Capítulo 44 La última Targaryen

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-Alysanne por los dioses-Habló Jaime rodando los ojos-Suéltalos o acabarás asfixiándolos

La madre ignoró sus palabras, negándose a soltar a sus dos hijos mientras los rodeaba con sus brazos y sus pequeñas cabezas se enterraban en su cuello.

-Vamos, amor-dijo Robb con dulzura, agachándose para poner su mano en su espalda.

Alysanne finalmente se rindió, soltando a los dos que estaban completamente confundidos por las acciones de sus padres.

-¿Mamá?-Cregan preguntó con voz preocupada, casi rompiendo el corazón de Alysanne en dos. Cada vez que los dejaba, se volvía más y más difícil. Una vez más, se alegró de haber abdicado de su corona, o de lo contrario estas salidas serían más frecuentes.

-Volveremos pronto, pequeños, lo prometo-respondió Robb cuando su esposa permaneció en silencio.

Se montaron en los caballos y empezaron a alejarse

-¡Mama , mama! ¡No te vayas!¡Papa!¡Volved!¡Nos portaremos bien lo prometemos!¡No nos pelearemos!¡Mama!- gritaron los niños llorando intentando soltarse de las manos de Jaime y el hocico e Viento Gris que los retenían

Alysanne apartó la mirada para no ver la escena aunque los gritos se le clavaban como puñales.Empezó a llorar, por un momento pensó en dar la vuelta y volver.Que le dieran a Daenerys Targaryen y al reino.

-No está bien-Susurró al cabo de un rato más calmada cuando estaban más lejos, sacudiendo la cabeza suavemente y secándose la última lágrima.

-Lo sé-fue todo lo que pudo decir, estando completamente de acuerdo agarrando la mano de la mujer para darle energía.

-No podemos quedarnos lejos mucho tiempo-continuó, llamando su atención mientras ella se levantaba y montaba su caballo.

-No lo haremos-estuvo de acuerdo. -Si cabalgamos rápido, podríamos llegar a Roca Dragón en dos semanas. Escuchamos lo que tiene que decir, inevitablemente nos negamos a doblar la rodilla y salir corriendo como siete infiernos de allí antes de que nos prenda fuego.

A pesar de sus sombrías palabras, no pudo evitar sonreírle.Robb se estaba metiendo en la boca del dragón por ella.Esperaba que por su culpa no se quedaran Cregan y Rondal huérfanos.

Al cabo de unos días pararon en una posada a comer y beber.

-Danos otra jarra de cerveza, amor-gritó un hombre, dando una palmada en el culo a una camarera. Robb ante tal acto no pudo evitar levantarse de la mesa como un caballero y defender el honor de la muchacha.

-Solo el más bajo de los bastardos trataría a una mujer con tal falta de respeto

Alysanne se levantó tambien rezando por que nadie les reconociera.

-Tienes mucho valor llamándome bastardo, muchacho - escupió el hombre mayor en el suelo después de un momento de silencio.

-No me llames muchacho-le advirtió Robb. Se burló de la confianza de Robb, poniéndose de pie para encontrarse con él con un gruñido en los labios.

-Vuelve a acariciar a tu puta, muchacho , o te daré los azotes que tu inútil padre nunca te dio.Y mostraré a la puta con la que estás lo que es un hombre de verdad- gruñó, viéndose aún más peligroso a pesar de que probablemente tenía el doble de la edad de Robb.

-Oh, no-murmuró Alysanne para sí misma, levantándose de la mesa en preparación para lo que seguramente estaba a punto de suceder.

Ningún hombre saldría ileso de Robb Stark después de insultar a su esposa, a su padre y a sí mismo en una sola oración.

Alas de cuervo // Robb StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora