Capítulo 31 El asalto a Fuerte Terror

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Los bebés, llegaría a aprender Alysanne Stark, no eran su punto fuerte.

Era casi una maestra en la espada y en el arte de las estrategias.Su mente aguda significaba que cualquier plan que proponía era meticuloso y rara vez fallaba en ejecutarse bien. ¿Pero bebés? Los bebés estaban donde ella fallaba.

Como Catelyn le había señalado hace tanto tiempo,Alysanne perdió su figura materna a muy temprana edad. Y su hermano pequeño lo cuidó su nana asique tampoco había tenido una amplia experiencia en la crianza de niños más allá de jugar con ellos.

A veces, le preocupaba que sus bebés la odiaran. ¿Qué madre luchó por vincularse con sus recién nacidos? Los amaba, eso era indudable. Pero cuando se trataba de tener un vínculo con los gemelos: saber lo que querían, ser capaz de hacer que dejaran de llorar, nunca pudo cumplir con eso.

Habían pasado un mes desde que había dado a luz, los gemelos estaban creciendo todo el tiempo, pero todavía eran tan pequeños. El cuerpo de Alysanne estaba comenzando a recuperarse gracias a un riguroso entrenamiento. Ahora que no tenía que preocuparse por dañar a los bebés mientras estaba embarazada, podía concentrarse en refinar sus habilidades con la espada.

Rondal y Cregan durmieron en la misma cuna al lado de la cama de Alysanne. No era una práctica habitual tener bebés tan cerca, en caso de que perturbara el sueño de los padres, pero la madre insistió.

En verdad, tenía miedo de dejarlos solos. Ahora que los tenía y los amaba tanto, la idea de perderlos como había perdido tan brutalmente a tantos otros la mantenía despierta por la noche. A menudo se quedaba despierta hasta altas horas de la madrugada, sentada junto a la cuna y observando para asegurarse de que estuvieran respirando. Demasiado asustada para parpadear si se le escapa un respiro.

Se imaginaba que un bebé sería bastante difícil, pero ¿dos? Cuando uno comenzó a gritar, el otro lo siguió. Todo lo que parecían poder hacer era gritar y llorar. Fue tan estresante para Alysanne que en múltiples ocasiones lloró junto con ellos. Por suerte siempre estaba Jon, que parecía tener un don con los niños ya que era cogerlos en brazos y tranquilizarlos

-Soy una nefasta madre- decía siempre

-No lo eres, simplemente tienes que aprender- le decía el pelinegro

-Tú no tienes hijos y eres un maestro,¿cómo lo haces?

-Porque voy seguridad.Los niños son como los lobos, sienten tu miedo y se alteran

Más de una vez Jon había estado cuidando de los gemelos mientras Alysanne caía rendida sobre su hombro dormida por agotamiento de los entrenamientos y de luchar contra los gemelos.El estrés, la falta de sueño y su incapacidad para vincularse con ellos la estaban afectando. Qué haría sin el pelinegro.


Se paró a un lado de su cuna, dejando que sus dedos recorrieran la suave manta que cubría sus pequeños cuerpos.

Rondal y Cregan estaban más contentos cuando estaban uno al lado del otro, y a menudo se quejaban cuando estaban separados. Nunca habían tenido una conversación verbal, pero la conexión entre los gemelos era algo hermoso de presenciar. Ella lo conocía, era la misma conexión que había tenido con su mellizo Lucas, había veces que sentía como si estuviera a su lado, era una conexión casi mística.

-Te están volviendo loca, ¿no?-Jaime susurró, acercándose detrás de ella para mirar por el costado y mirar a los bebés.

-¿Matar una almohada a puñaladas es una señal de locura?-Cuestionó sarcásticamente, refiriéndose a un incidente el día anterior en el que se frustró tanto que sacó la daga del tobillo y abrió algunas almohadas.

Alas de cuervo // Robb StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora