Capítulo 9

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Una vez en mi habitación, saco los libros de la mochila y me pongo hacer una redacción que me han mandado de historia. Con el portátil a un lado y el libro a otro, empiezo a buscar información sobre la revolución francesa.

-Sofi, Sofi, Sofi- siento que alguien me llama.

-¿Qué pasa?- levanto la cabeza de la mesa.

-Te has quedado dormida.

-¿Qué hora es?

-Las nueve de la noche, será mejor que te acuestes.

-Pero no puedo, tengo que hacer una redacción para mañana.

-Necesitas descansar, no puedes estar con falta de sueño.

-Está bien. Buenas noches mamá- al decir esas palabras me quedo helada al igual que Adeline.

-Buenas noches hija- dice y se va con una sonrisa.

Me despierto y miro la hora, ¡las siete de la mañana! Me levanto lo más rápido que puedo de la cama y bajo corriendo a la cocina. Miro a la mesa central y hay una nota

Sofia, mis padres y los que se convierten en los tuyos por un papel firmado, han salido a comprar y yo me he ido a dar una vuelta con Bruno, hoy no iré a clases.

Esta nota no puede ser nada más ni nada menos que de Eldon, no solo por el comentario de los padres sino porque ha utilizado mi nombre completo. Salgo al jardín y recojo el periódico. Lo leo mientras desayuno. Unas letras grandes y resaltadas en negro, me llaman la atención por lo que me detengo. Es un anuncio.

¿Te gustaría llegar a lo más alto y por lo tanto ser el primero del patinaje artístico? A qué esperas. Estaremos todo el día de hoy en la pista de hielo municipal.

De chica siempre veía vídeos, fotos y películas de patinaje sobre hielo. Soñaba con que yo era una de esas chicas, ¿y si ha llegado la hora de que se convierta en realidad?

Subo a mi habitación y me cambio de ropa. Cojo la mochila y salgo de casa. Seguro que hoy llego tarde, es media hora andando, pero corriendo no lose. Corro lo más de prisa posible para llegar a tiempo. A tan solo pocos metros de llegar, escucho el timbre que inician las clases. Entro por las puertas del instituto un poco asfixiada.

La primera hora la paso en la biblioteca por tal de no ir a matemáticas y, además, que he llegado tarde. El resto del día aburrida en las clases y solo pensando en que llegue la hora de la prueba. Y por fin lo más esperado, el timbre que anuncia que el día ha terminado. Salgo del instituto, miro hacia todos lados buscando a alguien que me lleve, pero finalmente decido irme caminando.

Ando tranquila y sin prisas pero un poco nerviosa. Sé patinar y hacer algo como en las películas, pero hasta un punto y de ahí no paso. Al fin después de caminar media hora, llego a la pista de hielo municipal. Hay poca gente lo que me tranquiliza porque así tengo menos rivales.

-Hola, ¿es aquí lo de las pruebas?

-Sí, lléname esto y enseguida le llamamos- dice una mujer de unos sesenta años que se encuentra detrás del mostrador.

Me siento en unos sillones rojos que hay en una pequeña sala. Relleno el formulario y se lo vuelvo a entregar.

-En unos minutos entras, no te vayas muy lejos.

-Vale, gracias.

Espero impaciente, los nervios aumentan y eso solo me traerá problemas. Cierro los ojos y cuento hasta diez para intentar tranquilizarme.

-Sofia Moretz- me llama la recepcionista. Me levanto y ando hacia la pista.

-Ponte esos patines y demuéstrame lo que sabes hacer sobre el hielo- dice un hombre con acento francés.

Hago lo que me dice y comienzo a patinar y a hacer el intento de varias figuras. Al principio las piernas me temblaban pero cuando me sentí cómoda y decidida, demostré todo lo que sabía. Y por último termino en medio de la pista con los brazos estirados.

-Bien, ya te llamaremos- vuelve a decir el que creo que es el entrenador.

Cuando salgo, noto que el móvil me vibra en el bolsillo. Lo saco, miro la pantalla y es Mike. Se me forma una sonrisa sin yo quererlo.

-¿Sofi?- dice desde el otro lado.

-Sí, ¿por qué llamas?

-Me pregunto si te apetecería salir conmigo...o sea a dar una vuelta y a cenar.

-Genial, ¿a qué hora?

-¿Qué te parece si te voy a buscar a tu casa ahora?

-No me encuentro en casa, de hecho voy de camino para cambiarme de ropa.

-¿Dónde estás? Si quieres te llevo y así no tienes que andar.

-Vale, estoy en la puerta de la pista de hielo municipal.

-¿Qué haces ahí?

-Largo de contar.

-Vale, ya voy de camino a recogerte.

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Filofobia- Miedo a enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora