-Siéntate y ahora vengo.
Me siento en una camilla y él me señala con un dedo para que no me mueva y yo levanto las manos en rendición.
-¡Estas exagerando!
Le grito a su espalda, mientras se aleja de mí, ignorando olímpicamente mi comentario.
Veo a mi alrededor y me encuentro con sangre en el suelo mientras meten una camilla por las puertas de entrada, luego mi mirada se dirige a una señora pidiendo informes, a una interna correr de un lado a otro.
-¿Qué haces aquí?
Giro mi cabeza y un escalofrió me recorre completa, levanto la cabeza y lo veo parado a mi lado con los brazos cruzados y una ceja alzada, observándome atentamente.
-Nada, solo...probaba las camas.
Me levanto y camino lejos de él.
-¿¡Qué te dije Iza!?
Grita Dav y yo aprieto mis ojos.
Rayos.
-Regresa a donde estabas.
Niego.
-No, estas exagerando.
No paro de caminar, camino lo más lejos que pueda de...ellos.
-¿Qué está pasando?
Ruedo los ojos, creo que esa pregunta se le está haciendo un vicio.
-Iza se lastimo la mano golpeando una pared.
Miro a mi amigo pero el parece sumamente interesado en hablar con el doctor Vosk, lo quiero matar, doy un paso más alejándome de ellos.
-¿Qué hiciste qué?
Su voz suena furiosa a mi espalda, yo solo ruedo los ojos exasperada.
Si me hubieran dicho que golpear una pared me traería aquí, lo hubiera pensado dos veces.
-No eres sordo, así que escuchaste bien.
Me doy la vuelta y lo fulmino con la mirada y Dav abre sus ojos a más no poder.
Vosk aprieta la mandíbula y ve mi mano.
-Déjame ver.
-No, dije que no fue nada, me largo de aquí.
Me doy la vuelta, importándome tres cominos, iré con Anne si es necesario.
-Regresa aquí.
Pero que hago yo...claro, ignorarlo.
Entonces ciento como alguien me toma de la cintura y luego soy levantada viendo un lindo trasero.
-Bájame en este momento.
Siento como la sangre viaja a mi cabeza y yo golpeo su espalda con mis pequeños puños para que deje de caminar, para que me deje en paz.
Energúmeno, eso es lo que es este hombre.
-Estás haciendo una escena.
Intento levantar la cabeza y por el corto tiempo que logro ver, observo como varios pacientes y colegas nos miran con sorpresa.
-Entonces debiste pensarlo dos veces, esto te pasa por terca.
Me deja en la camilla y yo lo fulmino con la mirada.
-No vuelvas a ponerme un dedo encima, ¿me escuchas?
Mis dientes están tan apretados en furia que temo lastimarme, él me mira con seriedad sin decir nada, ignorando mi queja.
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Derramaré Tinta
Novela JuvenilEste libro es la segunda entrega del primer libro titulado ENTRE SANGRE Y TINTA. Es necesario leer el primer libro para entender este. (~) Sería fácil asumir que las heridas sanan con el tiempo y que las desiciones q...