No tengo la menor idea de donde quedo mi emparedado.
No tengo la menor idea pero honestamente lo último que tengo es hambre, se me fueron las ganas de comer.
Mi cabeza estaba ten abrumada que me sentía desesperada, no sabía que pensar, que hacer, no tenía muchas ganas de hablar, nada.
El reloj de mi muñeca marca las seis treinta y cinco de la tarde.
El tiempo pasa tan rápido que me asusta.
Pero sería una mentira decir que no me sentía aliviada por ello.
A las siete en punto salgo de aquí.
Solo tengo que aguantar un poco más.
Mi teléfono empieza a sonar y veo la llamada.
-¿Diga?
Me paso la mano por los ojos intentando quitar la hinchazón, es inútil.
-Hola, señorita Haler.
Al otro lado suena la voz del director de este hospital.
-Hola doctor Valez.
Me siento algo avergonzada por mi tono algo pastoso de tanto llorar.
Ya para esta hora es indudable que no sepa lo que corre por el hospital.
-Me gustaría que subiera un momento.
Respiro profundo e intento no pensar en lo peor.
-Voy enseguida.
Cuelgo y veo el celular con atención pero mi mente esta en otra parte.
Solo espero que esto no me traiga más problemas.
Me veo en el espejo observando mi piel pálida y un poco de ojeras bajo mis ojos que ya no están rojos de tanto llorar pero si están un poco hinchados, tomo mi bolsa de maquillaje he intento arreglarme un poco, cubrir el dolor del amor no correspondido o de la traición, ahora mismo me parecen que son lo mismo.
No, la verdad es que sé que son complemente diferentes.
Guardo mis cosas y me cuelgo mi pequeña mochila al hombro y salgo de ahí.
Subo por las escaleras con calma, no tengo la suficiente energía para subir con rapidez. Empujo la puerta que da al piso de las oficinas y camino por él, me paro enfrente de la puerta y respiro profundo.
Toco y espero.
Juego con el reloj de mi muñeca y de reojo veo la puerta del doctor Vosk y una sensación me recorre el cuerpo, me remuevo incomoda y veo la puerta del director, con aquella placa plateada poniendo su nombre.
La puerta se abre y le sonrió al doctor.
-Por favor, pasa.
Se hace a un lado y yo paso adentrándome en su linda y clásica oficina.
-Tome asiento señorita Haler.
Veo que se dirige hacia la silla detrás del escritorio y yo tomo asiento en una de las sillas.
-Siento lo de los rumores.
-No pasa nada.
-Entenderé que quiera reconsiderar el hacer el segundo libro.
Lo miro y juego con mi reloj.
¿Soy tonta al estar aquí?, ¿debería irme?
No mentiré y diré que su propuesta no me tienta.
-¿Quiere que ya no haga el segundo libro?
Mi voz sale un poco inestable y carraspeo intentando recomponerme.
-No, claro que quiero que lo haga pero entenderé si usted cree no...estar al cien por ciento para hacerlo.
Una parte de mí se relajó un poco y la otra esta indecisa, pero no me gusta que crea que no daré mi cien por ciento con este trabajo.
-Se diferenciar mi vida privada de la profesional, no se preocupe por eso.
De verdad espero ser tan sabia para lograr esto.
-Me alegra escuchar eso.
Se le ve en los ojos que es verdad, me sonríe con honestidad y eso me recupera, me recupera que le haya gustado mi trabajo y que quiera otro.
-¿Solo era eso?
Lo miro con intriga y él niega.
-No, acompáñeme.
Se levanta y yo lo sigo fuera de su oficina.
Caminamos por el pasillo y se detiene enfrente de una puerta, esta está justo enfrente de la oficina de Vosk.
Abre la puerta y yo entro frunciendo el ceño.
Es una linda oficina, tiene un librero café y unos sillones grises, hay un escritorio de vidrio con una silla blanca de ruedas y atrás un enorme ventanal donde se aprecia como la nieve cae lentamente.
-Esta será su oficina en lo que trabaja aquí, lamento que anteriormente no se le haya proporcionado pero no estaba adecuada.
Abro los ojos con sorpresa y lo miro.
-Muchas gracias pero no era necesario.
Lo miro con felicidad.
-Lo es.
Miro a mi alrededor y siento una emoción invadirme el pecho, es perfecta.
-Es hermosa.
-Me gusta que sea de su agrado, aquí podrá trabajar con tranquilidad.
Camino y toco con los dedos el escritorio y sonrío.
-Daré lo mejor de mí, señor.
Lo miro sonriendo y él asiente, pone una mano en mi hombro y lo aprieta.
-Solo has lo que amas hacer, así harás lo mejor.
Me mira levantando una ceja y yo asiento.
Su aparatito empieza a sonar.
-El deber llama.
Camina hacia la salida con tranquilidad.
-De nuevo, gracias.
Alcanzo a decir antes de que se vaya por completo, cierra la puerta cuando sale y yo veo mi oficina, me encanta.
Me siento en mi silla y una felicidad me inunda y me tranquiliza.
Necesitaba esta felicidad, necesitaba sentirme así de nuevo, necesitaba un momento de pura felicidad y todo ya no parece tan malo, parece posible y me prometo a mí misma que hare lo mejor.
Me lo prometo porque merezco hacerlo.
Ignora y trabaja, convierte todo en una motivación.
Saco mi laptop y la pongo encima de mi escritorio.
Me pongo a escribir.
"Regrese, regrese por un segundo raund y créanme que parece que tenemos todavía mucho que aprender, el primer libro fue interesante pero esteeste será un reto en las profundidades de la oscuridad y la luz, un hospital que encierra la realidad del dolor y la curación, conozcamos los secretos que se esconden detrás de las apariencias, veamos al ser humano detrás del médico, al ángel y él demonio, al tormento y el alivio...
Y escribí, desahogue el dolor en el conocimiento de las letras.
Conocí la prohibición y el peligro del poder y el querer.
¿Conoces esa sensación?
El poder de guardar al ser dulce para convertirte en simplemente...
Tinta.
S/A
Cuando el alma suplica, cuando eres capaz de dar más, da más, siempre hay más.
PD: Una lectora me hizo saber que su cumpleaños estaba cerca así que...
¡Feliz cumple! Un abrazo enorme.
Los quiero mis adorados lectores.
Nos leemos en el siguiente cap.
Cambio y fuera.
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Derramaré Tinta
Dla nastolatkówEste libro es la segunda entrega del primer libro titulado ENTRE SANGRE Y TINTA. Es necesario leer el primer libro para entender este. (~) Sería fácil asumir que las heridas sanan con el tiempo y que las desiciones q...