Alas de cuervo // Robb Stark

Capítulo 49 La amenaza

-Mi reina-dijo Jorah en voz baja, no queriendo molestarla más. -Tenemos que irnos

-Todavía no- respondió Daenerys rápidamente, sus ojos nunca se apartaron del campo de nieve que se extendía ante ella.

Llevaba horas parada en el mirador desde lo alto de la pared, negándose a moverse de su lugar. Cada minuto que pasaba se decía a sí misma, en el minuto siguiente. En el próximo minuto, ella aparecerá.

No dejó de pasar por alto la forma en que Jon defendió sus acciones ante Jorah, porque él mismo también esperaba que aparecieran Robb y Alysanne. Él la entendió, y eso alivió un poco el dolor.

Jon era un hombre bastante melancólico, lo había notado desde el principio, pero nunca lo había visto tan mal como en el momento en el que llegaron al Muro. La culpa y la pérdida pesaban mucho sobre él, quizás más que sobre Daenerys. Se recordó a sí misma que por mucho dolor que sintiera, era mucho más intenso para Jon. Era su hermano, y no sabía los sentimientos del pelinegro por la chica, pero pro como le afectaban sabía que debían ser muy profundos, y eso en parte le dolía.

Sin embargo, Daenerys se aferró egoístamente a su sentimiento de pérdida, trató de decirse a sí misma que Jon tenía otros hermanos con los que podía llorar. Daenerys no tenía a nadie. Alysanne era el último rescoldo de Targaryen a parte de ella.

Jon se había unido a su lado eventualmente, temblando mucho más que ella en la parte superior del muro. No pasó mucho tiempo antes de que él también llegara a aceptar los eventos, se habían ido. Y morir congelados no iba a traerlos de vuelta.

-Dany-murmuró en voz baja, tomando su codo en la mano. Se encogió visiblemente ante el apodo y su tono. -Tenemos que irnos, sabes que no hay posibilidad...

-Solo...-se interrumpió, las fosas nasales dilatadas cuando su temperamento comenzó a aumentar. -Solo espera un poco más.

-Tenemos al caminante con nosotros- continuó-necesitamos ir a Desembarco del Rey de inmediato. Sé cómo te sientes, créeme, pero lloraremos a los muertos cuando el enemigo sea detenido.No podemos morir ,su muerte sería en vano.

Daenerys sintió que un sollozo subía por su garganta y se lo tragó desesperadamente. Había pasado bastante tiempo desde que había llorado.

-Está bien- estuvo de acuerdo finalmente, su susurro apenas se escuchó sobre los fuertes vientos.

Pero tal como ella había acordado, sin duda por intervención divina, se podía ver una masa oscura entrando en el claro, moviéndose a paso lento.

-¡Mira!- Ella jadeó, agarrando el brazo de Jon y obligándolo a avanzar, señalando con su mano libre.

Los ojos y la boca de Jon se abrieron de inmediato, y con eso, salió disparado, dirigiéndose directamente a la escalera que comenzaría a llevarlo al fondo.

Daenerys se quedó quieta, temerosa de que si apartaba la mirada desaparecería como un producto de su imaginación. Pero solo se acercó más y más, hasta que sus ojos pudieron distinguir lo que parecían ser dos figuras a caballo.

Con esa vista, finalmente se giró para seguir a Jon, para saludarlos ella misma.

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Las puertas no podrían haberse abierto lo suficientemente rápido para Jon, quien se deslizó debajo de la pequeña abertura en el momento en que se descubrió, demasiado impaciente para esperar a que se levantara por completo.

Corrió tan rápido como pudo a través de la espesa nieve. Inmediatamente pudo distinguir los rasgos del rostro de su hermano, el rizo de su cabello escondido debajo de una capucha y una persona envuelta en un bulto acurrucada contra su pecho.