Alas de cuervo // Robb Stark

Capítulo 43 La carta

La reina Daenerys Targaryen, primera de su nombre, la invita a Rocadragón. Mi reina comanda las fuerzas combinadas de Dorne y El Dominio, una flota de Hijos del Hierro, legiones de Inmaculados, una horda Dothraki y tres dragones. Los Siete Reinos sangrarán mientras la Reina Cersei se siente en el trono de hierro, y vos tiene muchos motivos para quererla fuera del juego.

La reina Daenerys la convoca a reunirse con ella y tratar sobre la regla y otros asuntos.Espera que acepte su invitación.

Tyrion Lannister.La mano de la Reina

-No vas a ir-ordenó Robb en el momento en que ella terminó de leerlo en voz alta por insistencia de su esposo ante el sello.Por un momento deseó que esa carta la hubiera recibido en la intimidad, y así ella ya decidir que hacer.

Era como si los dioses la hubieran estado juzgando por ocultarle un secreto a su esposo y decidieran exponer su engaño.

-No dije que fuera a aceptar la invitación, Robb-respondió en un tono frío, evitando mirarlo a los ojos y eligiendo en su lugar enfocarse en la carta.

-Es una trampa. ¿Un Lannister y un Targaryen trabajando juntos? Los dos mayores enemigos de la Casa Stark han unido fuerzas y buscan tu presencia. Mi esposa.Quieren retenerte como hicieron con mis hermanas y debilitarnos- despotricó, parándose detrás de la silla en la que originalmente se sentó y apretando el respaldo de madera con tanta fuerza que su nudillos blanqueados.

-No soy una Stark-susurró en voz baja, sin saber qué más podía decir. Su mente había estado dando vueltas desde que leyó el pergamino,¿Daenerys Targaryen sabía de su ascendencia?

Parecía como si al menos estuviera al tanto de algo, después de todo, ella personalmente solicitó hablar con Alysanne. De todos los hombres y mujeres de los Siete Reinos, Daenerys deseaba hablar con ella, una dama del norte.

-Eres tan Stark como nuestros hijos- suspiró Robb, rodeó la mesa y se arrodilló junto a su silla, tomando su mano reconfortantemente entre las suyas.-Defendiste el Norte como una Stark, eres una Stark, no lo olvides nunca

Fue entonces cuando supo, mirando sus brillantes ojos azul Tully, que ya no podía seguir mintiéndole. La falta de confianza había sido un factor perjudicial en su relación antes de la Boda Roja, no iba a dejar que ese fantasma volviera a distanciarlos.

Con cautela, miró a los niños, que aún estaban sentados, felizmente inconscientes. Tal vez debería habérselo dicho sin su presencia, pero esperaba que calmaran la ira que su padre manifestaría seguramente. 

-Robb-comenzó, empujando su silla hacia atrás para inclinar su cuerpo hacia el de él mientras tomaba su mano en respuesta. -Tengo que decirte una cosa, y no te va a gustar.

-¿Qué?- Murmuró, con el rostro lleno de desconfianza y preocupación. -Alysanne... ¿qué ocurre?

-Yo...-se interrumpió, cerrando los ojos con fuerza y ​​tragándose el miedo. Ella acababa de recuperarlo, y él la había estado mirando con tanto amor, que odiaría pensar que eso se convertiría en disgusto. -Tal vez, Daenerys Targaryen me ha pedido específicamente... porque sabe que soy pariente suyo, lejano.

Le tomó un par de segundos para que apareciera alguna reacción en su rostro, e incluso entonces, fue una contracción de sus cejas y una inclinación de su cabeza.

-¿Qué?

-Verás-sacó las cartas de una de sus mangas.Siempre la llevaba ahí por protección para que nadie se las viera-Un día me llegó esta carta.Al parecer mi antepasado Jonos Blackwood , era el hijo del bastardo del Rey Aegon IV, Brynden Rios.La familia Blackwood se había quedado sin herederos legítimos y Brynden solicitó que su hijo fuera legitimado como un Blackwood de pleno derecho y heredara todas las tierras.-esperó a ver si decía algo Robb, pero como no mostraba nada continuó-aparte de la carta había una espada, Hermana Oscura.Era de Brynden y tras irse al muro como Lord Comandante y perderse en las tierras , no sé como llego ese arma a mis manos.Es la que usé en la Batalla de los Bastardos, pero nadie se dio cuenta.