Capítulo 31

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Me encuentro tumbada en mi cama, que mejor que hacer cuando te has pasado todo el día llorando. Cuando nos fuimos de la casa de la playa, Thomas me trajo a casa y sin decirle nada a nadie me fui a mi habitación.

-Cariño, ¿puedo pasar?- pega en la puerta mamá.

-Sí, pasa- le respondo. Le hago un hueco en la cama y se sienta.

-Sé cómo estás. Empezabais a llevaros bien y ahora se va.

-Sí- susurro.

-No te preocupes pronto volverá- dice sin preocupación. Si ella supiera de verdad toda la historia.

-Ojalá- digo y se levanta- Mamá- la llamo antes de que se vaya.

-Dime.

-¿Puede venir Mike?

-Claro, siempre es un gusto tener su visita.

Se va y cojo rápidamente el móvil. Le mando un mensaje y a los diez minutos ya está en mi casa. Bajo las escaleras para recibirle.

-Hola mi amor- dice feliz. Me da un pequeño beso en los labios y se da cuenta de mi cara y cambia su expresión- ¿Qué te ha pasado?

-Es obvio que he estado llorando.

-Lose pero, ¿por qué?

-Eldon se ha ido...para siempre. Discutimos y me fui hecha una furia a mi habitación y no volví a hablar con él.

-Lo siento. Y también te quiero pedir perdón por lo que dije, no lo debía de haber hecho.

-Lose y en parte por tu culpa él ahora no está.

-Pero ahora es un problema menos.

-¿Te estás alegrando de que mi hermano se haya ido de casa? Porque si es así ahí tienes la puerta.

-No cariño, no es eso.

-Sí lo es. Estas feliz porque ya no tendrás un rival y tendrás vía libre aun que estemos ya juntos. Pero no será por mucho más tiempo, no quiero seguir con esto. No me llames hasta que yo decida hacerlo.

-Pero, ¿qué? No puede ser verdad lo que estás diciendo. He estado atento de ti desde el primer día, te traje a casa y pasábamos buenos momentos y ahora me dices que no te llame y que nuestra relación que empezó hace un día ya ha acabado- comienzo a llorar. Odio estar sensible.

-Mike, no lo hagas más difícil. He estado llorando desde ayer cuando discutimos todos, después cuando me levanté a media noche y vi una carta de despedida de Eldon, fui a buscarle a la casa que tenemos en la playa y volví a llorar cuando allí me encontré otra carta y cuando por último llegué a mi casa también lloré. Me duele la cabeza y lo único que quiero es que todo esto acabe ya pero nunca se acabará porque él no volverá.

-De acuerdo. Si esto es lo que quieres, me iré- dice dándose la vuelta y saliendo por la puerta.

La cierro y me siento en el suelo apoyándome en ella. Lloro hasta caer rendida. Los ojos se me cierran y me quedo dormida en el sitio.

-Sofi, despierta- dice alguien zarandeándome- Sofi- vuelve a decir y noto como me cogen en brazos levantándome del suelo. Abro los ojos y es mi padre el que está sosteniéndome.

-Papá- digo con voz leve.

-Hija te quedaste dormida sentada en el suelo de la puerta. Estás débil y debes comer.

-Eldon- susurro.

-¿Lo echas de menos?- pregunta y yo asiento- Tu madre y yo también. No te preocupes que pronto volverá. Te tumbaré aquí, no te muevas iré a prepararte algo de comer.

Me deja en el sofá y se va. Ya no lloro, estoy seca de lágrimas. Mi estado de ánimo ha decaído y no me encuentro en forma. Necesito verle, necesito que vuelva.

-Aquí tienes, ahora come- me deja una bandeja en mis piernas. Me ha preparado una sopa que huele deliciosa.

-Gracias- le digo y comienzo a comer- Papá.

-¿Sí?

-¿Tienes el número de teléfono de Bruno uno de los amigos de Eldon?

-Voy a ver- dice buscando en su iphone- Sí lo tengo, te lo paso- dice y segundos más tardes mi móvil suena indicando que tengo un nuevo mensaje.

Termino de comer y salgo al jardín. Me siento en el banco, cojo el móvil y lo llamo.

-¿Quién es?- responde la llamada.

-Hola Bruno, soy Sofi hermana de Eldon.

-Ah hola Sofi, ¿qué tal?

-No muy bien pero no te llamo para hablar sobre si estoy bien o mal. Necesito preguntarte si sabes algo sobre mi hermano.

-Mmmm no- dice y noto como le tiembla la voz.

-Bruno, me estás mintiendo.

-Bueno en realidad si sé donde está. Me contó todo lo que pasó y me pidió si le podía dejar la casa que tengo en el centro de la ciudad yo accedí y le di las llaves.

-¿Me estás diciendo que no se ha ido de la ciudad?

-Exacto, ¿por qué me preguntas eso?

-Me dejó una carta diciéndome que se había ido de la ciudad.

-Y lo hizo pero volvió y fue cuando acudió a mí.

-¿Por qué volvió?

-Me dijo que quería estar cerca de ti pero sin que tú te dieras cuenta y sin que lo supieras.

-¿Podrías decirme dónde está la casa?

-Le prometí que no se lo diría a nadie.

-Pero el problema es que tú no sabes todo lo que estoy sufriendo, me he tirado un día entero llorando y sin apenas dormir, estoy débil y sin fuerzas.

-Está bien, te envío un mensaje con la dirección.

-Gracias- cuelgo.

Tras esa llamada me encuentro un poco mejor. He conseguido averiguar dónde está ya sólo me queda ir y poder hablar con él.

Voten y comenten.

Filofobia- Miedo a enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora