevara a su casa.

Ya habían llegado a casa de el chileno, por suerte Argentina recordaba la dirección, se despidieron con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla

- ¿nos vemos mañana en el parque?
- claro.

Al entrar a casa lo primero que hizo Chile fue dirigirse directamente a su habitación, se tiró a su cama y se quedó profundamente dormido.

Al día siguiente Chile se encontraba en el baño, llevaba casi media hora mirándose en el espejo, un alemán furioso al otro lado de la puerta esperaba a que este saliera

- ¡Chile, ya sal del baño! - gritó el alemán, Chile se asustó, tomó su toalla y salió de el baño
- perdón - dijo bajando la mirada al pasar al lado de su alto hermano, este lo miró con el ceño fruncido pero no dijo más, Chile dejó su toalla en su habitación y fue con su padre

- hola papá ¿cómo te sientes? - preguntó el chileno sentándose en la silla que estaba a un lado de la cama
- hola mi estrellita - respondió el imperio con una sonrisa, las grietas aún no se habían apoderado de su cara, pero si de todo su cuerpo, sacó su mano de debajo de las sábanas y acarició la mejilla de el chileno, este sintió un escalofrío al sentir la agrietada mano de su padre en su piel, el imperio notó la incomodidad de el chileno y dejó caer su mano en la cama

- perdón hijo, te puse incómodo- dijo Reich con un tono triste
- ¿qué? No, no papá, solo me tomaste por sorpresa... perdóname tú a mi por ponerte triste padre- dijo el chileno acariciando la cara de el imperio, este volvió a sonreír.

Chile salió de esa habitación fingiendo una sonrisa, pero ya en su habitación faltó poco para que su ser entero se convirtiera en lagrimas, Alemania lo escuchó llorar y entró a la habitación para calmar a su hermanito

- ¿qué te pasa Chile? - preguntó el alemán, el chileno levantó la cabeza y miró fijamente a Alemania
- ¿de verdad preguntai' qué me pasa?¿acaso no vei' como está el papá? - casi gritó el chileno con aquel acento que había empezado a crear, el alemán se asustó de verlo así, pero finalmente se sentó a su lado y lo abrazó
- lo siento hermanito, fue algo estúpido preguntar que pasaba - dijo el alemán, el chileno se sintió seguro en sus brazos y le pidió disculpas por hablarle así

- ¿vamos a desayunar? Hice hotcakes y hay leche caliente, si quieres luego puedes darle de comer a papá- dijo el alemán con una sonrisa, el chileno lo pensó un momento
- no tengo hambre... pero si puedo darle de comer a papá- el alemán aceptó a regañadientes que Chile no quisiera comer.

El chileno le daba de comer a Reich, este parecía disfrutar la compañía de el chileno y de la buena comida; cuando el imperio terminó de comer, Chile se levantó de la silla y se despidió de Reich prometiendo visitarlo más tarde, Reich prometió esperarlo sin saber que ninguna de esas promesas podrían cumplirse.

Chile escapó de casa cuando Alemania estaba distraído, recorrió el mismo camino que el dia anterior y de milagro encontró el parque, a pesar de ser domingo este estaba casi vacío, a excepción de los chicos de el día anterior y Argentina

- hola chilito - saludó el argentino haciendo sonreír a Chile
- hola Argi ¿cómo estás? - preguntó el chileno sentándose con él en una de las bancas vacías
- al parecer mejor que tú... otra vez estuviste llorando ¿no?
- pensé que no lo notarias - dijo el chileno con una risa nerviosa
- ¿quieres un helado? - preguntó el argentino, sabiendo que esto subiría el ánimo de su amigo, Chile aceptó.

No desaprovecharon el día, caminaron por todo el parque mientras hablaban de cada cosa que se les ocurriera, tomaron unos helados y finalmente se sentaron en la misma banca de antes.

La tarde había caído, el chileno miraba distraído a las nubes, el cielo se teñía de naranja y violeta; mientras Chile estaba distraído  el argentino se estaba preparando mentalmente para preguntarle algo, se aclaró la garganta llamando la atención de Chile

- ¿te pasa algo? - preguntó el chileno riendo, el argentino negó con la cabeza y sonrió
- te quiero preguntar algo
- claro... dime - dijo el chileno impaciente mirándolo, Argentina algo nervioso se llevó su mano al pelo y se acomodó el cabello con los dedos, Chile lo seguía mirando

- ¿quieres ser mi novio?

¿por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora