Capítulo 37 La manada

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Alysanne y Brynden, que se había acercado a la batalla para ayudar después de asegurar Aguasdulces, observaron en silencio cómo se retiraban los estandartes de Frey de las paredes de los Gemelos y se desplegaban otros nuevos en su lugar. Un lobo gris.

-No hay nada más peligroso que una mujer con una corona-bromeó el hombre, Alysanne riendo suavemente. 

-Entonces, ¿la joven Arya volverá con a Árbol el Cuervo contigo? Seguramente querrá reencontrarse con su hermano- preguntó Brynden. La expresión de Alysanne se arrugó cuando se dio cuenta de que no estaba segura.

-En realidad no lo sé, solo asumí que regresaría con nosotros. Supongo que tendré que hablar con ella antes de partir hacia Aguasdulces y después a Árbol del Cuervo- reflexionó, con una pequeña sonrisa en sus labios cuando finalmente cayó el último estandarte Frey y fue sustituido por uno gris de un lobo, como lo llevaban los Stark.

-Su excelencia-sonó una voz detrás de ella. Los dos se giraron, revelando a Koran detrás de ellos. -Hemos estado liberando a los prisioneros como ordenaste, pero hay dos con los que tal vez quieras reunirte.

-¿Por qué?-Preguntó ella, siguiéndolo adentro hacia el Gran Salón, que actualmente se usaba para atender a los prisioneros, alimentarlos y atender sus heridas.

Eran principalmente ladrones, nadie que ella hubiera reconocido. Mientras caminaba entre las mesas, ocasionalmente alguien le gritaba su gratitud, a lo que ella le sonreía cortésmente.

Cuando llegaron al final del pasillo y a las mesas finales, Alysanne se detuvo en seco al notar a uno de los prisioneros, que estaba sentado en la mesa y sorbiendo un tazón de sopa.

-¿Edmure?-preguntó con un grito ahogado, avanzando rápidamente para inspeccionarlo. Ahora era mucho más delgado, con el pelo más largo y una barba pelirroja significativa. Pero seguía siendo Edmure Tully, sin duda.

Levantó la vista de su plato a ella, sus ojos inyectados en sangre.

-Hola, Alysanne, tío- saludó, su voz sonaba débil y baja.El hombre lo abrazó fuertemente, hacía a su sobrino, la última familia que le quedaba , muerto.Y verlo ahí lo alegró.

-¿Estuviste aquí todo este tiempo?- preguntó ella, la culpa y el horror inundando su cuerpo al verlo.

-Todo el tiempo-sonrió débilmente-algunos de nosotros no logramos escapar-Hizo un gesto hacia otra figura sentada cerca de él, a quien ella reconoció como Lord Patrek Mallister.

-Gran Jon Umber también estuvo cautivo-Edmure la sacó de su estupor con sus palabras, sus ojos llenos de esperanza ante la posibilidad de salvar a un Lord que alguna vez había considerado un amigo-Murió hace unos meses a causa de una infección.

Los ojos de Edmure estaban llenos de odio cuando la miró, lo que exacerbó su culpa diez veces.

-Edmure... lo siento mucho, no tenía idea...

-¿Que cuando me obligaste a casarme con Roslyn Frey, su padre mataría a mi pariente y me encarcelaría durante tres años?-Edmure la cortó. Débilmente, ella asintió con la cabeza. 

-Edmure- le advirtió Brynden al ver el dolor en la chica 

-Bueno, ya estás aquí

-Volveremos a casa Edmure, he recuperado Aguasdulces de los Lannister y los Frey- le palmeó el hombro su tío-

Edmure no le respondió, mirando fijamente al frente, casi como si estuviera completamente desprovisto de vida.

Ella se inclinó hacia adelante, tratando de apretar su delgado brazo para alentarlo, pero él empujó su brazo fuera de su alcance antes de que tuviera la oportunidad.

Alas de cuervo // Robb StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora