Capítulo 24 La araña

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Alysanne más calmada observaba al famoso Matarreyes. Pensaba en como había cambiado las cosas. Antes él era el preso, ahora lo era ella. Las vueltas que daba la vida. La espada larga de Jaime colgaba de su cadera. De la cadera equivocada. Antes, siempre había llevado su espada en la mano izquierda y la había cruzado sobre su cuerpo cuando la desenvainaba. Lo había movido a su cadera derecha, pero se veía raro. Sus ojos mostraban la tristeza de la pérdida de su mano aunque el no lo expresara con palabras. También se notaba como la ropa que antes le quedaría entallada le colgaba por la mala alimentación que paso en el campamento Stark. 

-¿Qué haceis aquí?- preguntó , no entendía como un Lannister la había consolado, si eran responsables de la ya denominada Boda Roja.

-Mis recientes... experiencias... me han hecho darme cuenta de muchas cosas. Cosas que tu me hiciste pensar durante mi estancia en el campamento-Jaime la estudió detenidamente, pero no dijo nada.

Alysanne se volvió hacia él, sorprendida por las lágrimas que asomaban a sus ojos

-Estoy tratando de cambiar.

La muchacha intentaba ver si todo era una farsa, una estratagema de Cersei de mandar a su amado hermano y hacerla creer que tenía un aliado en la fortaleza roja.

-Casi se siente real-Miró su muñón. 

-Lo siento por tu pérdida.-no se atrevía a preguntar que había pasado. No quería reabrir la cicatriz que seguro que tenía . Jaime levantó la muñeca y la agitó,

-Es solo una mano-Podía decir que él estaba tratando de ser valiente. Una cosa es matar a un león, otra es mutilarlo y verlo tambalearse y sufrir en la confusión-Has perdido más tú. Alysanne ante eso bajó la mirada intentando camuflar los ojos llorosos mientras se acariciaba el pequeño bulto que se empezaba a formar en su vientre-Lo siento por la muerte de tu marido. Robb Stark, aunque me encarceló , fue un buen rival. Buen muchacho se le veía noble

-Lo era- miró inevitablemente el muñón, ver la mano dorada era impactante pero el muñón...

-¿La vista te angustia tanto?-preguntó Jaime con una ceja alzada. -Deberías estar complacido. He perdido la mano con la que maté al rey. La mano que arrojó al chico Stark de la torre

-Los dioses son justos-Alysanne se encontró diciendo, en su ira olvidando su verdadero propósito. Ese fue su error.

-Sí, pobre y triste Aerys Targaryen-Jaime resopló. -¿Por qué nadie nombra a Robert el rompejuramentos? Él destrozó el reino, pero yo soy el que tiene mierda por honor

-Robert hizo todo por amor hacia Lyanna Stark

-No me finjas que te crees esa sarta de mentiras Lady Cuervo, eres más inteligente que eso. Robert hizo todo lo que hizo por orgullo, un coño y una cara bonita

-Salvo el reino de la locura de los Targaryen- insistió Alysanne. Jaime miró hacia la bahía.

-Y trajo la locura Lannister ¿Sabías que Tyrion prendió fuego a la bahía de Aguasnegras? El fuego salvaje ardía en el agua. Aerys se habría bañado en él si se hubiera atrevido. Los Targaryen estaban locos por el fuego.

-Conozco tu historia de ese día. El día que evitaste que todo Desembarco del Rey ardiera-Jaime la miró impactado- Mi padre oyó historias y nos las contó. Nos enseñó que lo importante no somos nosotros o nuestra posición. Es nuestra gente. Por eso os admiro Jaime Lannister

-Solo hay dos cosas que me arrepiente a día de hoy. Tirar por la ventana a Bran Stark y ser un títere del coño de mi hermana

Alysanne lo miró impactada, era verdad entonces. Habían cometido incesto

Alas de cuervo // Robb StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora