Filofobia- Miedo a enamorarse

Capítulo 16

¿Por qué Flo tiene algo que decirme acerca de mi madre? Me extraña mucho que le haya pasado algo.

-¿Qué pasa con mi madre?

-Ya han descubierto a quien ha matado.

-¿Y bien? ¿A quién fue?

-Es mejor que te lo cuente ella. Mañana por la mañana a esta misma hora deberás de estar en la cárcel para visitarla. He de irme, tengo cosas que hacer, te dejo aquí a las niñas y a la tarde vengo a recogerlas- dice mientras se levanta y se dirige a la puerta.

-Vale. Adiós Flo, cuídate.

-Lo haré- eso es lo último que dice antes de irse.

Me quedo parada en seco recapacitando lo que me acaban de comunicar. Es demasiado fuerte, ¿a quién habrá matado? Alejo esos pensamientos de mi cabeza y entro en la cocina.

-¿Pero qué está pasando aquí?- digo sorprendida al ver a las niñas y a Eldon cubiertos de harina.

-Sofi, estas niñas deben de venir más. Son increíbles- dice mientras ríe. Vaya no me esperaba que Eldon dijera eso.

-Losé, por eso las quiero tanto.

-Y nosotras a ti- dicen Abby y Lisa. Esta señal de amor acaba en un abrazo de las tres hacia mí y llenándome de harina a mi también.

-Os vais a enterar ahora de quien es Sofia Moretz. Eldon ayúdame a cogerlas- digo cogiendo a Nicoletta y Eldon a Lisa y a Abby y las llevamos al jardín.

Enciendo la manguera y les apunto con el agua haciendo que la harina se les vaya quitando del cuerpo. Cogen unas pistolas que hay sueltas por el césped y las recargan para después dispararnos.

-Sois muy crueles, pequeñas- dice Eldon tirándolas al césped y haciéndolas rodar.

-¿Qué está pasando aquí?- dice Adeline apoyada en la puerta.

-Oh oh- decimos todos a la vez.

-Mamá lo puedo explicar- comienza a decir Eldon.

-Más te vale- le responde.

-Ya se lo explico yo- digo- verás ha venido la directora del centro de acogida porque tenía que comunicarme una cosa y se ha traído a estas tres niñas guapas para que me vean.

-Vale ya me habéis explicado una cosa. Me falta otra.

-¿Cuál?- decimos Eldon y yo, mirándonos.

-¿Por qué no habéis ido al instituto?

-Para eso no tenemos una explicación- dice Eldon mientras se ríe.

-Yo mañana tampoco voy- digo entonces.

-¿Por qué si se puede saber?- dice mi madre ya enfadada.

-¿Podemos hablar dentro?

-Claro, vamos.

-Eldon, tráeles una toalla a cada una para que se sequen- le mando.

Adeline y yo entramos al salón y nos sentamos. Estoy nerviosa, las manos me sudan.

-Flo, quiero decir la directora del centro me ha dicho que ya saben a quién ha matado mi madre y mañana tengo que ir a hablar con ella.

-Si quieres te puedo llevar- dice en un tono dulce.

-Si no te importa. No quiero ir sola.

-No te preocupes, yo estaré allí.

-Gracias.

Vuelvo al jardín y veo que ninguno me ha hecho caso. Pongo mis manos en la cintura, en forma de jarra, y miro como corren. No me esperaba este comportamiento de Eldon. Es tan distinto al que yo conocí hace unos días. ¿Qué le habrá pasado para que esté así?

-¿Os lo pasáis bien?- digo y ellos se paran en seco.

-Lo siento Sofi pero estas niñas no me hacen caso.

-Anda venid, vamos a mi habitación para ver que hago con vosotras.

Y dicho eso ponemos rumbo escaleras arriba.

-Mamá, ¿me ayudas?

-Sí dime, ¿en qué?

-En estas tres criaturas. Están mojadas y se tienen que secar.

-¿Qué os parece si os secamos un poco y después vamos a compraros ropa?

-¡Sí!- gritaron las tres.

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