CAPÍTULO 40

1.7K 158 31
                                    

Da un paso hacia atrás y señala el pasillo para que pase primero, cierro la puerta de mi departamento y camino delante de él.

Presiona el botón del elevador y yo lo volteo a ver con curiosidad.

-¿Qué tal tu día?

Le sonrío y veo como su porte impecable se vuelve más relajado, eso siempre me ha gustado de estar con él, la manera en la que se muestra conmigo, aun cuando al inicio lo odiaba, odiaba esa manera tan lejana y ese trato tan frio pero con el tiempo él, a su manera, me permitió entrar.

-Muchos casos que atender, pero Dav se ha vuelto muy bueno, va a ser un gran médico.

-Gracias a ti.

Doy un paso adentrándome en el elevador y él me sigue, el se queda al lado de los botones y me recargo en la pared del espejo, presiona el botón del primer piso y me mira intensamente.

-¿Qué?

-Lo que dijiste.

-Ah eso-me encojo de hombros-es la verdad-le sonrío con total honestidad.

-No muchos piensan eso, lo he escuchado.

Niego con la cabeza, si creerme ni una sola de esas palabras.

-Quien sea que lo haya dicho fue por el simple hecho de lo intimidante que resultas ser pero fuera de eso no era por ti, era por ellos, yo lo he visto, eres paciente, enseñas cuidadosamente, los dejas preguntarte cosas, eres muy bueno en comparación a muchos y sé de lo que hablo.

Digo mientras le mando un mensaje a mi hermano de que ya vamos para allá, guardo el teléfono y levanto la cabeza, encontrándolo mirándome.

Me mira con una sonrisa ladeada.

-A veces se me olvida lo impresionante que eres Haler, se me olvida como haces ver lo que hago como si fuera maravilloso.

-Es maravilloso.

Camino hacia él y lo tomo de la mano, él la aprieta y veo su manzana de Adan subir y bajar.

-Vamos Vosk, ¿no creerás todo lo que dicen por ahí o sí?

Le sonrío y él me sonríe a mí, acerca su rostro al mío y me da un beso, es lento, sus labios rosando los mios con delicadeza y siento como mi corazón late como un loco en mi pecho, como cada parte de mí se derrite.

Se separa de mí y nos miramos a los ojos.

El elevador se detiene y las puertas se abren, salimos y yo me despido con la mano del portero mientras Vosk solo asiente con la cabeza hacia él.

Caminamos hacia su coche, él abre mi puerta y me subo, es solo adentrarme y su olor me golpea con fuerza y aprieto todo mi cuerpo con fuerza.

"Me encanta su olor".

Me afecta, me afecta como nadie más lo ha hecho, Vosk puede hacer lo más mínimo y sentiré como si hubiera sido magnificado al mil por ciento.

Se sube y me mira alzando una ceja.

-¿Todo bien?

Asiento y él arranca.

Veo por la ventana hasta que siento su mano en mi muslo.

-Trajiste abrigo esta vez.

Veo el abrigo que traigo puesto y lo miro entrecerrando los ojos.

-¿Qué me está haciendo doctor Vosk?

Se ríe con fuerza por mi intento de acusación y yo sonrío al escucharlo.

Sentir el calor de su mano contra mi muslo es tranquilizante, es un gesto tan peculiar, uno que disfruto, asi que pongo mi mano sobre la suya y el auto entra en silencio.

Derramaré TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora