Filofobia- Miedo a enamorarse

Capítulo 23

En el aparcamiento, busco con la mirada a Eldon. Lo encuentro sentado en el coche con Mike. Sonrío y voy hacia ellos.

-Hola chicos- digo y me devuelven el saludo con una sonrisa- Eldon, ¿vamos?

-Sí- dice levantándose.

-¿Puedo ir con vosotros a donde sea que vayáis? No quiero regresar todavía a casa- mi hermano me mira en señal de que yo responda. Le hago un gesto con los ojos y él sabe lo que significa.

-Claro tío pero, promete que estarás callado.

-De acuerdo.

Nos montamos en el coche. Salimos de allí y vamos camino del cementerio. Me sorprende que Mike esté tan callado, cumple con su promesa.

-Ya hemos llegado- comunica mi hermano estacionando el coche en la puerta.

-Si no os importa, ¿podéis quedaros aquí? Quiero estar sola.

-Claro, tómate el tiempo que necesites.

Mike me mira extrañado y paso de él por este momento. Entro y muchos pasillos llenos de tumbas y flores me confunden. ¿Cómo voy a encontrar aquí a mi padre? Levanto la mirada y veo una flecha que pone información, seguro que allí sabrán donde está.

-Buenas tardes, ¿podría ayudarme?- le digo a un hombre mayor que se encuentra tras la ventana.

-Hola, ¿en qué puedo ayudarle joven?

-Busco la tumba de Trevor Moretz.

-Aguarde un segundo y ahora mismo se lo digo- dice consultando en su ordenador- Se encuentra en el pasillo cinco. Es el primero que hay a la derecha.

-¿Me podría acompañar? No quiero ir sola.

-Sí.

Caminamos varios minutos hasta que se detiene justo donde me había dicho anteriormente. Me entrega una flor y le doy las gracias. Me siento junto a la lápida y la abrazo. Lágrimas comienzan a recorrer mi mejilla. Siento un dolor muy fuerte en el pecho.

-Papá, ¿quién me diría a mí hace varios años atrás que a mis 16 estaría sentada junto a tu tumba? Mamá nos traicionó a los dos. No sé cómo se le pudo ocurrir. Es muy difícil para mí llevar esto ahora mismo, me enteré tan solo hace días. Estoy aquí gracias a Eldon, el hijo de la familia que me ha adoptado. Es increíble como la vida puede cambiar en minutos o mejor en segundos. Echo de menos sentarme en tus piernas cuando me leías un cuento, echo de menos las canciones que nos inventábamos, echo de menos tantas cosas que no acabaría nunca. Todos estos años que no has estado, he vivido en una mentira. Una mentira en la que a una niña le abandona su padre. Increíble, ¿verdad? La señora que dicen que es mi madre ahora está en un sitio mejor, en el que se merece, y prefiero que ella esté muerta y tú estés conmigo. Te quiero mucho papá- finalizo y coloco la flor que me dio antes el hombre mayor. Me levanto y me voy no sin antes depositar un beso en la lápida.

-Ya podemos irnos- digo volviendo al coche.

-Ven aquí- me dice Eldon ofreciéndome un abrazo. Me acerco a él y me rodea con sus brazos fuertemente. Lloro en su pecho soltando las últimas lágrimas que me quedan- Ya pasó, lo has hecho ya. Tu padre está muy orgulloso de ti. Has luchado y has sido fuerte. Te has enfrentado y has vencido.

-Sofi, Eldon me lo ha contado todo mientras no estabas. Eres sin duda la mejor hija que todo padre desearía tener- dice Mike. Me separo de mi hermano y abrazo esta vez al amigo de mi hermano.

-Os quiero mucho chicos, no os alejéis de mí nunca.

-No lo haremos- responde Eldon.

-¿Me podéis llevar a la pista? Tengo que entrenar.

Nos metemos en el coche, nos colocamos cada uno el cinturón y mi hermano arranca el coche. Pone rumbo a la pista de hielo cuando me acuerdo de algo.

-¡Mierda!- exclamo y Eldon frena de golpe.

-¿Qué te ocurre Sofi?- pregunta Mike.

-No tengo la ropa para entrenar.

-¿Pasamos por casa y la recoges?- dice mi hermano.

-No da tiempo- digo mirando el reloj- Conduce rápido llego tarde. Ya se lo explicaré todo a François.

Llego justo a la hora que comienza el entrenamiento. Thomas me espera en la puerta. Salgo del coche y corro hacia él.

-Vamos, es tarde.

-Lose.

-¿Qué estuviste haciendo?

-Después te cuento.

Empujamos las grandes puestas y entramos. Nos quedamos parados, en silencio al observar la situación. La recepcionista está tumbada en el suelo con un charco de sangre a su alrededor.

-¿Qué ha pasado?- decimos a la vez.

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