Filofobia- Miedo a enamorarse

Capítulo 20

El insoportable ruido del despertador hace que pegue un brinco de la cama. Lo cojo y lo lanzo contra la pared, un despertador menos en el mundo. Sigo durmiendo hasta que los rayos de sol empiezan a molestarme en los ojos. Los abro y veo a Anthony abriendo las persianas.

-Sofi venga despierta que se hace tarde.

-Déjame un poquito más papá.

-No, venga ya te has perdido dos días de clases.

-Está bien- digo quitándome las sábanas.

-Te espero abajo, hoy os llevo yo.

Hago mi rutina matutina y me visto. Cojo la mochila y bajo.

-Buenos días- digo con pocos ánimos.

-Sofi, ¿qué pasa?- pregunta Eldon.

-Nada.

-Pues no lo parece. Anda tómate esto y vamos- dice ofreciéndome un zumo de naranja.

-Gracias.

Cuando llegamos al instituto, como todos los días, Eldon va directamente con su grupo de amigos. Ando hacia la entrada cuando escucho una discusión.

-No Sabrina, déjame, esto se ha terminado- escucho decir a Eldon.

-Pero no puedes estar rompiendo conmigo. Somos la pareja perfecta.

-Sabrina que esto se ha terminado.

-Es por ella, ¿verdad?

-¿Por quién?

-Por tu hermana. Te gusta, ¿es cierto?

-Claro que no. Además no te tengo que dar explicaciones de mi vida. Adiós.

Entro a clase y me siento. Me quedo mirando hacia un punto fijo, pensativa. En mi cabeza suenan una y otra vez las palabras de Sabrina.

Es por ella, ¿verdad?

Por tu hermana. Te gusta, ¿es cierto?

No entiendo por qué ha dicho eso. ¿Será verdad que le gusto a Eldon? Bah, es imposible, es mi hermano. Bueno lo es pero no de mi misma sangre. ¿Será por eso por lo que se está comportando diferente conmigo? Muevo la cabeza de un lado a otro intentando borrar ese pensamiento.

-Señorita Moretz, ¿cuál es la respuesta?- llama mi atención la voz del profesor de matemáticas.

-34- digo un número al azar y todos se ríen.

-No estás atenta. Como sigas así vas a suspender.

El resto de las clases las paso muy aburrida. Por fin suena el timbre y salgo rápido al aparcamiento. Intento huir de allí cuando recuerdo que no tengo coche y que vienen a recogernos.

-Sofi, papá ya está aquí- dice Eldon mientras se acerca a mí.

Me siento en la parte de atrás y miro el paisaje. De camino a casa, Anthony nos pregunta por el día de hoy. Eldon le cuenta lo sucedido con Sabrina y él se alegra por la decisión que ha tomado. Al parecer a mi padre tampoco le gusta esa niña.

-Hola mamá- saludo entrando al salón.

-Hola Sofi. ¿Hoy entrenas?

-Sí- digo dando un suspiro- Entreno todos los días menos sábados y domingos.

-¿Y no descansas?- pregunta Anthony.

-Sí, como ya dije los sábados y domingos.

-No, me refiero durante el entrenamiento.

-No, si conocieras a François te daría miedo. Además estamos ya preparando las coreografías para la competición.

-Pero eso es genial.

-Sí bueno, casi siempre estoy en el suelo.

-No te preocupes por eso, pronto te saldrá todo perfecto.

-Gracias. Ahora si no os importa tengo que comer algo rápido e irme. Thomas pasará a recogerme.

-¿Quién es Thomas?- pregunta Eldon.

-Mi nuevo amigo. Entrena conmigo.

-¿Hace patinaje artístico?

-Sí.

-Marica.

-No le insultes.

-Pero si es verdad. Los niños que entrenan cosas de niñas son maricas- me pongo furiosa al escuchar eso.

-Retira lo que has dicho ahora mismo si no quieres saber qué consecuencias tiene- digo totalmente seria.

-Vale, lo retiro.

Dejo mi plato vacío sobre la encimera y subo lo más rápido que puedo a mi habitación. Me cambio, cojo los patines y bajo para despedirme de mis padres. Cierro la puerta y entro en el coche de Thomas.

-Hola nueva mejor amiga- dice dándome un beso.

-Hola. Ya que dices que somos mejores amigos, tengo que contarte una cosa.

-Dime.

-Es sobre Eldon.

-¿Quién es Eldon? ¿Debo ponerme celoso?

-No para nada. Es mi hermano. Bueno tú ya sabes que soy adoptada y sí, es como mi hermano.

-Está bien, está bien. ¿Qué es lo que tienes que contarme?

-Hoy en el instituto le escuché discutir con su novia, que ya es su ex novia.

-Bien, ¿qué escuchaste?

-Te diré textualmente las palabras que dijo ella. Es por ella, ¿verdad? Por tu hermana. Te gusta, ¿es cierto?- digo imitando su insoportable voz. Thomas se ríe ante mi interpretación.

-¿Qué me quieres decir con esto?

-Pues que no sé si le gusto. Empezamos con mal pie y de pronto un día cambia como si de la noche a la mañana se tratara. Un día esta borde conmigo y al otro muy amable y simpático.

-Yo no puedo saber si tú le gustas porque no estoy contigo para ver sus actos.

-Ya lo verás. Si quieres el sábado pasamos el día tú y yo juntos ya que vamos a ir a ver a Hanna también te puedo presentar a mis padres y a mi querido hermano.

-Me parece buena idea.

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